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Columnista - 26 noviembre, 2011

Juventud, exclusión y seguridad

Valledupar, Como Vamos Por: José Gregorio Calderón* Director del Programa Valledupar Como Vamos En el cierre del año 2010 el comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel, Hugo Velásquez, exponía con preocupación que Valledupar registró 106 homicidios, superando, proporcionalmente, a ciudades como Bogotá y Barranquilla y que – sin embargo- esa cifra era inferior en […]

Valledupar, Como Vamos

Por: José Gregorio Calderón*
Director del Programa Valledupar Como Vamos

En el cierre del año 2010 el comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel, Hugo Velásquez, exponía con preocupación que Valledupar registró 106 homicidios, superando, proporcionalmente, a ciudades como Bogotá y Barranquilla y que – sin embargo- esa cifra era inferior en un 33% a la registrada el año 2009.
En esta semana que pasó los medios impresos y las estaciones de radio registraban con asombro el accionar delictivo de este aberrante indicador, que se sobrepasaba la cifra del año en referencia y hasta el 22 de noviembre llegaba a 110 homicidios. La voz y la pluma de los periodistas que con sigilo y disciplina tratan de explicar el fenómeno, es pesimista respecto a todas las estrategias que el sector institucional y las fuerzas de seguridad puedan poner en práctica para detener estos siniestros.
En días pasados tuve la oportunidad de participar en una charla en el despacho del coronel Velásquez y los dos oficiales encargados de las estadísticas delictivas del Departamento de Policía Cesar y las conclusiones de esta plática revelan que el organismo de seguridad tiene aportes valiosos para la construcción de una eficaz política de seguridad para la ciudad.  Hay una caracterización en la mayoría de los delitos correspondientes a la modalidad de homicidios y – en general- a la inmensa mayoría de delitos que nutre el sistema estadístico de criminalística SIJIN DECES: los autores e involucrados son jóvenes.
¿Qué pasa con nuestra juventud?. Esa gran masa poblacional –mayoría en la composición etarea de Valledupar- que en la última encuesta de percepción ciudadana del programa Valledupar Como Vamos, exige generación de empleo permanente y de calidad, así como calidad en la educación y salud recibidas, servicios en los que el modelo de ciudad direccionado por la tendencia globalizadora, se han direccionado en alcanzar niveles altos de cobertura, descuidando la formación de clase.
Para este grupo de gente pensante que posee la policía, hay dos causas que atacar: a) el descuido de la formación de los niños y jóvenes en los hogares, según los organismos internacionales de salud, el 70% de los padres no aconsejan ni direccionan con inteligencia y disciplina a sus hijos, se viene desmoronando el concepto de familia y con él una pérdida de valores que incide en lo pobres indicadores de competencias ciudadanas como la tolerancia y la convivencia, así como la desaparición de la disciplina social. Y b) El crecimiento de la ciudad en los últimos 20 años obedece a las consecuencias del conflicto interno, que se refleja en una ciudad planificada con límites invisibles satisfactorios en todos sus indicadores de bienestar y otra ciudad excluida de estos beneficios: sin vías, con deficiencias en servicios públicos y espacios de esparcimiento y recreación adecuados.
Este fenómeno se ve reflejado en un desorden urbano rico en cemento, pero pobre en soluciones incluyentes que rodearon la ciudad planificada. Un conclusión en esta reunión: hay soluciones con un alto costo político como la reubicación de los barrios de la margen derecha del río Guatapurí que se posterga indefinidamente y otra es impulsar al alcalde electo, Freddys Socarras Reales, a esgrimir un trabajo de planeación como nunca se ha realizado, en su fase de discusión y participación con representantes protagonistas reales, para que definamos que Valduparense queremos construir en los siguientes 10 años, pues la vieja ciudad provinciana con lo que ello encierra en valores y reglas de juego, desapareció.

Columnista
26 noviembre, 2011

Juventud, exclusión y seguridad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Gregorio Díaz Calderón

Valledupar, Como Vamos Por: José Gregorio Calderón* Director del Programa Valledupar Como Vamos En el cierre del año 2010 el comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel, Hugo Velásquez, exponía con preocupación que Valledupar registró 106 homicidios, superando, proporcionalmente, a ciudades como Bogotá y Barranquilla y que – sin embargo- esa cifra era inferior en […]


Valledupar, Como Vamos

Por: José Gregorio Calderón*
Director del Programa Valledupar Como Vamos

En el cierre del año 2010 el comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel, Hugo Velásquez, exponía con preocupación que Valledupar registró 106 homicidios, superando, proporcionalmente, a ciudades como Bogotá y Barranquilla y que – sin embargo- esa cifra era inferior en un 33% a la registrada el año 2009.
En esta semana que pasó los medios impresos y las estaciones de radio registraban con asombro el accionar delictivo de este aberrante indicador, que se sobrepasaba la cifra del año en referencia y hasta el 22 de noviembre llegaba a 110 homicidios. La voz y la pluma de los periodistas que con sigilo y disciplina tratan de explicar el fenómeno, es pesimista respecto a todas las estrategias que el sector institucional y las fuerzas de seguridad puedan poner en práctica para detener estos siniestros.
En días pasados tuve la oportunidad de participar en una charla en el despacho del coronel Velásquez y los dos oficiales encargados de las estadísticas delictivas del Departamento de Policía Cesar y las conclusiones de esta plática revelan que el organismo de seguridad tiene aportes valiosos para la construcción de una eficaz política de seguridad para la ciudad.  Hay una caracterización en la mayoría de los delitos correspondientes a la modalidad de homicidios y – en general- a la inmensa mayoría de delitos que nutre el sistema estadístico de criminalística SIJIN DECES: los autores e involucrados son jóvenes.
¿Qué pasa con nuestra juventud?. Esa gran masa poblacional –mayoría en la composición etarea de Valledupar- que en la última encuesta de percepción ciudadana del programa Valledupar Como Vamos, exige generación de empleo permanente y de calidad, así como calidad en la educación y salud recibidas, servicios en los que el modelo de ciudad direccionado por la tendencia globalizadora, se han direccionado en alcanzar niveles altos de cobertura, descuidando la formación de clase.
Para este grupo de gente pensante que posee la policía, hay dos causas que atacar: a) el descuido de la formación de los niños y jóvenes en los hogares, según los organismos internacionales de salud, el 70% de los padres no aconsejan ni direccionan con inteligencia y disciplina a sus hijos, se viene desmoronando el concepto de familia y con él una pérdida de valores que incide en lo pobres indicadores de competencias ciudadanas como la tolerancia y la convivencia, así como la desaparición de la disciplina social. Y b) El crecimiento de la ciudad en los últimos 20 años obedece a las consecuencias del conflicto interno, que se refleja en una ciudad planificada con límites invisibles satisfactorios en todos sus indicadores de bienestar y otra ciudad excluida de estos beneficios: sin vías, con deficiencias en servicios públicos y espacios de esparcimiento y recreación adecuados.
Este fenómeno se ve reflejado en un desorden urbano rico en cemento, pero pobre en soluciones incluyentes que rodearon la ciudad planificada. Un conclusión en esta reunión: hay soluciones con un alto costo político como la reubicación de los barrios de la margen derecha del río Guatapurí que se posterga indefinidamente y otra es impulsar al alcalde electo, Freddys Socarras Reales, a esgrimir un trabajo de planeación como nunca se ha realizado, en su fase de discusión y participación con representantes protagonistas reales, para que definamos que Valduparense queremos construir en los siguientes 10 años, pues la vieja ciudad provinciana con lo que ello encierra en valores y reglas de juego, desapareció.