El estilo musical de Nacho, Ana, y Ronny, bajo la dirección de Jimmy Cuellar ha gustado tanto que ya tienen agenda hasta octubre.
La música es un elemento que influye de manera significativa en la vida de los jóvenes. Actualmente, se puede decir que el género que más influencia a la juventud es la música urbana y esto se debe a su alto contenido de cotidianidad, liberación, expresiones culturales y de mensajes que no pueden decir directamente a la sociedad.
Lo que nació como un homenaje al Gran Marín Elías se ha convertido en el trampolín para la carrera musical que emprendieron hace cuatro meses un grupo de jóvenes soñadores que se hacen llamar Klan Urbano.
Esta familia integrada por Nacho Acuña, Ana Carolina Cuellar y Ronny Palacios ha iniciado un proyecto lleno de sueños y esperanzas, guiados por el productor y arreglista Jimmy Cuellar, quien hace algunos años soñaba con incursionar en el género urbano, y que gracias al talento desmedido de estos muchachos hoy, ese sueño se convierte en realidad.
Sus voces enamoraron al productor Jimmy Cuéllar, quien en el estudio Fama Music decidió realizar un disco para promover a estos talentosos muchachos, quienes están convencidos que de la mano de Dios llegarán muy lejos en la música.
La agrupación empezó con Ignacio y Ronny, dos jóvenes de bajos recursos que viven en las invasiones Altos de Pimienta y Brisas de la Popa, respectivamente. El talento, compromiso y humildad de estos artistas fue el detonante para que Cuellar le apostara al proyecto con estos dos jóvenes, dos meses después se vinculó Ana Carolina por la necesidad de una voz femenina a las melodías del Klan.
Nacho Acuña y Ronny Palacios han convivido con las malas compañías, con la delincuencia y la drogadicción en esas invasiones, pero los valores transmitidos por sus padres y la confianza en Dios les ha permitido salir adelante en sus proyectos de vida.
Estos jóvenes, quienes aman la música vallenata porque de ella han vivido durante sus primeros años, decidieron crear una agrupación de música urbana para demostrar que el talento está por encima de la maldad, el abandono estatal y las mentiras de los políticos.
Para Ignacio, su talento en la música ha sido la puerta de entrada a una sociedad carente de oportunidades para quienes como él, no cuentan con los recursos para iniciar una carrera universitaria. “Soñaba con estudiar Ingeniería de Sistemas, pero mis padres no cuentan con los recursos para costearla, he intentado acceder a los estudios del Sena pero no he pasado los exámenes de admisión. Sé que Dios me dará para estudiar y ser un profesional, le daré ese regalo a mis padres”, contó Nacho.
Cuenta que la vena musical viene de su abuelo: “él tocaba caja, yo lo veía y me gustaba, también tengo unos tíos que son músicos, de verlos a ellos fui adquiriendo el gusto por la música, gracias a unas becas aprendí a tocar percusión en la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata”.
Asegura que sabe tocar guacharaca y los instrumentos que más le apasionan son la guitarra y las congas.
Aunque es raizal, ama el vallenato y lo interpreta de forma melódica, tal vez la generación de la que hace parte lo ha hecho amar también los sonidos urbanos como el reguetón y la champeta. “Soy vallenato y la música corre por mis venas pero me apasiona la música urbana y la balada”, expresó.
Él es temeroso de Dios, cada día lo pone en sus manos, declarando bendiciones no solo para su vida, su familia y su proyecto sino para todos los que le rodean.
Por su parte, Ana Carolina, de 18 años, nació en un hogar rodeada de músicos, sus hermanos, sus tíos y su padre Jimmy, siempre han estado ligados a la industria musical. Es estudiante de Comercio internacional, pero su sueño es ser una artista reconocida.
Reconoce que la música la trae en sus venas. “Eso es de cuna, mi hermano, mi papa es músico y crecí rodeada de ese ambiente musical, de pequeños nos poníamos a cantar junto a mi hermana mayor, durábamos horas tocando y cantando, de allí adquirí la parte vocal. Desde los trece años me motive a conocer los instrumentos pero paradójicamente me voy más por la parte clásica”, aseguró.
Su llegada a Klan Urbano, para ella fue inesperado aunque desde el principio colaboraba con voces y ensayando surgió el ingreso a la agrupación. “Los chicos me escucharon y me propusieron, aquí vamos, la aceptación ha sido increíble, a veces sentimos que es un sueño”, manifestó.
Ana Carolina, Nacho y Ronny concuerdan en que este es un sueño al que le están apostando una gran carga de responsabilidad y compromiso, sumado al talento de los intérpretes y de cada una de las personas que le aportan de una u otra forma a Klan Urbano.
A la fecha, han realizado 10 conciertos, con un show en vivo lleno de energía con seis bailarines en escena y un DJ, que le dan mayor fuerza a la agrupación en el escenario.
Sueñan con ser grandes estrellas, con pies de plomo, para no dejarse deslumbrar por la fama y recordar siempre de dónde viene para seguir trabajando porque otros jóvenes como ellos, encuentren en la música, el deporte y el estudio un camino distinto al que a diario tienen que recorrer en las invasiones donde residen.
“Para nosotros ha sido un gran reto porque es evidente que es un medio muy difícil, con muchos talentos y muchos factores externos que a veces hacen que los jóvenes se desvíen, pero estamos trabando duro en un objetivo claro y es llegar a los mejores escenarios. Así que nosotros estamos dándole aire a lo que son los sonidos urbanos de esta región”, comentaron los vocalistas.
Por: Ariadne Osorio Ponce
[email protected]
El estilo musical de Nacho, Ana, y Ronny, bajo la dirección de Jimmy Cuellar ha gustado tanto que ya tienen agenda hasta octubre.
La música es un elemento que influye de manera significativa en la vida de los jóvenes. Actualmente, se puede decir que el género que más influencia a la juventud es la música urbana y esto se debe a su alto contenido de cotidianidad, liberación, expresiones culturales y de mensajes que no pueden decir directamente a la sociedad.
Lo que nació como un homenaje al Gran Marín Elías se ha convertido en el trampolín para la carrera musical que emprendieron hace cuatro meses un grupo de jóvenes soñadores que se hacen llamar Klan Urbano.
Esta familia integrada por Nacho Acuña, Ana Carolina Cuellar y Ronny Palacios ha iniciado un proyecto lleno de sueños y esperanzas, guiados por el productor y arreglista Jimmy Cuellar, quien hace algunos años soñaba con incursionar en el género urbano, y que gracias al talento desmedido de estos muchachos hoy, ese sueño se convierte en realidad.
Sus voces enamoraron al productor Jimmy Cuéllar, quien en el estudio Fama Music decidió realizar un disco para promover a estos talentosos muchachos, quienes están convencidos que de la mano de Dios llegarán muy lejos en la música.
La agrupación empezó con Ignacio y Ronny, dos jóvenes de bajos recursos que viven en las invasiones Altos de Pimienta y Brisas de la Popa, respectivamente. El talento, compromiso y humildad de estos artistas fue el detonante para que Cuellar le apostara al proyecto con estos dos jóvenes, dos meses después se vinculó Ana Carolina por la necesidad de una voz femenina a las melodías del Klan.
Nacho Acuña y Ronny Palacios han convivido con las malas compañías, con la delincuencia y la drogadicción en esas invasiones, pero los valores transmitidos por sus padres y la confianza en Dios les ha permitido salir adelante en sus proyectos de vida.
Estos jóvenes, quienes aman la música vallenata porque de ella han vivido durante sus primeros años, decidieron crear una agrupación de música urbana para demostrar que el talento está por encima de la maldad, el abandono estatal y las mentiras de los políticos.
Para Ignacio, su talento en la música ha sido la puerta de entrada a una sociedad carente de oportunidades para quienes como él, no cuentan con los recursos para iniciar una carrera universitaria. “Soñaba con estudiar Ingeniería de Sistemas, pero mis padres no cuentan con los recursos para costearla, he intentado acceder a los estudios del Sena pero no he pasado los exámenes de admisión. Sé que Dios me dará para estudiar y ser un profesional, le daré ese regalo a mis padres”, contó Nacho.
Cuenta que la vena musical viene de su abuelo: “él tocaba caja, yo lo veía y me gustaba, también tengo unos tíos que son músicos, de verlos a ellos fui adquiriendo el gusto por la música, gracias a unas becas aprendí a tocar percusión en la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata”.
Asegura que sabe tocar guacharaca y los instrumentos que más le apasionan son la guitarra y las congas.
Aunque es raizal, ama el vallenato y lo interpreta de forma melódica, tal vez la generación de la que hace parte lo ha hecho amar también los sonidos urbanos como el reguetón y la champeta. “Soy vallenato y la música corre por mis venas pero me apasiona la música urbana y la balada”, expresó.
Él es temeroso de Dios, cada día lo pone en sus manos, declarando bendiciones no solo para su vida, su familia y su proyecto sino para todos los que le rodean.
Por su parte, Ana Carolina, de 18 años, nació en un hogar rodeada de músicos, sus hermanos, sus tíos y su padre Jimmy, siempre han estado ligados a la industria musical. Es estudiante de Comercio internacional, pero su sueño es ser una artista reconocida.
Reconoce que la música la trae en sus venas. “Eso es de cuna, mi hermano, mi papa es músico y crecí rodeada de ese ambiente musical, de pequeños nos poníamos a cantar junto a mi hermana mayor, durábamos horas tocando y cantando, de allí adquirí la parte vocal. Desde los trece años me motive a conocer los instrumentos pero paradójicamente me voy más por la parte clásica”, aseguró.
Su llegada a Klan Urbano, para ella fue inesperado aunque desde el principio colaboraba con voces y ensayando surgió el ingreso a la agrupación. “Los chicos me escucharon y me propusieron, aquí vamos, la aceptación ha sido increíble, a veces sentimos que es un sueño”, manifestó.
Ana Carolina, Nacho y Ronny concuerdan en que este es un sueño al que le están apostando una gran carga de responsabilidad y compromiso, sumado al talento de los intérpretes y de cada una de las personas que le aportan de una u otra forma a Klan Urbano.
A la fecha, han realizado 10 conciertos, con un show en vivo lleno de energía con seis bailarines en escena y un DJ, que le dan mayor fuerza a la agrupación en el escenario.
Sueñan con ser grandes estrellas, con pies de plomo, para no dejarse deslumbrar por la fama y recordar siempre de dónde viene para seguir trabajando porque otros jóvenes como ellos, encuentren en la música, el deporte y el estudio un camino distinto al que a diario tienen que recorrer en las invasiones donde residen.
“Para nosotros ha sido un gran reto porque es evidente que es un medio muy difícil, con muchos talentos y muchos factores externos que a veces hacen que los jóvenes se desvíen, pero estamos trabando duro en un objetivo claro y es llegar a los mejores escenarios. Así que nosotros estamos dándole aire a lo que son los sonidos urbanos de esta región”, comentaron los vocalistas.
Por: Ariadne Osorio Ponce
[email protected]