Con la canción ‘Solo quiero amor’, el cantante oriundo de Valledupar atrapa los mejores comentarios y desde ya se anota un éxito para el fin del 2017.
En su estilo más preciado, el romántico, Iván Villazón llega para ponerle sentimiento al fin de año. Pero a pesar de tener dos nuevas canciones en el mundo musical, el cantante nacido en Valledupar atrapa los mejores comentarios con ‘Solo quiero amor’.
Este intérprete de la música vallenata ha luchado y se mantiene, con más de 30 años de carrera artística, como uno de los artistas más sólidos en la actualidad y tiene una particularidad en especial, que su estilo encaja muy bien entre jóvenes y adultos, logrando así un híbrido para mantenerse vigente.
Y Villazón no le ha tocado nada fácil. Primero le tocó sudar su carrera, porque su padre, Crispín Villazón, le quitó el apoyo cuando se enteró que su hijo no sería abogado sino cantante.
En 1984 apareció como uno más del folclor, de la mano con ‘Fello’ Gámez en el acordeón, lanzó su primera producción musical titulada ‘El Arco Iris’. Su voz apareció cuando Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, Jorge Oñate, Diomedes Díaz y hasta Rafael Orozco eran las principales figuras del vallenato, por esa razón el reto era incalculable, tal como el mismo lo define.
Después grabó un compacto con Orángel ‘El Pangue’ Maestre (‘Una voz y un rey’), otro con Raúl ‘Chiche’ Martínez (‘Vamos a amanecer’ y ‘Los virtuosos’), así fue cogiendo forma su carrera para llegar al reconocimiento especial de ser rey en el Festival Vallenato, tocando la guacharaca y cantando.
“En 1990 todavía el Festival Vallenato se realizaba en la plaza Alfonso López, hacía pareja musical con ‘El Cocha’ Molina, ya veníamos de ganar en la categoría Aficionado en 1981. Para el rey profesional nos presentamos dos veces, en 1989 quedamos de segundo porque ganó Omar Geles, el año siguiente volvimos y logramos el primer lugar del concurso”, rememora Villazón.
Asegura que para llegar al primer lugar, se preparó dos meses antes: grabó un casete de lado A y B, con tres puyas, una de ellas ‘La vieja Gabriela’, y practicaba con una grabadora, “porque el ritmo más exigente, donde uno tiene de pronto más riesgo de fallar, es la puya”.
Con ‘El Cocha’ Molina alcanzó a ser uno de los grupos más sonados, aunque no fueron exitosos.
“En el Festival participé como guacharaquero – cantante, sumándome a la trilogía de la agrupación vallenata. Me parece que la evolución nuestra interpreta la realidad que está viviendo nuestro folclor vallenato, creo que no me parece vaya para nada en contra de la originalidad, porque al igual el cantante lo que está cantando es música vallenata. Lo que pasa es que ante normalmente los acordeoneros tocaban, cantaban y componían, eran verdaderos juglares de nuestra música vallenata, pero eso no quiere decir que un acordeonero que no cante deje de ser un gran músico o un cantante que no toque no sea un gran artista”, dice el intérprete de ‘Por ti Valledupar’.
Al final fueron tres discos con ‘El Cocha’ Molina, la mayoría hoy con grandes clásicos del vallenato como son: ‘Que siga la fiesta’, ‘Por ti Valledupar’, ‘Mi novia querida’, ‘El amor canta vallenato’, ‘Querer a alguien’, ‘Mis condiciones’, ‘Olvida esa pena’.
Este hombre, padre de tres hijos, cree que “la música vallenata al ser un producto tan apetecido por el pueblo colombiano, cada vez exige más calidad en la forma de tocarlo, grabarlo y hacerlo”.
“Con Iván vivimos una época muy bella. Pasamos gran parte de la juventud trabajando y eso nos entregó mucha experiencia, hicimos hermosas canciones y fue algo espectacular para mi vida musical, algo que nos marcó fue ser reconocidos en Valledupar y abrir el camino para que cada uno encontrara éxitos con otros compañeros”, señaló Gonzalo Arturo ‘El Cocha’ Molina.
Terminada la etapa con Molina, Villazón encontró al lado del también rey vallenato Alberto ‘Beto’ Villa su tope más alto en el vallenato (1991). Gracias al disco ‘La Compañía’ su nombre corrió rápidamente por todo el país y aunque solo hicieron ese trabajo, no hubo la necesidad de realizar otro porque ahí llegó el punto de partida para el cantante.
Paso seguido apareció ‘Franco’ Argüelles para gestar una de las épocas más dorada del vallenato. Seis discos, cantidades de éxitos y ventas por toda Colombia. Argüelles le dio paso a Saúl Lallemand y en otro estilo, basado entre lo romántico y alegre, la dupla logró enorme reconocimiento y respeto.
Diez álbumes en más de 10 años de ser pareja musical hicieron que Villazón y Lallemand, quienes se separaron en 2007, retornaran para complacer a un público que pedía nuevamente la unión.
Lo hicieron en 2014 y grabando el disco ‘El camino de mi existencia’, alcanzaron la designación del mejor del 2014, gracias a que alcanzó éxitos como ‘Una canita al aire’, ‘Que vuelva’, ‘La yuca y la tajá’, ‘De amanecida’, entre otros.
Abrebocas de lo nuevo
Tres años después de publicar El camino de mi existencia’, Iván Villazón con el acordeón de Saúl Lallemand le presentan al vallenato dos canciones, anticipo de su próximo disco.
‘Solo quiero amor’ es autoría de Amilkar Calderón y ‘Tu caes’ de Gabby’ Arregocés, sirven de preámbulo a lo que saldrá completo en 2018.
La de Calderón es una obra romántica, en la que el autor expresa su melancolía gracias a un símil entre el universo y las mujeres. Indica que espera de Dios una estrella que lo guíe hasta encontrar una luna llena que solo brille con su sol.
“Quiero, quiero, quiero, quiero un beso de verdad, una chica linda súper sexi con su short, que me saque el aire y no me deje respirar, que cuando ella baile tenga ritmo, son y ton: ay solo quiero amor, felicidad, una navidad feliz, donde esté ella junto a mí”, es el coro de ‘Solo quiero amor’, que apunta a convertirse como la bandera de Villazón para el fin de año, porque además narra la víspera de la Navidad.
“Cuando sale el sol, la luna no está y ese es el andar que me tienes realidad, ombe así me duela el alma: oye soledad descansa, déjame perder mi libertad en unos ojos lindos que me roben la razón, en un cuerpo hermoso, que me quiera”, es el estribillo inicial al que Villazón le imprime el toque vallenato gracias a los arreglos del rey vallenato 1998.
Villazón y Lallemand estuvieron a punto de separarse, después de una discusión que tuvo epicentro la capital del Atlántico. El cantante nacido en Valledupar narró que con la ayuda de personas como Ernesto Lacera y otros que se acercaron a mediar, las rencillas terminaron y para demostrar su entusiasmo, retomaron el proyecto que venía adelantado desde el año anterior.
Los trabajos de grabación se realizaron con la asesoría de Javier Mugno en la capital del Cesar, apareció además el corista Erick Escobar en la parte de voces.
“La música vallenata al ser un producto tan apetecido por el pueblo colombiano, cada vez exige más calidad en la forma de tocarlo, grabarlo y hacerlo”.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Con la canción ‘Solo quiero amor’, el cantante oriundo de Valledupar atrapa los mejores comentarios y desde ya se anota un éxito para el fin del 2017.
En su estilo más preciado, el romántico, Iván Villazón llega para ponerle sentimiento al fin de año. Pero a pesar de tener dos nuevas canciones en el mundo musical, el cantante nacido en Valledupar atrapa los mejores comentarios con ‘Solo quiero amor’.
Este intérprete de la música vallenata ha luchado y se mantiene, con más de 30 años de carrera artística, como uno de los artistas más sólidos en la actualidad y tiene una particularidad en especial, que su estilo encaja muy bien entre jóvenes y adultos, logrando así un híbrido para mantenerse vigente.
Y Villazón no le ha tocado nada fácil. Primero le tocó sudar su carrera, porque su padre, Crispín Villazón, le quitó el apoyo cuando se enteró que su hijo no sería abogado sino cantante.
En 1984 apareció como uno más del folclor, de la mano con ‘Fello’ Gámez en el acordeón, lanzó su primera producción musical titulada ‘El Arco Iris’. Su voz apareció cuando Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, Jorge Oñate, Diomedes Díaz y hasta Rafael Orozco eran las principales figuras del vallenato, por esa razón el reto era incalculable, tal como el mismo lo define.
Después grabó un compacto con Orángel ‘El Pangue’ Maestre (‘Una voz y un rey’), otro con Raúl ‘Chiche’ Martínez (‘Vamos a amanecer’ y ‘Los virtuosos’), así fue cogiendo forma su carrera para llegar al reconocimiento especial de ser rey en el Festival Vallenato, tocando la guacharaca y cantando.
“En 1990 todavía el Festival Vallenato se realizaba en la plaza Alfonso López, hacía pareja musical con ‘El Cocha’ Molina, ya veníamos de ganar en la categoría Aficionado en 1981. Para el rey profesional nos presentamos dos veces, en 1989 quedamos de segundo porque ganó Omar Geles, el año siguiente volvimos y logramos el primer lugar del concurso”, rememora Villazón.
Asegura que para llegar al primer lugar, se preparó dos meses antes: grabó un casete de lado A y B, con tres puyas, una de ellas ‘La vieja Gabriela’, y practicaba con una grabadora, “porque el ritmo más exigente, donde uno tiene de pronto más riesgo de fallar, es la puya”.
Con ‘El Cocha’ Molina alcanzó a ser uno de los grupos más sonados, aunque no fueron exitosos.
“En el Festival participé como guacharaquero – cantante, sumándome a la trilogía de la agrupación vallenata. Me parece que la evolución nuestra interpreta la realidad que está viviendo nuestro folclor vallenato, creo que no me parece vaya para nada en contra de la originalidad, porque al igual el cantante lo que está cantando es música vallenata. Lo que pasa es que ante normalmente los acordeoneros tocaban, cantaban y componían, eran verdaderos juglares de nuestra música vallenata, pero eso no quiere decir que un acordeonero que no cante deje de ser un gran músico o un cantante que no toque no sea un gran artista”, dice el intérprete de ‘Por ti Valledupar’.
Al final fueron tres discos con ‘El Cocha’ Molina, la mayoría hoy con grandes clásicos del vallenato como son: ‘Que siga la fiesta’, ‘Por ti Valledupar’, ‘Mi novia querida’, ‘El amor canta vallenato’, ‘Querer a alguien’, ‘Mis condiciones’, ‘Olvida esa pena’.
Este hombre, padre de tres hijos, cree que “la música vallenata al ser un producto tan apetecido por el pueblo colombiano, cada vez exige más calidad en la forma de tocarlo, grabarlo y hacerlo”.
“Con Iván vivimos una época muy bella. Pasamos gran parte de la juventud trabajando y eso nos entregó mucha experiencia, hicimos hermosas canciones y fue algo espectacular para mi vida musical, algo que nos marcó fue ser reconocidos en Valledupar y abrir el camino para que cada uno encontrara éxitos con otros compañeros”, señaló Gonzalo Arturo ‘El Cocha’ Molina.
Terminada la etapa con Molina, Villazón encontró al lado del también rey vallenato Alberto ‘Beto’ Villa su tope más alto en el vallenato (1991). Gracias al disco ‘La Compañía’ su nombre corrió rápidamente por todo el país y aunque solo hicieron ese trabajo, no hubo la necesidad de realizar otro porque ahí llegó el punto de partida para el cantante.
Paso seguido apareció ‘Franco’ Argüelles para gestar una de las épocas más dorada del vallenato. Seis discos, cantidades de éxitos y ventas por toda Colombia. Argüelles le dio paso a Saúl Lallemand y en otro estilo, basado entre lo romántico y alegre, la dupla logró enorme reconocimiento y respeto.
Diez álbumes en más de 10 años de ser pareja musical hicieron que Villazón y Lallemand, quienes se separaron en 2007, retornaran para complacer a un público que pedía nuevamente la unión.
Lo hicieron en 2014 y grabando el disco ‘El camino de mi existencia’, alcanzaron la designación del mejor del 2014, gracias a que alcanzó éxitos como ‘Una canita al aire’, ‘Que vuelva’, ‘La yuca y la tajá’, ‘De amanecida’, entre otros.
Abrebocas de lo nuevo
Tres años después de publicar El camino de mi existencia’, Iván Villazón con el acordeón de Saúl Lallemand le presentan al vallenato dos canciones, anticipo de su próximo disco.
‘Solo quiero amor’ es autoría de Amilkar Calderón y ‘Tu caes’ de Gabby’ Arregocés, sirven de preámbulo a lo que saldrá completo en 2018.
La de Calderón es una obra romántica, en la que el autor expresa su melancolía gracias a un símil entre el universo y las mujeres. Indica que espera de Dios una estrella que lo guíe hasta encontrar una luna llena que solo brille con su sol.
“Quiero, quiero, quiero, quiero un beso de verdad, una chica linda súper sexi con su short, que me saque el aire y no me deje respirar, que cuando ella baile tenga ritmo, son y ton: ay solo quiero amor, felicidad, una navidad feliz, donde esté ella junto a mí”, es el coro de ‘Solo quiero amor’, que apunta a convertirse como la bandera de Villazón para el fin de año, porque además narra la víspera de la Navidad.
“Cuando sale el sol, la luna no está y ese es el andar que me tienes realidad, ombe así me duela el alma: oye soledad descansa, déjame perder mi libertad en unos ojos lindos que me roben la razón, en un cuerpo hermoso, que me quiera”, es el estribillo inicial al que Villazón le imprime el toque vallenato gracias a los arreglos del rey vallenato 1998.
Villazón y Lallemand estuvieron a punto de separarse, después de una discusión que tuvo epicentro la capital del Atlántico. El cantante nacido en Valledupar narró que con la ayuda de personas como Ernesto Lacera y otros que se acercaron a mediar, las rencillas terminaron y para demostrar su entusiasmo, retomaron el proyecto que venía adelantado desde el año anterior.
Los trabajos de grabación se realizaron con la asesoría de Javier Mugno en la capital del Cesar, apareció además el corista Erick Escobar en la parte de voces.
“La música vallenata al ser un producto tan apetecido por el pueblo colombiano, cada vez exige más calidad en la forma de tocarlo, grabarlo y hacerlo”.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]