Las historias de dos jóvenes que muestran por qué es importante seguir apostándole a las becas en el Cesar.
Mientras muchos jóvenes cuentan con recursos económicos para estudiar y desperdician la oportunidad, otros son ejemplos de superación en el camino por obtener una carrera profesional.
Es el caso de Jorge Luis Pallares y Abigail Muñoz Ayala; el primero del corregimiento La loma y el segundo del municipio de Chiriguaná (Cesar), quienes obtuvieron una de las 11 becas universitarias que la multinacional carbonera Drummond otorgó a los jóvenes ‘más aplicados’ y de escasos recursos económicos en la zona de influencia minera.
Un día esperado
Son las 6:30 de la tarde mientras Jorge Luis Pallares está junto a su familia esperando el mejor regalo. Parecía que al estar sentado ahí apenas iniciaba el largo viaje de sueños. Pero no fue así.
Ese lo emprendió hace cinco meses atrás cuando decidió viajar a Bogotá, fría ciudad que hace tiempo presencia el esfuerzo y esmero con que este joven asiste a clases en la Universidad Nacional.
Ahora la vida le sonríe y mediante una llamada telefónica lo hizo acreedor de una beca para estudiar; ahora podrá continuar la profesión con que algún día aspira sacar de pobre a su mamá.
“Me alegra la iniciativa empresarial de entregar becas, llevó un semestre viviendo en Bogotá con mi hermano mayor, donde estudio con mucho esfuerzo”, comentó con entusiasmo al obtener su beca.
Mientras tanto, Lida Amaya comenta con nostalgia las adversidades enfrentadas con sus hijos: “Recuerdo el trabajo que pasé siendo madre soltera de siete hijos, los saqué adelante vendiendo comida, planchando y lavando. Siempre les dije: mijo estudien que la vida no es fácil, miren el trabajo que pasamos. Pero gracias a Dios mis hijos han sido buenos; uno ya va ser la tesis de ingeniería, otro estudia licenciatura y ahora Jorge será el geólogo de la familia. No cabe duda de que si alguien es temeroso de Dios, todo sale bien”.
Jorge Pallares obtuvo el mejor puntaje ICFES a nivel municipal y se destacó en el colegio como el mejor estudiante.
Una futura abogada
En la capital del Cesar mientras el sol llega al punto más álgido, Abigail Muñoz Ayala está atenta de recibir una visita. Llegan los organizadores del programa de becas para entrevistarla en una supuesta preselección. Tiempo después su hermana se acerca y le da la noticia: “Sorpresa eres una de las ganadoras de las becas”. La respuesta de Muños Ayala, es felicidad. Felicidad que reflejó en el salón de recesión en Valledupar donde recibió la beca.
“Ellos primero llegaron diciendo que era una de las seleccionadas, me entrevistaron y me hicieron creer que aún estaba concursando, pero a través de mi hermana me enteré y ¡Sorpresa! era ganadora de la beca”, cuenta entre sonrisas Abigail Ayala.
Ahora deja su tierra natal Chiriguaná, Cesar, para llegar a Valledupar y convertirse en una abogada defensora de los derechos de la familia. “Mi meta es terminar Derecho en la UPC de Valledupar y lograr especializarme como juez de familia. Veo constantemente como los padres de familia del municipio se van y no responden por los hijos, quiero defender los valores de la familia”, señaló.
Abigail Ayala la única esperanza que tenía era un crédito con el Icetex, porque otros dos hermanos estudian carreras universitarias y el presupuesto de la familia no alcanzaba. “Mis dos hermanos también estudian, por eso mi familia iba a pedir crédito al Icetex, mi ideal era esforzarme a salir adelante porque soy consciente que mi papá es pescador y mi mamá ama de casa”, agregó.
Esta joven de 16 años es la tercera de cuatro hermanos y en ese día especial la acompañó su familia, que la considera una niña esforzada y estudiosa, que tiene la mentalidad de superación.
Ahora Abigail Ayala llegará a la capital del Cesar para estudiar pero no olvidará los sabios consejos de su madre: “Hija no hay que ser cola sino cabeza, no tenemos dinero, pero la mentalidad siempre debe ser salir adelante”.
Así como Jorge Luis Pallares y Abigail Muñoz Ayala son muchos los jóvenes que continúan en la espera de ser profesionales con una beca.
Por Marllelys Salinas
Las historias de dos jóvenes que muestran por qué es importante seguir apostándole a las becas en el Cesar.
Mientras muchos jóvenes cuentan con recursos económicos para estudiar y desperdician la oportunidad, otros son ejemplos de superación en el camino por obtener una carrera profesional.
Es el caso de Jorge Luis Pallares y Abigail Muñoz Ayala; el primero del corregimiento La loma y el segundo del municipio de Chiriguaná (Cesar), quienes obtuvieron una de las 11 becas universitarias que la multinacional carbonera Drummond otorgó a los jóvenes ‘más aplicados’ y de escasos recursos económicos en la zona de influencia minera.
Un día esperado
Son las 6:30 de la tarde mientras Jorge Luis Pallares está junto a su familia esperando el mejor regalo. Parecía que al estar sentado ahí apenas iniciaba el largo viaje de sueños. Pero no fue así.
Ese lo emprendió hace cinco meses atrás cuando decidió viajar a Bogotá, fría ciudad que hace tiempo presencia el esfuerzo y esmero con que este joven asiste a clases en la Universidad Nacional.
Ahora la vida le sonríe y mediante una llamada telefónica lo hizo acreedor de una beca para estudiar; ahora podrá continuar la profesión con que algún día aspira sacar de pobre a su mamá.
“Me alegra la iniciativa empresarial de entregar becas, llevó un semestre viviendo en Bogotá con mi hermano mayor, donde estudio con mucho esfuerzo”, comentó con entusiasmo al obtener su beca.
Mientras tanto, Lida Amaya comenta con nostalgia las adversidades enfrentadas con sus hijos: “Recuerdo el trabajo que pasé siendo madre soltera de siete hijos, los saqué adelante vendiendo comida, planchando y lavando. Siempre les dije: mijo estudien que la vida no es fácil, miren el trabajo que pasamos. Pero gracias a Dios mis hijos han sido buenos; uno ya va ser la tesis de ingeniería, otro estudia licenciatura y ahora Jorge será el geólogo de la familia. No cabe duda de que si alguien es temeroso de Dios, todo sale bien”.
Jorge Pallares obtuvo el mejor puntaje ICFES a nivel municipal y se destacó en el colegio como el mejor estudiante.
Una futura abogada
En la capital del Cesar mientras el sol llega al punto más álgido, Abigail Muñoz Ayala está atenta de recibir una visita. Llegan los organizadores del programa de becas para entrevistarla en una supuesta preselección. Tiempo después su hermana se acerca y le da la noticia: “Sorpresa eres una de las ganadoras de las becas”. La respuesta de Muños Ayala, es felicidad. Felicidad que reflejó en el salón de recesión en Valledupar donde recibió la beca.
“Ellos primero llegaron diciendo que era una de las seleccionadas, me entrevistaron y me hicieron creer que aún estaba concursando, pero a través de mi hermana me enteré y ¡Sorpresa! era ganadora de la beca”, cuenta entre sonrisas Abigail Ayala.
Ahora deja su tierra natal Chiriguaná, Cesar, para llegar a Valledupar y convertirse en una abogada defensora de los derechos de la familia. “Mi meta es terminar Derecho en la UPC de Valledupar y lograr especializarme como juez de familia. Veo constantemente como los padres de familia del municipio se van y no responden por los hijos, quiero defender los valores de la familia”, señaló.
Abigail Ayala la única esperanza que tenía era un crédito con el Icetex, porque otros dos hermanos estudian carreras universitarias y el presupuesto de la familia no alcanzaba. “Mis dos hermanos también estudian, por eso mi familia iba a pedir crédito al Icetex, mi ideal era esforzarme a salir adelante porque soy consciente que mi papá es pescador y mi mamá ama de casa”, agregó.
Esta joven de 16 años es la tercera de cuatro hermanos y en ese día especial la acompañó su familia, que la considera una niña esforzada y estudiosa, que tiene la mentalidad de superación.
Ahora Abigail Ayala llegará a la capital del Cesar para estudiar pero no olvidará los sabios consejos de su madre: “Hija no hay que ser cola sino cabeza, no tenemos dinero, pero la mentalidad siempre debe ser salir adelante”.
Así como Jorge Luis Pallares y Abigail Muñoz Ayala son muchos los jóvenes que continúan en la espera de ser profesionales con una beca.
Por Marllelys Salinas