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Editorial - 24 abril, 2014

Interaseo: ¿una rueda suelta?

Hace pocas semanas el Concejo Municipal solicitó una revisión del contrato y prestación del servicio de aseo en Valledupar al poner en evidencia durante un debate que duró más de cinco horas, algunas inconsistencias e irregularidades con dicho contrato, relacionadas especialmente con las pírricas utilidades que recibe Emdupar, que al final de cuentas debería ser […]

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Hace pocas semanas el Concejo Municipal solicitó una revisión del contrato y prestación del servicio de aseo en Valledupar al poner en evidencia durante un debate que duró más de cinco horas, algunas inconsistencias e irregularidades con dicho contrato, relacionadas especialmente con las pírricas utilidades que recibe Emdupar, que al final de cuentas debería ser la entidad más beneficiada, o en el mejor de los casos la que prestara ese servicio como ocurría en la década del 90.

El aseo de Valledupar que fue concesionado a 20 años -desde el año 2000- como pasó con el Tránsito y Amoblamiento Urbano, a la empresa Aseo del Norte que a su vez subcontrató a Interaseo como operador, es otro de los ‘nudos’ que debe desamarrar el alcalde Freddys Socarrás Reales. Primero porque la eficiencia del servicio no es su fuerte, como si lo fue y eso hay que reconocerlo, en sus primeros años, y segundo porque como negocio el Municipio lleva las de perder. ¿Tiene sentido seguir en un negocio así?

Además del contrato, el negocio como tal y las irregularidades que denuncian los concejales, está el usuario que es el más beneficiado o perjudicado con un servicio que cada día empeora. Las calles de la ciudad son prueba de ello. La basura está a la vista de todos, los carros recolectores cumplen a medias con sus recorridos debido a que sus condiciones técnicas no son las mejores, en muchos casos se pueden recorrer más de tres cuadras en pleno centro de la ciudad y no se consigue una cesta de basura (así se lo hizo saber un turista a los periodistas de EL PILÓN).

Los corregimientos de Valledupar que también se benefician de este servicio, con horarios estipulados, también padecen por el mal servicio, como ayer lo denunció un habitante de Patillal en el noticiero de la mañana de Radio Guatapurí, que airadamente dio a conocer que llevaban 16 días con basuras acumuladas. Por ejemplo, igual sucede con algunos barrios de la ciudad, por donde no pasó el vehículo recolector la noche del martes como acostumbran, sino hasta en la madrugada del miércoles, lo que generó que animales callejeros rompieran las bolsas con la basura y las esparcieran en calles y andenes.

A la solicitud del Concejo Municipal hay que ponerle atención y no se debe dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Esa es otra concesión para revisar con lupa. El botadero de basura es otro tema para tener en cuenta, pues ya su capacidad no da más si siguen trayendo basura de otros municipios.

Editorial
24 abril, 2014

Interaseo: ¿una rueda suelta?

Hace pocas semanas el Concejo Municipal solicitó una revisión del contrato y prestación del servicio de aseo en Valledupar al poner en evidencia durante un debate que duró más de cinco horas, algunas inconsistencias e irregularidades con dicho contrato, relacionadas especialmente con las pírricas utilidades que recibe Emdupar, que al final de cuentas debería ser […]


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Hace pocas semanas el Concejo Municipal solicitó una revisión del contrato y prestación del servicio de aseo en Valledupar al poner en evidencia durante un debate que duró más de cinco horas, algunas inconsistencias e irregularidades con dicho contrato, relacionadas especialmente con las pírricas utilidades que recibe Emdupar, que al final de cuentas debería ser la entidad más beneficiada, o en el mejor de los casos la que prestara ese servicio como ocurría en la década del 90.

El aseo de Valledupar que fue concesionado a 20 años -desde el año 2000- como pasó con el Tránsito y Amoblamiento Urbano, a la empresa Aseo del Norte que a su vez subcontrató a Interaseo como operador, es otro de los ‘nudos’ que debe desamarrar el alcalde Freddys Socarrás Reales. Primero porque la eficiencia del servicio no es su fuerte, como si lo fue y eso hay que reconocerlo, en sus primeros años, y segundo porque como negocio el Municipio lleva las de perder. ¿Tiene sentido seguir en un negocio así?

Además del contrato, el negocio como tal y las irregularidades que denuncian los concejales, está el usuario que es el más beneficiado o perjudicado con un servicio que cada día empeora. Las calles de la ciudad son prueba de ello. La basura está a la vista de todos, los carros recolectores cumplen a medias con sus recorridos debido a que sus condiciones técnicas no son las mejores, en muchos casos se pueden recorrer más de tres cuadras en pleno centro de la ciudad y no se consigue una cesta de basura (así se lo hizo saber un turista a los periodistas de EL PILÓN).

Los corregimientos de Valledupar que también se benefician de este servicio, con horarios estipulados, también padecen por el mal servicio, como ayer lo denunció un habitante de Patillal en el noticiero de la mañana de Radio Guatapurí, que airadamente dio a conocer que llevaban 16 días con basuras acumuladas. Por ejemplo, igual sucede con algunos barrios de la ciudad, por donde no pasó el vehículo recolector la noche del martes como acostumbran, sino hasta en la madrugada del miércoles, lo que generó que animales callejeros rompieran las bolsas con la basura y las esparcieran en calles y andenes.

A la solicitud del Concejo Municipal hay que ponerle atención y no se debe dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Esa es otra concesión para revisar con lupa. El botadero de basura es otro tema para tener en cuenta, pues ya su capacidad no da más si siguen trayendo basura de otros municipios.