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Columnista - 18 junio, 2019

La Aporofobia

Les confieso que la primera vez que escuche esta palabra, lo primero que se me vino a la cabeza, en mi ignorancia fue: fobia al iPod, inmediatamente consulté con Google, y me enteré que el término significa: fobia a los pobres, y fue acuñado por Adela Cortina. Pues bien, el asunto es que con la […]

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Les confieso que la primera vez que escuche esta palabra, lo primero que se me vino a la cabeza, en mi ignorancia fue: fobia al iPod, inmediatamente consulté con Google, y me enteré que el término significa: fobia a los pobres, y fue acuñado por Adela Cortina. Pues bien, el asunto es que con la crisis humanitaria, económica, política y social por la que atraviesa la hermana república de Venezuela, se estima que la población migratoria es de aproximadamente dos millones de personas.

No obstante, hay que aclarar que la primera migración se dio en el Gobierno de Hugo Chávez Frías, y fue la de altos ejecutivos venezolanos que decidieron invertir en nuestro país. Después vino la oleada masiva de venezolanos de a pie, carentes de todo, que se dedican a limpiar parabrisas en las calles, o a ejercer la prostitución, o a vender productos tales como: pañales, tinto o golosinas, otros se han dedicado a la comisión de delitos.

En el Gobierno Santos y ahora en el del Presidente Duque, se les da la posibilidad de obtener licencias temporales (Permiso Especial de Permanencia) que le dan la oportunidad de trabajar, tienen a sus hijos estudiando en colegios públicos, reciben atención médica etc. Sin embargo, todas estas ayudas han sido insuficientes frente al elevado volumen de migrantes asentados en nuestros departamentos fronterizos, y la situación del vecino país no parece tener solución en el corto plazo.

Es así como empieza a hablarse de xenofobia: que es la fobia al extranjero, pero no es precisamente fobia al extranjero, porque a los inversionistas venezolanos como es el caso de la empresa Farmatodo, se les recibió con los brazos abiertos, es más bien, fobia al necesitado, al pobre, y eso si deja mucho que decir en cuanto a nuestra solidaridad con el hermano necesitado, que es la misma fobia hacia el pariente pobre.

Los colombianos residenciados en Venezuela fueron cedulados como naturales de ese país, sin mayor problema, durante el Gobierno Chavista, pero hoy en día, los veinte mil niños nacidos en territorio colombiano de padres venezolanos se les expide el certificado “sin nacionalidad”, es decir son niños apátridas sin nacionalidad que, tendrán acceso a la educación y a la salud, pero no podrán ejercer sus derechos civiles y políticos.

Todo ello muy a pesar que Colombia como Estado parte ha suscrito Convenios Internacionales que propenden por la reducción de los apátridas (Convención para la reducción de los casos de apátrida, año 1954, ratificado por Colombia mediante Ley 1588 de 2012), pero todo se ha quedado en buenas intenciones, prevaleciendo aquí, que una cosa es lo que se firma y otra lo que se hace.

Nota de cierre: Son 175 líderes sociales amenazados de muerte en el departamento del Cesar, entre ellos los de Pelaya, Pueblo Bello, Codazzi, Palitas, Chiriguaná, La Paz, El Copey, Becerril, Aguachica, La Jagua de Ibirico y Valledupar. [email protected]

Columnista
18 junio, 2019

La Aporofobia

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Les confieso que la primera vez que escuche esta palabra, lo primero que se me vino a la cabeza, en mi ignorancia fue: fobia al iPod, inmediatamente consulté con Google, y me enteré que el término significa: fobia a los pobres, y fue acuñado por Adela Cortina. Pues bien, el asunto es que con la […]


Les confieso que la primera vez que escuche esta palabra, lo primero que se me vino a la cabeza, en mi ignorancia fue: fobia al iPod, inmediatamente consulté con Google, y me enteré que el término significa: fobia a los pobres, y fue acuñado por Adela Cortina. Pues bien, el asunto es que con la crisis humanitaria, económica, política y social por la que atraviesa la hermana república de Venezuela, se estima que la población migratoria es de aproximadamente dos millones de personas.

No obstante, hay que aclarar que la primera migración se dio en el Gobierno de Hugo Chávez Frías, y fue la de altos ejecutivos venezolanos que decidieron invertir en nuestro país. Después vino la oleada masiva de venezolanos de a pie, carentes de todo, que se dedican a limpiar parabrisas en las calles, o a ejercer la prostitución, o a vender productos tales como: pañales, tinto o golosinas, otros se han dedicado a la comisión de delitos.

En el Gobierno Santos y ahora en el del Presidente Duque, se les da la posibilidad de obtener licencias temporales (Permiso Especial de Permanencia) que le dan la oportunidad de trabajar, tienen a sus hijos estudiando en colegios públicos, reciben atención médica etc. Sin embargo, todas estas ayudas han sido insuficientes frente al elevado volumen de migrantes asentados en nuestros departamentos fronterizos, y la situación del vecino país no parece tener solución en el corto plazo.

Es así como empieza a hablarse de xenofobia: que es la fobia al extranjero, pero no es precisamente fobia al extranjero, porque a los inversionistas venezolanos como es el caso de la empresa Farmatodo, se les recibió con los brazos abiertos, es más bien, fobia al necesitado, al pobre, y eso si deja mucho que decir en cuanto a nuestra solidaridad con el hermano necesitado, que es la misma fobia hacia el pariente pobre.

Los colombianos residenciados en Venezuela fueron cedulados como naturales de ese país, sin mayor problema, durante el Gobierno Chavista, pero hoy en día, los veinte mil niños nacidos en territorio colombiano de padres venezolanos se les expide el certificado “sin nacionalidad”, es decir son niños apátridas sin nacionalidad que, tendrán acceso a la educación y a la salud, pero no podrán ejercer sus derechos civiles y políticos.

Todo ello muy a pesar que Colombia como Estado parte ha suscrito Convenios Internacionales que propenden por la reducción de los apátridas (Convención para la reducción de los casos de apátrida, año 1954, ratificado por Colombia mediante Ley 1588 de 2012), pero todo se ha quedado en buenas intenciones, prevaleciendo aquí, que una cosa es lo que se firma y otra lo que se hace.

Nota de cierre: Son 175 líderes sociales amenazados de muerte en el departamento del Cesar, entre ellos los de Pelaya, Pueblo Bello, Codazzi, Palitas, Chiriguaná, La Paz, El Copey, Becerril, Aguachica, La Jagua de Ibirico y Valledupar. [email protected]