Ya todos sabemos que se nos avecina un diciembre atípico y muy distinto a todos los anteriores, que no podremos hacer lo que los colombianos acostumbrábamos por estas épocas, que las reuniones familiares ya no serán tan concurridas, que los borrachitos este año no podrán deambular por el barrio y las calles repartiendo besos y […]
Ya todos sabemos que se nos avecina un diciembre atípico y muy distinto a todos los anteriores, que no podremos hacer lo que los colombianos acostumbrábamos por estas épocas, que las reuniones familiares ya no serán tan concurridas, que los borrachitos este año no podrán deambular por el barrio y las calles repartiendo besos y abrazos el 31; no obstante, también tengo claro que no dejaremos que la bendita pandemia se apropie de todo y que seguiremos escuchando música, especialmente aquella a la que estamos acostumbrados todos los diciembres y sin duda las canciones de Julio Erazo Cuevas no van a faltar en los hogares colombianos este año.
Cuando apenas iniciaba este infortunado 2020, el Ministerio de Cultura de Colombia me dio la noticia que ya tenía impreso y listo para publicar el libro que tuve el honor de escribir, sobre la vida y obra de Julio Erazo Cuevas, “Un secreto bien guardado que canta al río Magdalena”. Se metió la pandemia y con ella el confinamiento, no pudimos hacer lanzamiento del libro y todo quedó allí, tal como el título de la obra: “Un secreto bien guardado”.
Hoy quiero conversar con ustedes sobre algunas de esas canciones que compuso y cantó uno de los más grandes compositores que ha dado el Caribe colombiano y que cuando llega diciembre nos alegra el alma, y en esta oportunidad no va a ser la excepción.
Hay muchos compositores que se especializan y concretan en un género musical, Julio Erazo no es precisamente de esos, y en todo el territorio nacional y países vecinos han escuchado canciones de aquellas que llamamos tropicales y de las que muchas veces ni sabemos quién es el autor, pero nos las gozamos por años y décadas, ejemplo:
¡Adonay, por qué te casaste Adonay!
¡Adonay por qué no esperaste mi amor!
¡Adonay por ti se forjó mi pasión!
¡Por ti corre siempre veloz, la sangre de mi corazón!
Y por estas épocas decembrinas la música de Julio Erazo cobra una vida esplendorosa, a veces tampoco sabemos quién la interpreta, porque precisamente son muchas las versiones que tienen canciones éxitos que ya cumplen más de medio siglo en el gusto de los colombianos, cuando escuchamos versos como este: “Yo conozco a Claudia, a Claudia conozco, yo conozco a Claudia por el modo e caminar” o cuando en versión de alguna orquesta extranjera o colombiana, nos disfrutamos versos como este:
Hace un mes que no te miro
Hace un mes que no te abrazo
Hace un mes que no suspiro
Abrazado entre tus brazos.
Y en el vallenato de fin y comienzos de año de versos como: “Me perdona, pero fue que yo, el día primero fui a sacar guayabo, fui adonde Alirio y me tomé unos tragos y el guayabo no se me pasó”
Y con Julio Erazo tenemos material para diez o más columnas como esta, pero el espacio aquí es muy reducido, toca dedicarle por lo menos otra, para hablar de: Rosalbita, Lejos de ti, La pata pelá, Celosa y guapa, entre tantas otras.
COLOFÓN: Este sábado 21 de noviembre a las 6 pm La Parranda de Nain en redes sociales presenta a la dinastía Granados, con el juglar Ovidio Granados a la cabeza. Madre mía.
Ya todos sabemos que se nos avecina un diciembre atípico y muy distinto a todos los anteriores, que no podremos hacer lo que los colombianos acostumbrábamos por estas épocas, que las reuniones familiares ya no serán tan concurridas, que los borrachitos este año no podrán deambular por el barrio y las calles repartiendo besos y […]
Ya todos sabemos que se nos avecina un diciembre atípico y muy distinto a todos los anteriores, que no podremos hacer lo que los colombianos acostumbrábamos por estas épocas, que las reuniones familiares ya no serán tan concurridas, que los borrachitos este año no podrán deambular por el barrio y las calles repartiendo besos y abrazos el 31; no obstante, también tengo claro que no dejaremos que la bendita pandemia se apropie de todo y que seguiremos escuchando música, especialmente aquella a la que estamos acostumbrados todos los diciembres y sin duda las canciones de Julio Erazo Cuevas no van a faltar en los hogares colombianos este año.
Cuando apenas iniciaba este infortunado 2020, el Ministerio de Cultura de Colombia me dio la noticia que ya tenía impreso y listo para publicar el libro que tuve el honor de escribir, sobre la vida y obra de Julio Erazo Cuevas, “Un secreto bien guardado que canta al río Magdalena”. Se metió la pandemia y con ella el confinamiento, no pudimos hacer lanzamiento del libro y todo quedó allí, tal como el título de la obra: “Un secreto bien guardado”.
Hoy quiero conversar con ustedes sobre algunas de esas canciones que compuso y cantó uno de los más grandes compositores que ha dado el Caribe colombiano y que cuando llega diciembre nos alegra el alma, y en esta oportunidad no va a ser la excepción.
Hay muchos compositores que se especializan y concretan en un género musical, Julio Erazo no es precisamente de esos, y en todo el territorio nacional y países vecinos han escuchado canciones de aquellas que llamamos tropicales y de las que muchas veces ni sabemos quién es el autor, pero nos las gozamos por años y décadas, ejemplo:
¡Adonay, por qué te casaste Adonay!
¡Adonay por qué no esperaste mi amor!
¡Adonay por ti se forjó mi pasión!
¡Por ti corre siempre veloz, la sangre de mi corazón!
Y por estas épocas decembrinas la música de Julio Erazo cobra una vida esplendorosa, a veces tampoco sabemos quién la interpreta, porque precisamente son muchas las versiones que tienen canciones éxitos que ya cumplen más de medio siglo en el gusto de los colombianos, cuando escuchamos versos como este: “Yo conozco a Claudia, a Claudia conozco, yo conozco a Claudia por el modo e caminar” o cuando en versión de alguna orquesta extranjera o colombiana, nos disfrutamos versos como este:
Hace un mes que no te miro
Hace un mes que no te abrazo
Hace un mes que no suspiro
Abrazado entre tus brazos.
Y en el vallenato de fin y comienzos de año de versos como: “Me perdona, pero fue que yo, el día primero fui a sacar guayabo, fui adonde Alirio y me tomé unos tragos y el guayabo no se me pasó”
Y con Julio Erazo tenemos material para diez o más columnas como esta, pero el espacio aquí es muy reducido, toca dedicarle por lo menos otra, para hablar de: Rosalbita, Lejos de ti, La pata pelá, Celosa y guapa, entre tantas otras.
COLOFÓN: Este sábado 21 de noviembre a las 6 pm La Parranda de Nain en redes sociales presenta a la dinastía Granados, con el juglar Ovidio Granados a la cabeza. Madre mía.