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Columnista - 17 enero, 2019

Jerónimo

onoma “hombre”, lo que constituye su significado como “hombre sagrado” o “hombre santo”, convirtiéndole en excelente nombre para cualquier cristiano, excepto si es de apellido Uribe.

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Etimológicamente este nombre se deriva del griego hieros “sagrado” y onoma “hombre”, lo que constituye su significado como “hombre sagrado” o “hombre santo”, convirtiéndole en excelente nombre para cualquier cristiano, excepto si es de apellido Uribe.

Ante el atroz, abominable y repudiable acto criminal y terrorista perpetuado con un carro bomba en la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander de Bogotá, donde vilmente perdieron la vida 9 policías y hay más de 50 heridos, Colombia unida rechazo este acto de barbarie y atroz, pero un trino de Jerónimo Uribe hijo del expresidente causo revuelo e indignación nacional.

En dicho trino el hijo del expresidente manifiesta: “se sabía que la paz de Santos era una farsa. Enfrentar el mar de coca, minería ilegal y corrupción que dejo Santos es un tremendo reto para el presidente Duque”. Olvidándose del dolor, calvario y sufrimiento de las familias de las personas muertas y heridas, demostrando que es más grande el odio y rencor que siente en su corazón hacía el expresidente Santos, que la solidaridad, respaldo y apoyo que debió brindar a familiares y víctimas del sanguinario e inhumano atentado.

Los colombianos podemos tener las diferencias ideológicas y personales que nos dividan, pero ante las tragedias, sufrimiento y adversidades nos hemos unido y como hermanos nos solidarizamos para enfrentar la brutalidad del terrorismo, por eso es inaceptable que se utilice este acto criminal para arremeter contra su adversario o contradictor.

Con el trino el joven Jerónimo, demostró que no tiene nada de hombre sagrado o santo, por el contrario, demuestra que es un hombre depravado, que utiliza cualquier medio sin importar los sentimientos y sufrimiento de los demás para agredir y atacar, exponiendo su insensibilidad humana y oportunismo.

Ya está bueno de la polarización, el odio y el rencor, debemos sembrar esperanza, perdón y reconciliación para que unidos como sociedad combatamos y erradiquemos a los violentos que quieren alterar el orden, causar muerte, desconsuelo y padecimiento, negándonos la posibilidad de crecer y construir un mejor país.

No podemos permitir que nos dividan en una derecha donde actúan los buenos o una izquierda donde pertenecen los malos o viceversa, debemos constituirnos en lo que somos colombianos, los cuales propendemos por la construcción de un mejor futuro, de una Colombia en paz, con equidad y justicia social donde cabemos todos.

Todo acto terrorista debe ser repudiado y rechazado por todos los colombianos, por eso sin importar nuestra ideología debemos exigir justicia, que se esclarezcan los hechos y caiga todo el peso de la ley a los criminales que cometieron esta bestialidad, así mismo debemos solidarizarnos con las víctimas y sus familiares, sin revictimizarlas y aprovechar su sufrimiento y tragedia para sacar beneficio personal o político.

Es inconcebible e inaceptable que toleremos volver al horror del pasado para justificar como malo lo realizado por un gobierno y engrandecer las decisiones tomadas por uno nuevo, debemos es anhelar y desear que tantos las medidas del anterior gobierno como el entrante sean bendiciones para nuestro país, que nos permita crecer y vivir mejor.

Nunca olvidemos que existen muchas cosas que nos distancian y dividen, pero existe una más grande y maravillosa que nos une llamada Colombia.

Columnista
17 enero, 2019

Jerónimo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Diógenes Pino Sanjur

onoma “hombre”, lo que constituye su significado como “hombre sagrado” o “hombre santo”, convirtiéndole en excelente nombre para cualquier cristiano, excepto si es de apellido Uribe.


Etimológicamente este nombre se deriva del griego hieros “sagrado” y onoma “hombre”, lo que constituye su significado como “hombre sagrado” o “hombre santo”, convirtiéndole en excelente nombre para cualquier cristiano, excepto si es de apellido Uribe.

Ante el atroz, abominable y repudiable acto criminal y terrorista perpetuado con un carro bomba en la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander de Bogotá, donde vilmente perdieron la vida 9 policías y hay más de 50 heridos, Colombia unida rechazo este acto de barbarie y atroz, pero un trino de Jerónimo Uribe hijo del expresidente causo revuelo e indignación nacional.

En dicho trino el hijo del expresidente manifiesta: “se sabía que la paz de Santos era una farsa. Enfrentar el mar de coca, minería ilegal y corrupción que dejo Santos es un tremendo reto para el presidente Duque”. Olvidándose del dolor, calvario y sufrimiento de las familias de las personas muertas y heridas, demostrando que es más grande el odio y rencor que siente en su corazón hacía el expresidente Santos, que la solidaridad, respaldo y apoyo que debió brindar a familiares y víctimas del sanguinario e inhumano atentado.

Los colombianos podemos tener las diferencias ideológicas y personales que nos dividan, pero ante las tragedias, sufrimiento y adversidades nos hemos unido y como hermanos nos solidarizamos para enfrentar la brutalidad del terrorismo, por eso es inaceptable que se utilice este acto criminal para arremeter contra su adversario o contradictor.

Con el trino el joven Jerónimo, demostró que no tiene nada de hombre sagrado o santo, por el contrario, demuestra que es un hombre depravado, que utiliza cualquier medio sin importar los sentimientos y sufrimiento de los demás para agredir y atacar, exponiendo su insensibilidad humana y oportunismo.

Ya está bueno de la polarización, el odio y el rencor, debemos sembrar esperanza, perdón y reconciliación para que unidos como sociedad combatamos y erradiquemos a los violentos que quieren alterar el orden, causar muerte, desconsuelo y padecimiento, negándonos la posibilidad de crecer y construir un mejor país.

No podemos permitir que nos dividan en una derecha donde actúan los buenos o una izquierda donde pertenecen los malos o viceversa, debemos constituirnos en lo que somos colombianos, los cuales propendemos por la construcción de un mejor futuro, de una Colombia en paz, con equidad y justicia social donde cabemos todos.

Todo acto terrorista debe ser repudiado y rechazado por todos los colombianos, por eso sin importar nuestra ideología debemos exigir justicia, que se esclarezcan los hechos y caiga todo el peso de la ley a los criminales que cometieron esta bestialidad, así mismo debemos solidarizarnos con las víctimas y sus familiares, sin revictimizarlas y aprovechar su sufrimiento y tragedia para sacar beneficio personal o político.

Es inconcebible e inaceptable que toleremos volver al horror del pasado para justificar como malo lo realizado por un gobierno y engrandecer las decisiones tomadas por uno nuevo, debemos es anhelar y desear que tantos las medidas del anterior gobierno como el entrante sean bendiciones para nuestro país, que nos permita crecer y vivir mejor.

Nunca olvidemos que existen muchas cosas que nos distancian y dividen, pero existe una más grande y maravillosa que nos une llamada Colombia.