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Columnista - 27 noviembre, 2020

“Influencer”

En lo que se refiere a internet, ahora todo el mundo quiere ser influyente, influidor, influenciador o una celebridad de internet, a cualquier costo, y sobre la cabeza del que sea, sin importarles hacer el ridículo, afectar su imagen, la de su familia o dañar la reputación de quien sea. Un verdadero influenciador debe ser […]

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En lo que se refiere a internet, ahora todo el mundo quiere ser influyente, influidor, influenciador o una celebridad de internet, a cualquier costo, y sobre la cabeza del que sea, sin importarles hacer el ridículo, afectar su imagen, la de su familia o dañar la reputación de quien sea.

Un verdadero influenciador debe ser un líder innato e inspirador, ejemplo para sus semejantes, para sus coterráneos, pero sobre todo para las nuevas generaciones,  teniendo claro que en su condición de generar opinión y tener seguidores, debe primar ser motivador, que su motor sea servir.

En un mundo en donde se tergiversan los valores,  en donde muy a pesar de lo que estamos viviendo aun creen que la fama, el poder y el dinero, son eternos y que lo material es lo que realmente importa, es justo que surjan lideres con verdaderos valores humanos, con temor de Dios, dejando huellas con su ejemplo y un legado para la posteridad. Tengo la convicción de que esta prueba difícil por la que está pasando la humanidad y que lleva por nombre covid-19, no es más que una transición, una enseñanza para mostrarnos cual frágiles somos y que hay cosas espirituales realmente valiosas, que el dinero al final de cuentas no vale nada, que Dios, la familia y nuestro proceder frente al prójimo y frente a la naturaleza debe buscar agradar al Creador y no al “mundo”.  

Después de todo lo que ha ocurrido debemos asumir una nueva posición ante la vida y ante nosotros mismos, comenzar a ser más humanos y hacer algo importante para cuidar la naturaleza.

El reciente huracán Iota y las lluvias torrenciales ocasionadas por los cambios climáticos fruto del calentamiento global, nos muestran que la tierra está pidiendo a gritos que la cuidemos. Para nadie es secreto que el río Guatapurí,  y muchos otros que nacen en los glaciares de la nevada, en tres décadas, aproximadamente, es altamente probable que desaparezcan debido al deshielo de la Sierra Nevada.

Los artistas y personas importantes de la vida pública que tienen una gran participación en redes sociales, que cuentan con muchísimos seguidores y que son “ídolos” de grandes y chicos, deben cuidar mucho lo que dicen, lo que suben a las redes, dado que los niños, sobre todo, quieren seguir sus pasos, su ejemplo.

Y los padres deben estar muy pendientes de mirar a quien siguen sus hijos, las aplicaciones que usan, los juegos con que se distraen. Conozco de niños y jóvenes que constantemente (día y noche) juegan un juego llamado Free Fire; en donde el principal objetivo es matar, combatir, ¿será que en un país violento como el nuestro, en donde el conflicto ha dejado tantas víctimas es sano jugar ese tipo de juegos?

Nuestros artistas deben escoger su lenguaje, su vestuario, no cantar tanta basura, en donde se le hace apología a la infidelidad y al sexo desenfrenado, a la muerte, al vicio, al crimen. Para qué escuchar a un foráneo y vulgar ‘Bad Bunny’ (conejo malo) con unas canciones con letras obscenas que no dejan ninguna buena enseñanza, si podemos deleitar nuestros oídos con las notas de nuestro propio conejo, el gran Juancho Rois, quien nos dejó un legado musical y poemas cantados al son de su acordeón. Dios los bendiga grandemente. 

Columnista
27 noviembre, 2020

“Influencer”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

En lo que se refiere a internet, ahora todo el mundo quiere ser influyente, influidor, influenciador o una celebridad de internet, a cualquier costo, y sobre la cabeza del que sea, sin importarles hacer el ridículo, afectar su imagen, la de su familia o dañar la reputación de quien sea. Un verdadero influenciador debe ser […]


En lo que se refiere a internet, ahora todo el mundo quiere ser influyente, influidor, influenciador o una celebridad de internet, a cualquier costo, y sobre la cabeza del que sea, sin importarles hacer el ridículo, afectar su imagen, la de su familia o dañar la reputación de quien sea.

Un verdadero influenciador debe ser un líder innato e inspirador, ejemplo para sus semejantes, para sus coterráneos, pero sobre todo para las nuevas generaciones,  teniendo claro que en su condición de generar opinión y tener seguidores, debe primar ser motivador, que su motor sea servir.

En un mundo en donde se tergiversan los valores,  en donde muy a pesar de lo que estamos viviendo aun creen que la fama, el poder y el dinero, son eternos y que lo material es lo que realmente importa, es justo que surjan lideres con verdaderos valores humanos, con temor de Dios, dejando huellas con su ejemplo y un legado para la posteridad. Tengo la convicción de que esta prueba difícil por la que está pasando la humanidad y que lleva por nombre covid-19, no es más que una transición, una enseñanza para mostrarnos cual frágiles somos y que hay cosas espirituales realmente valiosas, que el dinero al final de cuentas no vale nada, que Dios, la familia y nuestro proceder frente al prójimo y frente a la naturaleza debe buscar agradar al Creador y no al “mundo”.  

Después de todo lo que ha ocurrido debemos asumir una nueva posición ante la vida y ante nosotros mismos, comenzar a ser más humanos y hacer algo importante para cuidar la naturaleza.

El reciente huracán Iota y las lluvias torrenciales ocasionadas por los cambios climáticos fruto del calentamiento global, nos muestran que la tierra está pidiendo a gritos que la cuidemos. Para nadie es secreto que el río Guatapurí,  y muchos otros que nacen en los glaciares de la nevada, en tres décadas, aproximadamente, es altamente probable que desaparezcan debido al deshielo de la Sierra Nevada.

Los artistas y personas importantes de la vida pública que tienen una gran participación en redes sociales, que cuentan con muchísimos seguidores y que son “ídolos” de grandes y chicos, deben cuidar mucho lo que dicen, lo que suben a las redes, dado que los niños, sobre todo, quieren seguir sus pasos, su ejemplo.

Y los padres deben estar muy pendientes de mirar a quien siguen sus hijos, las aplicaciones que usan, los juegos con que se distraen. Conozco de niños y jóvenes que constantemente (día y noche) juegan un juego llamado Free Fire; en donde el principal objetivo es matar, combatir, ¿será que en un país violento como el nuestro, en donde el conflicto ha dejado tantas víctimas es sano jugar ese tipo de juegos?

Nuestros artistas deben escoger su lenguaje, su vestuario, no cantar tanta basura, en donde se le hace apología a la infidelidad y al sexo desenfrenado, a la muerte, al vicio, al crimen. Para qué escuchar a un foráneo y vulgar ‘Bad Bunny’ (conejo malo) con unas canciones con letras obscenas que no dejan ninguna buena enseñanza, si podemos deleitar nuestros oídos con las notas de nuestro propio conejo, el gran Juancho Rois, quien nos dejó un legado musical y poemas cantados al son de su acordeón. Dios los bendiga grandemente.