Es inevitable, el mundo se llenó de mascotas. Gatos y perros siguen reinando, los cuentos del rey león, la zorra y las uvas, son eso, cuentos. Hablaré aquí de los felinos, a la consorte de los caninos, las féminas las recuerdan cada fin de semana. Haré un repaso en la historia cultural del gato, es […]
Es inevitable, el mundo se llenó de mascotas. Gatos y perros siguen reinando, los cuentos del rey león, la zorra y las uvas, son eso, cuentos. Hablaré aquí de los felinos, a la consorte de los caninos, las féminas las recuerdan cada fin de semana. Haré un repaso en la historia cultural del gato, es decir del tigre en casa, obra de Carl Van Vechten de 1920 y nada ha cambiado, excepto que ya no existen ciudades gatunas sino naranjeras. Pero los gatos siguen de bandidos, como en los cuentos. En noble felino tiene sus gustos y sus mañas, sus poderes y sus perversiones. Cada hombre llevamos o soñamos una noble y tierna gatita. O varias. Del gato se dice que es taimado y falso, ladrón y malagradecido, cruel y veleidoso, amigo de la casa y no del humano. Es una opinión desconsiderada y precipitada, lo sé
El perro recordará tres días de bondad durante tres años, el gato olvidará tres años de bondad en tres días, por eso los gatos nunca miran al cielo de frente, un dato por confirmar en poco tiempo. En el caribe la frase de cachaco, paloma y gato tres animales ingratos se enseñas desde las escuelas. Existen gatos angelicales y demoniacos, han llegado a llamarle la “serpiente peluda” asociados con brujas y supersticiones de todo tipo, desde tiempos inmemoriales, esto hace crecer su antipatía y malignidad.
La historia dice que Napoleón es el ailurofobico más celebre, sus súbditos y mujeres con sólo mencionar al animal, aprovechaban de su poder inmenso para todo tipo de favores, en eso los tiempos cambiaron un poco, al menos entierras vallenatas, mientras más cercanía se tenga con el gato, más favores se reciben. Mima y serás mimado.
Desde alrededor de 1.600 A.C, aparece el gato en la historia, en el Cesar apenas estamos acostumbrándonos a esta legendaria mascota. Seguimos perrunos por acá. Baudelaire, en “Las flores del mal” se preguntaba: ¿es un hada o es un dios? Hasta la etimología de su nombre es oscura. De la palabra latina felis, se deriva felino, anota en el siglo IX, el agrónomo romano Paladio, quien recomienda tenerlo vigilado en los jardines.
Adolphe Pictet, etimologista del siglo XIX dice que proviene del antiguo sánscrito, pucha, piccha que significa cola. Puede haber algunos indicios en los gatos del Cesar. En lenguas más familiares, en flamenco es kat, en sueco katt, en italiano gatto, de ahí pasa a nuestro idioma como llamado de remedo y urgencia. Siguen las razones. Hay muchas frases de gatos en distintos países y épocas; gato maullador no es buen cazador, dicen los españoles. El ratón no sale con el estómago lleno en la casa del gato. Y este parece un dicho muy vallenato, políticamente. Curiosidades no faltan, observando la imagen de San Ivo, el patrón de los abogados, se hace acompañar de un gato, el Ivo nuestro musical, convive con una abogada visionaria, es decir con ojos de gata. A propósito, en la música, una de las sontas de Scarlatti se llama “La fuga del gato” lo que indica que el animal puede fugarse tranquilamente.
El gato caza solitario y siempre para él, no comparte, excepto con hermanos de su pareja, es decir gatos cuñados, si fuera humano. Recuerda genéticamente mostrar sus garras, cuando ya la presa esté segura, entonces come, guarda y tapa. Lo sucio lo tapa siempre, es su natural sistema. En la literatura los versos de gatos abundan. Goldsmith toca en Do mayor y escribe: Un gato que yo tengo/ que juega dentro de la casa/ se ha vuelto gordo de alimentarse/ de muchas y ocultas ratas. Cualquiera en tiempos electorales se entretiene con esta clase de versos. O recuerda a Shakespeare, en Malbeth cuando Romeo dice: El cielo es donde está Julieta/ y cada perro y cada gato y ratón y cosa indigna pueden verla. En nuestro caso no nos queda claro si podemos ver a Julieta o El cielo. Los tiempos cambian a prisa, apenas ayer éramos Ciudad Naranja y amanecimos siendo una simple tapita de limón en el presupuesto. Recordemos que fue una firma simbólica. Hoy pueden gobernarnos los gatos, que nos miran como perros. Cuando no hay perros, se montea con gatos, sabio proverbio campesino.
@edgardomendozag.
Es inevitable, el mundo se llenó de mascotas. Gatos y perros siguen reinando, los cuentos del rey león, la zorra y las uvas, son eso, cuentos. Hablaré aquí de los felinos, a la consorte de los caninos, las féminas las recuerdan cada fin de semana. Haré un repaso en la historia cultural del gato, es […]
Es inevitable, el mundo se llenó de mascotas. Gatos y perros siguen reinando, los cuentos del rey león, la zorra y las uvas, son eso, cuentos. Hablaré aquí de los felinos, a la consorte de los caninos, las féminas las recuerdan cada fin de semana. Haré un repaso en la historia cultural del gato, es decir del tigre en casa, obra de Carl Van Vechten de 1920 y nada ha cambiado, excepto que ya no existen ciudades gatunas sino naranjeras. Pero los gatos siguen de bandidos, como en los cuentos. En noble felino tiene sus gustos y sus mañas, sus poderes y sus perversiones. Cada hombre llevamos o soñamos una noble y tierna gatita. O varias. Del gato se dice que es taimado y falso, ladrón y malagradecido, cruel y veleidoso, amigo de la casa y no del humano. Es una opinión desconsiderada y precipitada, lo sé
El perro recordará tres días de bondad durante tres años, el gato olvidará tres años de bondad en tres días, por eso los gatos nunca miran al cielo de frente, un dato por confirmar en poco tiempo. En el caribe la frase de cachaco, paloma y gato tres animales ingratos se enseñas desde las escuelas. Existen gatos angelicales y demoniacos, han llegado a llamarle la “serpiente peluda” asociados con brujas y supersticiones de todo tipo, desde tiempos inmemoriales, esto hace crecer su antipatía y malignidad.
La historia dice que Napoleón es el ailurofobico más celebre, sus súbditos y mujeres con sólo mencionar al animal, aprovechaban de su poder inmenso para todo tipo de favores, en eso los tiempos cambiaron un poco, al menos entierras vallenatas, mientras más cercanía se tenga con el gato, más favores se reciben. Mima y serás mimado.
Desde alrededor de 1.600 A.C, aparece el gato en la historia, en el Cesar apenas estamos acostumbrándonos a esta legendaria mascota. Seguimos perrunos por acá. Baudelaire, en “Las flores del mal” se preguntaba: ¿es un hada o es un dios? Hasta la etimología de su nombre es oscura. De la palabra latina felis, se deriva felino, anota en el siglo IX, el agrónomo romano Paladio, quien recomienda tenerlo vigilado en los jardines.
Adolphe Pictet, etimologista del siglo XIX dice que proviene del antiguo sánscrito, pucha, piccha que significa cola. Puede haber algunos indicios en los gatos del Cesar. En lenguas más familiares, en flamenco es kat, en sueco katt, en italiano gatto, de ahí pasa a nuestro idioma como llamado de remedo y urgencia. Siguen las razones. Hay muchas frases de gatos en distintos países y épocas; gato maullador no es buen cazador, dicen los españoles. El ratón no sale con el estómago lleno en la casa del gato. Y este parece un dicho muy vallenato, políticamente. Curiosidades no faltan, observando la imagen de San Ivo, el patrón de los abogados, se hace acompañar de un gato, el Ivo nuestro musical, convive con una abogada visionaria, es decir con ojos de gata. A propósito, en la música, una de las sontas de Scarlatti se llama “La fuga del gato” lo que indica que el animal puede fugarse tranquilamente.
El gato caza solitario y siempre para él, no comparte, excepto con hermanos de su pareja, es decir gatos cuñados, si fuera humano. Recuerda genéticamente mostrar sus garras, cuando ya la presa esté segura, entonces come, guarda y tapa. Lo sucio lo tapa siempre, es su natural sistema. En la literatura los versos de gatos abundan. Goldsmith toca en Do mayor y escribe: Un gato que yo tengo/ que juega dentro de la casa/ se ha vuelto gordo de alimentarse/ de muchas y ocultas ratas. Cualquiera en tiempos electorales se entretiene con esta clase de versos. O recuerda a Shakespeare, en Malbeth cuando Romeo dice: El cielo es donde está Julieta/ y cada perro y cada gato y ratón y cosa indigna pueden verla. En nuestro caso no nos queda claro si podemos ver a Julieta o El cielo. Los tiempos cambian a prisa, apenas ayer éramos Ciudad Naranja y amanecimos siendo una simple tapita de limón en el presupuesto. Recordemos que fue una firma simbólica. Hoy pueden gobernarnos los gatos, que nos miran como perros. Cuando no hay perros, se montea con gatos, sabio proverbio campesino.
@edgardomendozag.