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Columnista - 5 marzo, 2024

Javier Milei, exotérico y populista

El mejor profeta del pasado es el futuro, reflexionaba John Sherman, senador estadounidense, famoso por la ley Sherman, con la que combatió el monopolio empresarial, convencido de que todo monopolio es un atentado contra la libertad humana, reflexión que parece retratar las andanzas del presidente de Argentina, Javier Milei, exotérico y populista a ultranza,  quien […]

El mejor profeta del pasado es el futuro, reflexionaba John Sherman, senador estadounidense, famoso por la ley Sherman, con la que combatió el monopolio empresarial, convencido de que todo monopolio es un atentado contra la libertad humana, reflexión que parece retratar las andanzas del presidente de Argentina, Javier Milei, exotérico y populista a ultranza,  quien asegura haber visto tres veces la resurrección de Jesucristo, el mismo que dio un giro de 180 grados, al pasar de la extrema izquierda a la extrema derecha. 

Pero bueno, eso es irrelevante, que un candidato a corporación pública o cargo ejecutivo por elección popular  hoy esté en un bando y mañana en otro, que es la política de la arepa, voltearse para asarse bien, y como lo hemos refrendado, no son las ideologías las que determinan el grado de humanidad de las personas, sino su misma naturaleza humana, signada por valores y bajas pasiones, razón por la que vemos honestos de derecha y de izquierda o corruptos de izquierda o derecha, lo demás son saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales de engaño al elector primario.

Una rigurosa investigación periodística, a razón del interés público e informativo, documenta a una Argentina distinta, pero con los mismos de siempre. Alias Beto Milei, padre del presidente de Argentina, de simple camionero pasó a amasar inmensas fortunas. Blandía una cachiporra contra lumpenes.

Eduardo Eurnekián, empresario de origen armenio es bajo la sombra el jefe de Estado del país gaucho. Investigar el papel de la ‘Corporación América’ y la ‘Fundación Acordar’ en la campaña presidencial de Milei, es desentrañar todo un entramado de mafias, al mejor estilo de la caja de pandora, que contenía todos los males, liberando en el mundo todas las desgracias que aquejan a la humanidad.

Aunque Milei se define como economista libertario austríaco, es necesario aclarar que la escuela austriaca y el libertarismo pertenecen a campos distintos del pensamiento, la primera es una teoría económica de «economía positiva» o descriptiva que indaga la causalidad de los fenómenos económicos y que no realiza juicios de valor moral sobre ellos, mientras el segundo es una teoría de «ética normativa» que propone unas normas de convivencia política y unos objetivos sociales entre los que suelen encontrarse propuestas de «economía normativa», es decir objetivos valorados como beneficiosos a alcanzar por medio de la actividad económica.

Milei dista de la ética y la convivencia que son códigos del libertarismo con su incontinencia verbal desquiciada, hábil para el insulto y la diatriba, lenguaje populista que le llegó a esa muchedumbre que no lee en forma crítica, o tal vez el desespero de hallar un mejor bienestar social, voto castigo para la otra élite que políticamente siempre ha dominado la tierra de Messi y Maradona, lo que conllevará a que sea peor la cura que la enfermedad. Milei que no vino a guiar corderos sino a domar leones, ya tuvo el primer desatino y revés financiero con reformas de atropello a la clase trabajadora.

Menos del 1 % de la población de países del tercer mundo, incluido Argentina, así deslumbre de país europeo, no sabe leer en forma crítica, no digiere y traga entero, grandes masas en las que hace estragos el populismo mesiánico.

Colofón: ¿aguantará Milei el sacudón social de las Centrales Obreras que ya están toreadas por el loco?

Miguel Aroca Yepes

Columnista
5 marzo, 2024

Javier Milei, exotérico y populista

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

El mejor profeta del pasado es el futuro, reflexionaba John Sherman, senador estadounidense, famoso por la ley Sherman, con la que combatió el monopolio empresarial, convencido de que todo monopolio es un atentado contra la libertad humana, reflexión que parece retratar las andanzas del presidente de Argentina, Javier Milei, exotérico y populista a ultranza,  quien […]


El mejor profeta del pasado es el futuro, reflexionaba John Sherman, senador estadounidense, famoso por la ley Sherman, con la que combatió el monopolio empresarial, convencido de que todo monopolio es un atentado contra la libertad humana, reflexión que parece retratar las andanzas del presidente de Argentina, Javier Milei, exotérico y populista a ultranza,  quien asegura haber visto tres veces la resurrección de Jesucristo, el mismo que dio un giro de 180 grados, al pasar de la extrema izquierda a la extrema derecha. 

Pero bueno, eso es irrelevante, que un candidato a corporación pública o cargo ejecutivo por elección popular  hoy esté en un bando y mañana en otro, que es la política de la arepa, voltearse para asarse bien, y como lo hemos refrendado, no son las ideologías las que determinan el grado de humanidad de las personas, sino su misma naturaleza humana, signada por valores y bajas pasiones, razón por la que vemos honestos de derecha y de izquierda o corruptos de izquierda o derecha, lo demás son saltos elípticos e intrincadas maromas intelectuales de engaño al elector primario.

Una rigurosa investigación periodística, a razón del interés público e informativo, documenta a una Argentina distinta, pero con los mismos de siempre. Alias Beto Milei, padre del presidente de Argentina, de simple camionero pasó a amasar inmensas fortunas. Blandía una cachiporra contra lumpenes.

Eduardo Eurnekián, empresario de origen armenio es bajo la sombra el jefe de Estado del país gaucho. Investigar el papel de la ‘Corporación América’ y la ‘Fundación Acordar’ en la campaña presidencial de Milei, es desentrañar todo un entramado de mafias, al mejor estilo de la caja de pandora, que contenía todos los males, liberando en el mundo todas las desgracias que aquejan a la humanidad.

Aunque Milei se define como economista libertario austríaco, es necesario aclarar que la escuela austriaca y el libertarismo pertenecen a campos distintos del pensamiento, la primera es una teoría económica de «economía positiva» o descriptiva que indaga la causalidad de los fenómenos económicos y que no realiza juicios de valor moral sobre ellos, mientras el segundo es una teoría de «ética normativa» que propone unas normas de convivencia política y unos objetivos sociales entre los que suelen encontrarse propuestas de «economía normativa», es decir objetivos valorados como beneficiosos a alcanzar por medio de la actividad económica.

Milei dista de la ética y la convivencia que son códigos del libertarismo con su incontinencia verbal desquiciada, hábil para el insulto y la diatriba, lenguaje populista que le llegó a esa muchedumbre que no lee en forma crítica, o tal vez el desespero de hallar un mejor bienestar social, voto castigo para la otra élite que políticamente siempre ha dominado la tierra de Messi y Maradona, lo que conllevará a que sea peor la cura que la enfermedad. Milei que no vino a guiar corderos sino a domar leones, ya tuvo el primer desatino y revés financiero con reformas de atropello a la clase trabajadora.

Menos del 1 % de la población de países del tercer mundo, incluido Argentina, así deslumbre de país europeo, no sabe leer en forma crítica, no digiere y traga entero, grandes masas en las que hace estragos el populismo mesiánico.

Colofón: ¿aguantará Milei el sacudón social de las Centrales Obreras que ya están toreadas por el loco?

Miguel Aroca Yepes