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Columnista - 4 octubre, 2012

Jesualdo Hernández Mieles, señor rector

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo  [email protected] Escribir sobre las personas que hacen el bien sin mirar a quien, produce doble satisfacción. Puedo decirles amigos lectores, con conocimiento de causa,  que del niño que vio mi madre jugar por las calles de Rincón Hondo, del “Chiche” que construyó cada  peldaño de su vida con sacrificio, nos […]

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo
 [email protected]

Escribir sobre las personas que hacen el bien sin mirar a quien, produce doble satisfacción. Puedo decirles amigos lectores, con conocimiento de causa,  que del niño que vio mi madre jugar por las calles de Rincón Hondo, del “Chiche” que construyó cada  peldaño de su vida con sacrificio, nos queda a las nuevas  generaciones un ser íntegro del que nos sentimos orgullosos.
Para regocijo de todos, nuestra Universidad, la Popular del Cesar, lo tiene en su seno, lo que permite augurar buenos vientos para la institución. El reto no es fácil, pero si el camino andado en un año permite celebrar el logro de pasar de los últimos lugares al puesto 11, según el Ministerio de Educación Nacional, sin duda los años venideros puedes ser de una mayor prosperidad.
Los indicadores consecutivos del 2003 al 2010 que ubicaban a la UPC en el puesto 28, es cosa del pasado, periplo del que sin embargo se debe aprender para no volver a repetir. Llegar al segundo lugar, después de la Universidad de Cartagena, en la Región Caribe, habla muy bien de una comunidad universitaria donde el cambio puede percibirse a simple vista. Lo digo porque hace poco tuve la oportunidad de compartir en conversatorios con estudiantes de Derecho de  la Cátedra Rafael Carrillo Lúquez,y del Programa de Lengua Castellana e Inglés, una tertulia de esas que te retroalimentan con el análisis, la crítica y la auto reflexión.
Hoy cuando todo el mundo habla de los frutos que recoge Jesualdo Hernández Mieles, logrados en franca lid por todos los estamentos upecistas que él encabeza, es bueno ponderar  este logro histórico.
¿Por qué el reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional?
Basta con recorrer el Alma mater para observar los espacios físicos construidos, las adecuaciones, y las dotaciones e implementaciones para las actividades misionales, para comprender la valoración que se le da a la institución en sus Índices de Capacidad;  en igual sentido sucede con los Índices de Formación, producto de su gran portafolio de programas y al creciente número ponderado en estudiantes matriculados, graduados, destacados en las pruebas Saber Pro, de intercambios internacionales, y egresados vinculados directamente al desarrollo productivo, entre otras.
En la misma tónica, se destacan los Índices de Investigación, sustentados en los grupos de investigación reconocidos y escalafonados por Colciencias y en la innovación empresarial; del mismo modo, es gratificante los Índices de Gestión con un número creciente de estudiantes en programas de educación continuada anualmente, y ni que decir de los Índices de Bienestar con la participación activa de la comunidad universitaria en programas de formación cultural, donde la UPC brilla en el contexto nacional con su muestra artística.
Bienaventuranza  para quienes en su altruismo alcanzan los anhelos propios y ajenos.

Columnista
4 octubre, 2012

Jesualdo Hernández Mieles, señor rector

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Ángel Castilla Camargo

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo  [email protected] Escribir sobre las personas que hacen el bien sin mirar a quien, produce doble satisfacción. Puedo decirles amigos lectores, con conocimiento de causa,  que del niño que vio mi madre jugar por las calles de Rincón Hondo, del “Chiche” que construyó cada  peldaño de su vida con sacrificio, nos […]


Por: Miguel Ángel Castilla Camargo
 [email protected]

Escribir sobre las personas que hacen el bien sin mirar a quien, produce doble satisfacción. Puedo decirles amigos lectores, con conocimiento de causa,  que del niño que vio mi madre jugar por las calles de Rincón Hondo, del “Chiche” que construyó cada  peldaño de su vida con sacrificio, nos queda a las nuevas  generaciones un ser íntegro del que nos sentimos orgullosos.
Para regocijo de todos, nuestra Universidad, la Popular del Cesar, lo tiene en su seno, lo que permite augurar buenos vientos para la institución. El reto no es fácil, pero si el camino andado en un año permite celebrar el logro de pasar de los últimos lugares al puesto 11, según el Ministerio de Educación Nacional, sin duda los años venideros puedes ser de una mayor prosperidad.
Los indicadores consecutivos del 2003 al 2010 que ubicaban a la UPC en el puesto 28, es cosa del pasado, periplo del que sin embargo se debe aprender para no volver a repetir. Llegar al segundo lugar, después de la Universidad de Cartagena, en la Región Caribe, habla muy bien de una comunidad universitaria donde el cambio puede percibirse a simple vista. Lo digo porque hace poco tuve la oportunidad de compartir en conversatorios con estudiantes de Derecho de  la Cátedra Rafael Carrillo Lúquez,y del Programa de Lengua Castellana e Inglés, una tertulia de esas que te retroalimentan con el análisis, la crítica y la auto reflexión.
Hoy cuando todo el mundo habla de los frutos que recoge Jesualdo Hernández Mieles, logrados en franca lid por todos los estamentos upecistas que él encabeza, es bueno ponderar  este logro histórico.
¿Por qué el reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional?
Basta con recorrer el Alma mater para observar los espacios físicos construidos, las adecuaciones, y las dotaciones e implementaciones para las actividades misionales, para comprender la valoración que se le da a la institución en sus Índices de Capacidad;  en igual sentido sucede con los Índices de Formación, producto de su gran portafolio de programas y al creciente número ponderado en estudiantes matriculados, graduados, destacados en las pruebas Saber Pro, de intercambios internacionales, y egresados vinculados directamente al desarrollo productivo, entre otras.
En la misma tónica, se destacan los Índices de Investigación, sustentados en los grupos de investigación reconocidos y escalafonados por Colciencias y en la innovación empresarial; del mismo modo, es gratificante los Índices de Gestión con un número creciente de estudiantes en programas de educación continuada anualmente, y ni que decir de los Índices de Bienestar con la participación activa de la comunidad universitaria en programas de formación cultural, donde la UPC brilla en el contexto nacional con su muestra artística.
Bienaventuranza  para quienes en su altruismo alcanzan los anhelos propios y ajenos.