Las opciones de los ‘alternativos’ correrán por saber interpretar el descontento que se materializó en las marchas del pasado mes de abril. Además, dejar a un lado las ‘viejas’ peleas internas que durante décadas han impedido competirle a las formas tradicionales de hacer política en el Cesar.
En las pasadas marchas del mes de abril, en Valledupar los protagonistas fueron los jóvenes, los sindicatos y profesores. Junto a ellos, el color morado estuvo en primera fila con una palabra: Dignidad. Para algunos aún desconocido, ‘Dignidad’ es un partido político ‘joven’ que nació luego de la salida del senador Jorge Enrique Robledo y un grupo de líderes del partido Polo Democrático.
Con una agenda de centro izquierda, Dignidad integra la Coalición de la Esperanza con el senador Robledo como precandidato presidencial. Pero, además, llevarán candidatos al Congreso en el 2022.
En el Cesar, el partido ya tiene claro los nombres, provenientes de diferentes sectores, pero con un discurso cercano al que ha mantenido el senador Robledo: igualdad social, oposición a los TLC, defensa del trabajo local, y por supuesto, la bandera anticorrupción.
En primer lugar, Yanira Álvarez Sánchez, quien se ha desempeñado en oficinas relacionadas con el trabajo social.
“Dentro de mi propuesta como candidata a la Cámara de Representantes me interesa la justicia social, lideraré los proyectos de ley que beneficien a la mujer y estaré en contra de la corrupción y el clientelismo”, asegura Sánchez, resumiendo las banderas del partido.
La otra carta del partido es el empresario de la salud Álvaro Portilla Molina, fundador de la Clínica Erasmo. Desde hace varios meses se sabía de su intención de llegar al Senado. Por supuesto, su discurso estará centrado en las críticas condiciones de un sector grande de los profesionales de la salud.
“Las condiciones en que estamos trabajando son inhumanas. Infortunadamente nosotros hemos tenido representantes en el Congreso que han traicionado a los médicos con reformas nefastas. En ese sentido, gracias a la experiencia y al conocimiento y vivencias, nuestro propósito, con el partido Dignidad y la Coalición de la Esperanza, es transformar el sistema de salud en esta legislatura”, aseguró Portilla, que se ha movido en redes sociales y seguramente tendrá como base electoral su clínica, reconocida en Valledupar y en la región del norte del Cesar.
Y pasando al sur del departamento, la otra carta de Dignidad para las elecciones parlamentarias del 2022 será el excandidato a la Gobernación del Cesar, Hugo Vásquez. Al igual que Jorge Enrique Robledo, y un amplio sector de Dignidad, Vásquez hizo política en el Polo Democrático, partido con el que fue la sorpresa en las elecciones regionales del 2019 y superó la barrera de los 19.000 votos.
“Buscamos ser una alternativa. Nos olvidamos de ser campesinos y eso es lo que produce alimento. Esas políticas lesivas de aperturas económicas, como el TLC, malinterpretado por los políticos de turno, están acabando con el territorio nacional”, argumenta Vásquez. Justo, el senador Robledo ha sido uno de los mayores críticos de los Tratados de Libre Comercio firmados por Colombia.
Faltando más de 7 meses para las elecciones del 2022, Dignidad tendría en su carrera que superar 2 adversarios. En primer lugar, el Pacto Histórico, integrado por partidos de izquierda que también buscarán, por lo menos, ubicar a dos candidatos del Cesar en el Capitolio Nacional. En este caso, Dignidad tomó ventaja porque el Pacto Histórico no ha definido nombres, contrario, la decisión de la lista cerrada causó división. No obstante, con partidos como la Colombia Humana, Polo Democrático, MAIS, el Pacto Histórico buscará conquistar un nicho electoral similar: voto de izquierda, indignado y de opinión, dividido entre jóvenes, sindicatos, profesores, empresarios, entre otros.
“La fuerza de Dignidad está en que es un partido nuevo pero que lleva una experiencia muy importante. Hereda una tradición y capacidad de hacer un trabajo de alto compromiso con el país absolutamente anticorrupción”, afirmó Juan Manuel Ospina, presidente del Partido Dignidad.
El otro adversario serán los actuales congresistas, teniendo en cuenta que 4 de 5 buscan repetir, y ‘Chichí’ Quintero, que se ‘retira’ de la política, presentará a su hijo, Carlos Felipe Quintero. En materia electoral, los actuales congresistas tienen la ventaja de la maquinaria, ‘aceitada’ por los Gnecco en la Gobernación del Cesar, y las 25 alcaldías del departamento.
Por eso, las opciones de los ‘alternativos’ correrán por saber interpretar el descontento que se materializó en las marchas del pasado mes de abril. Además, dejar a un lado las ‘viejas’ peleas internas que durante décadas han impedido competirle a las formas tradicionales de hacer política en el Cesar.
“Estamos en un proceso de construcción de lo que son las estructuras del partido del departamento del Cesar. Actualmente contamos con comités en municipios como Aguachica y Codazzi”, finalizó María José Guerra, presidenta del directorio departamental de Dignidad.
Las opciones de los ‘alternativos’ correrán por saber interpretar el descontento que se materializó en las marchas del pasado mes de abril. Además, dejar a un lado las ‘viejas’ peleas internas que durante décadas han impedido competirle a las formas tradicionales de hacer política en el Cesar.
En las pasadas marchas del mes de abril, en Valledupar los protagonistas fueron los jóvenes, los sindicatos y profesores. Junto a ellos, el color morado estuvo en primera fila con una palabra: Dignidad. Para algunos aún desconocido, ‘Dignidad’ es un partido político ‘joven’ que nació luego de la salida del senador Jorge Enrique Robledo y un grupo de líderes del partido Polo Democrático.
Con una agenda de centro izquierda, Dignidad integra la Coalición de la Esperanza con el senador Robledo como precandidato presidencial. Pero, además, llevarán candidatos al Congreso en el 2022.
En el Cesar, el partido ya tiene claro los nombres, provenientes de diferentes sectores, pero con un discurso cercano al que ha mantenido el senador Robledo: igualdad social, oposición a los TLC, defensa del trabajo local, y por supuesto, la bandera anticorrupción.
En primer lugar, Yanira Álvarez Sánchez, quien se ha desempeñado en oficinas relacionadas con el trabajo social.
“Dentro de mi propuesta como candidata a la Cámara de Representantes me interesa la justicia social, lideraré los proyectos de ley que beneficien a la mujer y estaré en contra de la corrupción y el clientelismo”, asegura Sánchez, resumiendo las banderas del partido.
La otra carta del partido es el empresario de la salud Álvaro Portilla Molina, fundador de la Clínica Erasmo. Desde hace varios meses se sabía de su intención de llegar al Senado. Por supuesto, su discurso estará centrado en las críticas condiciones de un sector grande de los profesionales de la salud.
“Las condiciones en que estamos trabajando son inhumanas. Infortunadamente nosotros hemos tenido representantes en el Congreso que han traicionado a los médicos con reformas nefastas. En ese sentido, gracias a la experiencia y al conocimiento y vivencias, nuestro propósito, con el partido Dignidad y la Coalición de la Esperanza, es transformar el sistema de salud en esta legislatura”, aseguró Portilla, que se ha movido en redes sociales y seguramente tendrá como base electoral su clínica, reconocida en Valledupar y en la región del norte del Cesar.
Y pasando al sur del departamento, la otra carta de Dignidad para las elecciones parlamentarias del 2022 será el excandidato a la Gobernación del Cesar, Hugo Vásquez. Al igual que Jorge Enrique Robledo, y un amplio sector de Dignidad, Vásquez hizo política en el Polo Democrático, partido con el que fue la sorpresa en las elecciones regionales del 2019 y superó la barrera de los 19.000 votos.
“Buscamos ser una alternativa. Nos olvidamos de ser campesinos y eso es lo que produce alimento. Esas políticas lesivas de aperturas económicas, como el TLC, malinterpretado por los políticos de turno, están acabando con el territorio nacional”, argumenta Vásquez. Justo, el senador Robledo ha sido uno de los mayores críticos de los Tratados de Libre Comercio firmados por Colombia.
Faltando más de 7 meses para las elecciones del 2022, Dignidad tendría en su carrera que superar 2 adversarios. En primer lugar, el Pacto Histórico, integrado por partidos de izquierda que también buscarán, por lo menos, ubicar a dos candidatos del Cesar en el Capitolio Nacional. En este caso, Dignidad tomó ventaja porque el Pacto Histórico no ha definido nombres, contrario, la decisión de la lista cerrada causó división. No obstante, con partidos como la Colombia Humana, Polo Democrático, MAIS, el Pacto Histórico buscará conquistar un nicho electoral similar: voto de izquierda, indignado y de opinión, dividido entre jóvenes, sindicatos, profesores, empresarios, entre otros.
“La fuerza de Dignidad está en que es un partido nuevo pero que lleva una experiencia muy importante. Hereda una tradición y capacidad de hacer un trabajo de alto compromiso con el país absolutamente anticorrupción”, afirmó Juan Manuel Ospina, presidente del Partido Dignidad.
El otro adversario serán los actuales congresistas, teniendo en cuenta que 4 de 5 buscan repetir, y ‘Chichí’ Quintero, que se ‘retira’ de la política, presentará a su hijo, Carlos Felipe Quintero. En materia electoral, los actuales congresistas tienen la ventaja de la maquinaria, ‘aceitada’ por los Gnecco en la Gobernación del Cesar, y las 25 alcaldías del departamento.
Por eso, las opciones de los ‘alternativos’ correrán por saber interpretar el descontento que se materializó en las marchas del pasado mes de abril. Además, dejar a un lado las ‘viejas’ peleas internas que durante décadas han impedido competirle a las formas tradicionales de hacer política en el Cesar.
“Estamos en un proceso de construcción de lo que son las estructuras del partido del departamento del Cesar. Actualmente contamos con comités en municipios como Aguachica y Codazzi”, finalizó María José Guerra, presidenta del directorio departamental de Dignidad.