Se difundió la semana pasada el acuerdo al que llegaron la Gobernación del Cesar y la Universidad Nacional para que esta última desarrolle la etapa inicial de 5 proyectos priorizados por la Gobernación.

Según comunicó la Gobernación en un comunicado de prensa se trata del “Fortalecimiento de las instituciones educativas del departamento, Desarrollo de la Etapa II para la consolidación urbano–arquitectónica del estadio de fútbol ‘Armando Maestre Pavajeau’, Construcción Sendero Peatonal al Monumento del Santo Ecce Homo (mirador), Renovación del estadio de béisbol Erasmo Camacho Calamar en la ciudad de Valledupar, y la construcción del Malecón de Gamarra”.

Nos parece lógico de cara a los Bolivarianos la terminación de los estadios de fútbol y de béisbol, dándole al primero el carácter de un centro urbano de servicios urbanos como los comerciales. Es la tendencia de los estadios modernos que se constituyen en verdaderos centros comerciales, de entretenimiento y deportes. El sendero peatonal ha sido fallido y es oportuno construirlo y ordenar el cerro moderando las ambiciones de propietarios de sus lotes.

“Para el caso de del sector educativo, por ejemplo, será una gran apuesta que nos permitirá diseñar el primer plan de infraestructura educativa del Cesar, algo nunca antes visto. La meta inicial será invertir cerca de $6.000 millones por municipio en infraestructura educativa, que sumará una inversión total por encima de los $150 mil millones que beneficiarán a todas nuestras comunidades”, expresó el gobernador.

Hacemos dos respetuosas invitaciones a la Universidad.

La primera tiene que ver con involucrar el componente local en el diseño de los proyectos a desarrollar en dos sentidos. De una parte, con profesionales del territorio, lo solicitado no es de alta complejidad: diseño de senderos, de aulas escolares, de un muelle, etc. Hay suficiente capacidad local entre nuestros profesionales de la arquitectura, ingeniería, diseño, etc., para  darle oportunidad a ellos, especialmente en esta difícil coyuntura. Hay que ayudarlos. La universidad no debería comportarse como una firma consultora, que gana contratos de manera directa y los desarrolla con personal foráneo, cuando hay capacidades locales. Lo otro es que la razón para utilizar el conocimiento local, es para involucrar en los diseños “nuestro sabor”, materiales, insumos y cultura.  No vayamos a terminar con la necesidad de diseños tropicales aquí y que las propuestas sean para alta montaña y con mirada paramuna, como ya ha sucedido en la costa Caribe.

La segunda, que desarrolle no sólo este tipo de consultoría, sino que profundice en nuestros problemas -sociales, económicos, educativos, de salud, etc.-, ahí sí, haciendo análisis complejos y profundos, con propuestas novedosas, con conocimiento que traiga de otras partes, con personal especializado, solo cuando no tengamos en el territorio. Son innumerables los aportes a la generación de conocimiento que hacen las universidades, y queremos que la Nacional comience muy pronto con nosotros, los cesarenses.