La educación tiene muchos problemas que deben resolverse, pero quiero reiterar en que estos no tendrán solución si en el próximo gobierno quienes sean elegidos no lideran un verdadero proceso que realmente produzca cambios profundos en la política pública educativa. No se trata tampoco de clasificar a los candidatos en quienes son más lectores que otros, no es mi intención subestimar las capacidades de nadie; necesitamos personas que logren emprender una campaña que permita crear espacios de reflexión en las escuelas públicas del municipio; más allá de ofrecer tablet, más allá del transporte escolar, más allá de la alimentación escolar y más allá de la edificación del colegio.

El escritor y periodista colombiano Héctor Abad Faciolince en su libro “El olvido que seremos” relata en forma cálida la relación con su padre asesinado a finales de los ochenta, narra de manera muy peculiar sus consideraciones sobre el sistema educativo colombiano y confiesa que en muchas ocasiones se ausentaba de clase, con la complicidad de su padre, por sentir que lo que le estaban enseñando en el colegio consistía en una cantidad de información carente de contexto y por lo tanto no le encontraba utilidad.

Ese es un punto esencial en el proceso de formación que debemos entender para captar el interés de los jóvenes en su proceso de formación, establecer una política clave que les permita a los estudiantes apropiarse de ese proceso, incentivar los proyectos de innovación desde las escuelas, formar personas competitivas desde las escuelas en diferentes áreas y sobretodo formar respetuosos ciudadanos.

Se aproxima la implementación de la jornada única en las instituciones educativas de naturaleza pública y es la oportunidad ideal para que los elegidos el 25 de octubre demuestren el liderazgo que requiere impulsar un verdadero cambio en la educación del municipio de Valledupar, la jornada única demanda un esfuerzo que convoque a docentes, rectores, padres de familia y una administración capaz de arroparlos a todos y generar las condiciones propicias para que el estudiante se acostumbre a una jornada extendida y comprenda la utilidad de lo que está aprendiendo, partiendo de la base que la mayoría de los estudiantes de las escuelas públicas tienen unas condiciones familiares difíciles y muchas veces no cuentan en casa con el principal soporte para la continuidad del proceso de formación, sus padres, situación totalmente diferente en el sector privado.

Por eso todos los candidatos deben entender que la educación es más que un discurso, es el eje central de la conversión de una sociedad, los modelos están en todas partes, el personal preparado para acompañar cualquier administración en ese propósito abunda, lo que necesitamos con extrema urgencia es la entrega absoluta de un líder para que reconozca en la educación el verdadero valor que tiene.