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Columnista - 7 junio, 2018

La apliación de la medida del día sin moto

Cuando el Alcalde impone este tipo de medidas que afectan la ciudad, como la del día sin moto, que perturba el normal funcionamiento de las instituciones, la industria, la recreación y el comercio, se supone por lo menos que cuenta con la debida justificación para garantizar buenos resultados, principalmente si se elaboraron previamente los estudios […]

Cuando el Alcalde impone este tipo de medidas que afectan la ciudad, como la del día sin moto, que perturba el normal funcionamiento de las instituciones, la industria, la recreación y el comercio, se supone por lo menos que cuenta con la debida justificación para garantizar buenos resultados, principalmente si se elaboraron previamente los estudios de viabilidad, seguimiento y evaluación de la regulación, con el fin de que por datos estadísticos se demuestren los beneficios obtenidos para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, como soporte suficiente para dar continuidad a esta limitación que ha generado tan graves consecuencias.

Pero que semejante determinación sea tomada con el pretexto de obtener mayor seguridad ciudadana, seguridad vial y disfrute del espacio público no ocupado por las motos, tal acción parecería que le estuviera concediendo un día de descanso a las autoridades de policía, a la delincuencia y al disfrute inequitativo del espacio público desocupado, situación que podría configurarse en vía de hecho y en violación al derecho al trabajo, principalmente cuando no se conoce informe oficial alguno que demuestre que la ampliación del término de la aplicación de la medida ha sido bien tomada.

No comparto el argumento de que se haya logrado mejor control de la accidentalidad con esta imposición, porque los accidentes ocurren por excesos de velocidad, desconocimiento de señales de tránsito, imprudencia ciudadana, falta de inducción oficial continuada a los conductores, falta de asistencia de las autoridades a las intercepciones semaforizadas, ausencia total de multas a los infractores y carencia de soluciones urbanísticas como la de utilizar franjas exclusivas para los diferentes tipos de automotores, por ejemplo.

Ahora bien, ¿cómo podría imponerse un día sin moto, si Valledupar no cuenta con transporte público suficiente y adecuado, no existe una malla vial apropiada, no cuenta con alimentadores para suplir los barrios periféricos que tanto los necesitan; a zonas a donde no llegan sino motos?

A mi juicio, ese desafortunado mandato, a cambio de mejorar las condiciones de nuestra gente, solo contribuye a la falta al trabajo y a la desigualdad social, puesto que esta errónea forma de ejercer autoridad, solo crea escenarios propicios al malestar y desaliento, lejos de lograr nada positivo, pues esta actitud, se aparta de la obligación moral de ejecutar verdaderos actos de responsabilidad con su población.

Columnista
7 junio, 2018

La apliación de la medida del día sin moto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Augusto Enrique Orozco Sanchez

Cuando el Alcalde impone este tipo de medidas que afectan la ciudad, como la del día sin moto, que perturba el normal funcionamiento de las instituciones, la industria, la recreación y el comercio, se supone por lo menos que cuenta con la debida justificación para garantizar buenos resultados, principalmente si se elaboraron previamente los estudios […]


Cuando el Alcalde impone este tipo de medidas que afectan la ciudad, como la del día sin moto, que perturba el normal funcionamiento de las instituciones, la industria, la recreación y el comercio, se supone por lo menos que cuenta con la debida justificación para garantizar buenos resultados, principalmente si se elaboraron previamente los estudios de viabilidad, seguimiento y evaluación de la regulación, con el fin de que por datos estadísticos se demuestren los beneficios obtenidos para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, como soporte suficiente para dar continuidad a esta limitación que ha generado tan graves consecuencias.

Pero que semejante determinación sea tomada con el pretexto de obtener mayor seguridad ciudadana, seguridad vial y disfrute del espacio público no ocupado por las motos, tal acción parecería que le estuviera concediendo un día de descanso a las autoridades de policía, a la delincuencia y al disfrute inequitativo del espacio público desocupado, situación que podría configurarse en vía de hecho y en violación al derecho al trabajo, principalmente cuando no se conoce informe oficial alguno que demuestre que la ampliación del término de la aplicación de la medida ha sido bien tomada.

No comparto el argumento de que se haya logrado mejor control de la accidentalidad con esta imposición, porque los accidentes ocurren por excesos de velocidad, desconocimiento de señales de tránsito, imprudencia ciudadana, falta de inducción oficial continuada a los conductores, falta de asistencia de las autoridades a las intercepciones semaforizadas, ausencia total de multas a los infractores y carencia de soluciones urbanísticas como la de utilizar franjas exclusivas para los diferentes tipos de automotores, por ejemplo.

Ahora bien, ¿cómo podría imponerse un día sin moto, si Valledupar no cuenta con transporte público suficiente y adecuado, no existe una malla vial apropiada, no cuenta con alimentadores para suplir los barrios periféricos que tanto los necesitan; a zonas a donde no llegan sino motos?

A mi juicio, ese desafortunado mandato, a cambio de mejorar las condiciones de nuestra gente, solo contribuye a la falta al trabajo y a la desigualdad social, puesto que esta errónea forma de ejercer autoridad, solo crea escenarios propicios al malestar y desaliento, lejos de lograr nada positivo, pues esta actitud, se aparta de la obligación moral de ejecutar verdaderos actos de responsabilidad con su población.