Un total de cinco hectáreas dedicadas a la producción de palma, fueron arrasadas por las llamas en un incendio forestal registrado la tarde del miércoles anterior en jurisdicción del municipio de Río de Oro.
La conflagración se presentó en los predios de la finca ‘La Hermosa’ lugar hasta donde llegaron trabajadores de la propiedad privada, Cuerpo de Bomberos de Aguachica y comunidad vecina, quienes desplegaron un intenso esfuerzo para apagar las llamas que se propagaron por más de seis horas poniendo en peligro la vida de algunos animales de especie bovina que se encontraban en la zona afectada.
La resequedad de los pastos y los fuertes vientos que se presentaban a las cinco de la tarde cuando se inició el incendio, fueron las mayores causas para que las llamas consumieran en su totalidad la vegetación y un gran lote de palma que estaba a punto de dar sus frutos.

“Cuando el administrador de la finca se enteró del incendio, las llamas ya habían tomado ventaja, sin embargo y gracias al trabajo conjunto que se hizo se logró apagar luego de varias horas de lucha continua contra el fuego que cada vez parecía más agresivo”, agregó Henry Alí Montes, comandante del Cuerpo de Bomberos de Aguachica.
“Estos incendios forestales son el peor enemigo de los recursos naturales, las llamas en algunas ocasiones hacen tanto daño a la tierra, que su recuperación puede tardar hasta 10 o más años, en el caso concreto de la finca palmera, el fuego comprometió no sólo el cultivo, sino parte de zona boscosa protectora. Los daños causados en este sitio podrán tardar en recuperarse unos dos años”, manifestó una fuente ambiental consultada por EL PILÓN.
En este sentido el comandante del Cuerpo de Bomberos reiteró el llamado a la comunidad en general, principalmente la campesina, para que por ningún motivo hagan quemas a cielo abierto, pues esto además de estar prohibido podría causar daños ambientales irreparables y en algunos casos podría cobrar pérdidas humanas y animales.
Por su parte los habitantes de la zona alta de Aguachica, con las primeras lluvias de esta semana comenzaron a quemar las tierras que prepararon para la segunda cosecha del año en curso, provocando además, la quema de gran cantidad de vegetación por la equivocación que tuvieron de no abrir previamente las rondas.
Por Álvaro Lora García