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Columnista - 22 agosto, 2017

Isaac Carrillo

Gigante de la canción vallenata de escasos 1.60 metros de estatura, de San Juan del Cesar, La Guajira, en su mocedad se despertaba y acostaba escuchando el folclor azteca, música que les encantaba a sus padres Víctor Carillo y Ana Vega. Los mariachis tenían su santuario en américa a raíz del cine mejicano y difusión […]

Gigante de la canción vallenata de escasos 1.60 metros de estatura, de San Juan del Cesar, La Guajira, en su mocedad se despertaba y acostaba escuchando el folclor azteca, música que les encantaba a sus padres Víctor Carillo y Ana Vega.

Los mariachis tenían su santuario en américa a raíz del cine mejicano y difusión de la radio, esta colonización musical llevó a Carrillo a cantar los corridos y rancheras de Pedro Infante, los combinaba con sus melodías vallenatas y las de Julio Vásquez, Carlos Huertas y Escalona.

‘Tijito’, así fue conocido desde su infancia por su baja estatura, no acompañó a su papa como albañil y muy joven administró el billar ‘El Siboney’, ubicado en la calle del embudo de San Juan del Cesar, conoció a Eugenio Fragoso quien se lo llevó como ayudante de un camión mixto de pasajeros -‘El Calancala’-, primero por la zona rural de San Juan, Zambrano, Corral de Piedras, El Totumo, Los Cardones, El Limoncito, Guayabal, en esta última población conoció a Ligia Vega, dama que le prendió la musa y compuso ‘La guayabalera’, canto que grabó primero él, con ‘Colacho’, después los Zuleta, por esta canción llevó al altar a Ligia, con el matrimonio evadió el servicio militar, redadas en las que cayó y se voló tres veces.

Carrillo Vega fue ayudante del camión ‘La Golondrina’ y chofer de ‘El Monarca’, nombre en alusión a su primera canción compuesta a la edad de 17 años a Ana Bermúdez, su destino era Valledupar, en ese ir y venir conoció a la persona que lo dio a conocer en la música, ‘Colacho’.

Nicolás lo descubrió, lo trajo a vivir a Valledupar, lo muestra en los principales sitios de parrandas del templo vallenato, lo llevó a grabar a Barranquilla en los 60, dos álbumes, para Sonolux de Medellín, ahí están condensadas sus más consagradas canciones.

Su canto más popular ‘La cañaguatera’, se la compuso a Edubys Guillen, quien residía en el tradicional barrio Cañaguate de Valledupar, los arreglos fueron de ‘Colacho’, la grabó Alfredo Gutiérrez en 1970, internacionalizada por Carlos Vives en 1993.

Gutiérrez le grabó ‘El 10 de enero’, canto a una sabanera que iba para Venezuela, lo dejó abandonado para esa fecha en lo más alto de la Serranía del Perijá.

Compromisos de Mendoza en sus grabaciones y amistad con Escalona y Pedro García, llevaron a Carrillo a buscar otros horizontes, se une a ‘Los Playoneros del Cesar’, integrada en el acordeón por Ovidio Granados, canto de Rafael Sánchez y Miguel Janeth, estos ante una enfermedad hepática de Ovidio lo reemplazan por Florentino Montero y Carmencito Mendoza, ambos ya fallecidos.

Carrillo siguió leal a Granados, grabaron en 1973 doce canciones, se destacaron ‘La trampa’ de Eliécer Fragoso y ‘Negrita linda’ de Carrillo, después la grabó Diomedes.

Isaac Carrillo a sus 80 años sigue de ‘Flor en flor’ cantando el folclor del Valle a ‘Las mujeres’, porque a ‘A lo tuyo tu’, con la razón o sin ella, él hace parte de los juglares de mi tierra.

Columnista
22 agosto, 2017

Isaac Carrillo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Gigante de la canción vallenata de escasos 1.60 metros de estatura, de San Juan del Cesar, La Guajira, en su mocedad se despertaba y acostaba escuchando el folclor azteca, música que les encantaba a sus padres Víctor Carillo y Ana Vega. Los mariachis tenían su santuario en américa a raíz del cine mejicano y difusión […]


Gigante de la canción vallenata de escasos 1.60 metros de estatura, de San Juan del Cesar, La Guajira, en su mocedad se despertaba y acostaba escuchando el folclor azteca, música que les encantaba a sus padres Víctor Carillo y Ana Vega.

Los mariachis tenían su santuario en américa a raíz del cine mejicano y difusión de la radio, esta colonización musical llevó a Carrillo a cantar los corridos y rancheras de Pedro Infante, los combinaba con sus melodías vallenatas y las de Julio Vásquez, Carlos Huertas y Escalona.

‘Tijito’, así fue conocido desde su infancia por su baja estatura, no acompañó a su papa como albañil y muy joven administró el billar ‘El Siboney’, ubicado en la calle del embudo de San Juan del Cesar, conoció a Eugenio Fragoso quien se lo llevó como ayudante de un camión mixto de pasajeros -‘El Calancala’-, primero por la zona rural de San Juan, Zambrano, Corral de Piedras, El Totumo, Los Cardones, El Limoncito, Guayabal, en esta última población conoció a Ligia Vega, dama que le prendió la musa y compuso ‘La guayabalera’, canto que grabó primero él, con ‘Colacho’, después los Zuleta, por esta canción llevó al altar a Ligia, con el matrimonio evadió el servicio militar, redadas en las que cayó y se voló tres veces.

Carrillo Vega fue ayudante del camión ‘La Golondrina’ y chofer de ‘El Monarca’, nombre en alusión a su primera canción compuesta a la edad de 17 años a Ana Bermúdez, su destino era Valledupar, en ese ir y venir conoció a la persona que lo dio a conocer en la música, ‘Colacho’.

Nicolás lo descubrió, lo trajo a vivir a Valledupar, lo muestra en los principales sitios de parrandas del templo vallenato, lo llevó a grabar a Barranquilla en los 60, dos álbumes, para Sonolux de Medellín, ahí están condensadas sus más consagradas canciones.

Su canto más popular ‘La cañaguatera’, se la compuso a Edubys Guillen, quien residía en el tradicional barrio Cañaguate de Valledupar, los arreglos fueron de ‘Colacho’, la grabó Alfredo Gutiérrez en 1970, internacionalizada por Carlos Vives en 1993.

Gutiérrez le grabó ‘El 10 de enero’, canto a una sabanera que iba para Venezuela, lo dejó abandonado para esa fecha en lo más alto de la Serranía del Perijá.

Compromisos de Mendoza en sus grabaciones y amistad con Escalona y Pedro García, llevaron a Carrillo a buscar otros horizontes, se une a ‘Los Playoneros del Cesar’, integrada en el acordeón por Ovidio Granados, canto de Rafael Sánchez y Miguel Janeth, estos ante una enfermedad hepática de Ovidio lo reemplazan por Florentino Montero y Carmencito Mendoza, ambos ya fallecidos.

Carrillo siguió leal a Granados, grabaron en 1973 doce canciones, se destacaron ‘La trampa’ de Eliécer Fragoso y ‘Negrita linda’ de Carrillo, después la grabó Diomedes.

Isaac Carrillo a sus 80 años sigue de ‘Flor en flor’ cantando el folclor del Valle a ‘Las mujeres’, porque a ‘A lo tuyo tu’, con la razón o sin ella, él hace parte de los juglares de mi tierra.