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Columnista - 26 abril, 2024

Iván Villazón Aponte

No fue fácil para Iván comenzar su exitosa carrera musical, en un principio tenía la férrea oposición de su padre, el ilustre dirigente político Crispín Villazón de Armas, quien aspiraba que fuera su sucesor en la vida pública en donde había logrado escalar las más altas dignidades desde alcalde del Valle hasta ministro, embajador y […]

No fue fácil para Iván comenzar su exitosa carrera musical, en un principio tenía la férrea oposición de su padre, el ilustre dirigente político Crispín Villazón de Armas, quien aspiraba que fuera su sucesor en la vida pública en donde había logrado escalar las más altas dignidades desde alcalde del Valle hasta ministro, embajador y secretario general del Senado y por votación popular congresista. Esa trayectoria brillante deseaba que la siguiera su hijo Iván, pero, su hijo Iván tenía otros proyectos que no contaban con la aprobación de su padre, pero discretamente sí de Clarita, su bella y señorial mamá y fue así como hace unos 42 años, Enrique Aponte y Luisa Baute, sus tíos me hicieron una invitación a su finca “La Montaña” para hablar de algunas “cositas” en compañía de otros familiares encabezado por su mamá Clarita, sus tíos Cabiche, Chalalo, Nando, La Cacha y Arístides Hernández y Josefina y el doctor Rodrigo López; asistí con Mercy, y ya reunidos fuimos informados por los anfitriones de la decisión irreversible de Iván de dejar sus estudios de Derecho y dedicarse de lleno a lo que le gustaba: cantar, convencido que con su voz llegaría muy lejos. No se equivocó.

Aceptada la firme decisión por todos los presentes, procedió a interpretarnos algunas canciones, entre ellas por petición de Clarita, nos deleitó con una que Escalona le compuso a una bella y joven villanuevera llamada Dina Luz: “El Arco Iris”, y después otras de su inmenso repertorio con las cuales quedamos fascinados los que no lo habíamos escuchado nunca, pero Crispín, que no estaba presente, estaba hecho una fiera, pero con el tiempo y los resultados se fue convenciendo que la decisión adoptada por su hijo había sido acertada.

Para que Escalona lo autorizara a grabar “El Arco Iris” o “Dina Luz”, que lo creían fácil, fue una lucha, pues el maestro, vanidoso y soberbio se negaba a pesar de la gran amistad con los Villazón Aponte y le dijo: “Y tú quién eres para grabar una canción mía, no eres cantante y ni siquiera pichón de ello”. Iván se lo contó a su mamá y ésta en forma enérgica se lo reclamó e hizo que Escalona firmara la autorización.
Con el acordeonero Fello Gámez graban su primer LP, pero en vista que no salía al mercado le informaron que para poder hacerlo, los almacenes vendedores hacían sus pedidos y no habían solicitado ni uno. Su amigo y compañero de siempre Ernesto Lacera le prestó un cheque por $170.000 a un mes y compró los 300 discos exigidos e hizo un lanzamiento en su casa aquí en el Valle con una gran parranda con sus amigos y seguidores de siempre, entre ellos el Chichí Quintero, Leonardo Vega, Fernando Dangond, Javier Lacouture, Orlandito Mejía y su tío, gran parrandero, Cabiche Aponte. Los discos se vendieron como pan caliente y antes de vencerse el término canceló el cheque prestado. De ahí en adelante fue la locura y ‘El arco iris’ se convirtió en un himno que se escuchaba en todos los rincones de Colombia y recuerdo que en compañía de Luquita Gnecco, Fausto Cotes, Egberto Gutiérrez, Toño Maya, Adolfo Echeverry, Mane Núñez, Popo Daza, Marcos Pérez y El Chileno nos pegamos una juma con Manichewistz, creo que así se escribe, un vino dulce que nos dio un guayabo terrible.

Sería injusto sino destacara la labor desempeñada por Edgardo Julio Aponte Cuadrado, primo hermano de Iván, más conocido como “El Chachi”, quien desde un principio fue su Sancho, escudero fiel en todo momento y ya retirado goza de su pensión.

Hoy Iván se encuentra en el podio de la fama al lado de los grandes Poncho Zuleta, Jorge Oñate y Beto Zabaleta y día a día nos deleita con su bella voz, que ha merecido que se le llame “El Tenor del Vallenato” y que la próxima semana será el personaje central del Festival Vallenato que acertadamente lo escogió para rendirle el más grande homenaje que se merece por la grandeza que le ha dado al folclor vallenato, especialmente con sus bellas interpretaciones. Lástima que Crispín y Clara ya no están en este mundo, pero allá en el cielo gozarán oyéndolo cantar “El arco iris” que tanto les gustaba.

José Manuel Aponte Martínez

Columnista
26 abril, 2024

Iván Villazón Aponte

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

No fue fácil para Iván comenzar su exitosa carrera musical, en un principio tenía la férrea oposición de su padre, el ilustre dirigente político Crispín Villazón de Armas, quien aspiraba que fuera su sucesor en la vida pública en donde había logrado escalar las más altas dignidades desde alcalde del Valle hasta ministro, embajador y […]


No fue fácil para Iván comenzar su exitosa carrera musical, en un principio tenía la férrea oposición de su padre, el ilustre dirigente político Crispín Villazón de Armas, quien aspiraba que fuera su sucesor en la vida pública en donde había logrado escalar las más altas dignidades desde alcalde del Valle hasta ministro, embajador y secretario general del Senado y por votación popular congresista. Esa trayectoria brillante deseaba que la siguiera su hijo Iván, pero, su hijo Iván tenía otros proyectos que no contaban con la aprobación de su padre, pero discretamente sí de Clarita, su bella y señorial mamá y fue así como hace unos 42 años, Enrique Aponte y Luisa Baute, sus tíos me hicieron una invitación a su finca “La Montaña” para hablar de algunas “cositas” en compañía de otros familiares encabezado por su mamá Clarita, sus tíos Cabiche, Chalalo, Nando, La Cacha y Arístides Hernández y Josefina y el doctor Rodrigo López; asistí con Mercy, y ya reunidos fuimos informados por los anfitriones de la decisión irreversible de Iván de dejar sus estudios de Derecho y dedicarse de lleno a lo que le gustaba: cantar, convencido que con su voz llegaría muy lejos. No se equivocó.

Aceptada la firme decisión por todos los presentes, procedió a interpretarnos algunas canciones, entre ellas por petición de Clarita, nos deleitó con una que Escalona le compuso a una bella y joven villanuevera llamada Dina Luz: “El Arco Iris”, y después otras de su inmenso repertorio con las cuales quedamos fascinados los que no lo habíamos escuchado nunca, pero Crispín, que no estaba presente, estaba hecho una fiera, pero con el tiempo y los resultados se fue convenciendo que la decisión adoptada por su hijo había sido acertada.

Para que Escalona lo autorizara a grabar “El Arco Iris” o “Dina Luz”, que lo creían fácil, fue una lucha, pues el maestro, vanidoso y soberbio se negaba a pesar de la gran amistad con los Villazón Aponte y le dijo: “Y tú quién eres para grabar una canción mía, no eres cantante y ni siquiera pichón de ello”. Iván se lo contó a su mamá y ésta en forma enérgica se lo reclamó e hizo que Escalona firmara la autorización.
Con el acordeonero Fello Gámez graban su primer LP, pero en vista que no salía al mercado le informaron que para poder hacerlo, los almacenes vendedores hacían sus pedidos y no habían solicitado ni uno. Su amigo y compañero de siempre Ernesto Lacera le prestó un cheque por $170.000 a un mes y compró los 300 discos exigidos e hizo un lanzamiento en su casa aquí en el Valle con una gran parranda con sus amigos y seguidores de siempre, entre ellos el Chichí Quintero, Leonardo Vega, Fernando Dangond, Javier Lacouture, Orlandito Mejía y su tío, gran parrandero, Cabiche Aponte. Los discos se vendieron como pan caliente y antes de vencerse el término canceló el cheque prestado. De ahí en adelante fue la locura y ‘El arco iris’ se convirtió en un himno que se escuchaba en todos los rincones de Colombia y recuerdo que en compañía de Luquita Gnecco, Fausto Cotes, Egberto Gutiérrez, Toño Maya, Adolfo Echeverry, Mane Núñez, Popo Daza, Marcos Pérez y El Chileno nos pegamos una juma con Manichewistz, creo que así se escribe, un vino dulce que nos dio un guayabo terrible.

Sería injusto sino destacara la labor desempeñada por Edgardo Julio Aponte Cuadrado, primo hermano de Iván, más conocido como “El Chachi”, quien desde un principio fue su Sancho, escudero fiel en todo momento y ya retirado goza de su pensión.

Hoy Iván se encuentra en el podio de la fama al lado de los grandes Poncho Zuleta, Jorge Oñate y Beto Zabaleta y día a día nos deleita con su bella voz, que ha merecido que se le llame “El Tenor del Vallenato” y que la próxima semana será el personaje central del Festival Vallenato que acertadamente lo escogió para rendirle el más grande homenaje que se merece por la grandeza que le ha dado al folclor vallenato, especialmente con sus bellas interpretaciones. Lástima que Crispín y Clara ya no están en este mundo, pero allá en el cielo gozarán oyéndolo cantar “El arco iris” que tanto les gustaba.

José Manuel Aponte Martínez