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Columnista - 1 diciembre, 2017

El Ikarwa y la sierra

Registro complacido la determinación de los directivos y propietarios del encumbrado y emblemático Colegio La Sierra de terminar el puente sobre el Arroyo El Capitanejo, beneficiando con ello también a los alumnos del humilde Colegio Arhuaco El Ikarwa, y evitar así una desgracia cuando este arroyo “coge” sus peligrosas y súbitas crecientes, a la cual […]

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Registro complacido la determinación de los directivos y propietarios del encumbrado y emblemático Colegio La Sierra de terminar el puente sobre el Arroyo El Capitanejo, beneficiando con ello también a los alumnos del humilde Colegio Arhuaco El Ikarwa, y evitar así una desgracia cuando este arroyo “coge” sus peligrosas y súbitas crecientes, a la cual estuvieron abocados en este fuerte invierno, teniendo que suspender sus labores y dictar clases en las instalaciones del Windsor que está de vacaciones. Afortunadamente no pasó nada, pero yo vi como temerariamente un indígena con dos niños de parrillero se tiró a la creciente y de milagro, cuando estaba al borde de una desgracia por su pericia logró pasar, a mí se me fueron… a la garganta o como también en forma peligrosa las busetas de La Sierra y del Ikarwa repletas de niños lo cruzaban al igual que cientos de padres de familia para llevar a sus hijos a esos colegios. Este drama y zozobra no se volverá a repetir, pues para el invierno del año entrante el puente estará en uso.

Pero, siempre el terrible y dramático pero, cuándo le van a meter el diente a la trocha que conduce al bello pueblo Arhuaco, una réplica de Nabusimaque, una reliquia cultural, del mismo nombre de su colegio a sólo 10 minutos con buena vía y a media hora o más en este momento de esta ciudad o es que los ricos de ese colegio y los pobres arhuacos no tienen derecho a disfrutar de una buena vía. Y ¿cuáles ricos?, ahí lo que hay en su inmensa mayoría son unos padres de familia jóvenes, profesionales que trabajan él y ella de sol a sol para tener a sus hijos en un colegio de primera categoría, donde adquirirán vastos conocimientos y el dominio del inglés y del francés que le permitirán en el futuro acceder a una buena universidad y en cuanto a los arhuacos es que ellos, no son gente, que merecen mejores servicios y más respeto y ojalá las Secretarías de Educación se diera una vueltica por su colegio y vieran las condiciones de pobreza y el rosario de necesidades que padecen, para que le den una manito al profesor Román Villafañe con una buena dotación de libros y útiles y designándole otros profesores especialmente de Castellano y Matemáticas. Fíjense que ya, venciendo cuanta clase de obstáculos ahí los tenemos de magistrados y conferencistas y muy rápidamente los veremos en los quirófanos operando gente y en los consultorios haciendo maravillas, porque de que son inteligentes no hay la menor duda. Cierto José María, Zarwawiko o Arukin.

Esperamos que estas reflexiones no se queden en el vacío y rápidamente podamos ir a Ikarwa en automóvil, pues es una belleza que hay que conocer, yo he ido con mis nietos y la hemos pasado delicioso y voy a ir ahora en vacaciones con las bogotanas y el barranquillero.

He visto que instalaron unos reducidores de velocidad al frente del Seminario, pero me pregunto ¿será que la vía de los Seminaristas y Sacerdotes es más valiosa que los residentes de Rosas del Ateneo que desde hace rato estamos solicitando lo mismo para proteger nuestra existencia?.

José M. Aponte Martínez

Columnista
1 diciembre, 2017

El Ikarwa y la sierra

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Registro complacido la determinación de los directivos y propietarios del encumbrado y emblemático Colegio La Sierra de terminar el puente sobre el Arroyo El Capitanejo, beneficiando con ello también a los alumnos del humilde Colegio Arhuaco El Ikarwa, y evitar así una desgracia cuando este arroyo “coge” sus peligrosas y súbitas crecientes, a la cual […]


Registro complacido la determinación de los directivos y propietarios del encumbrado y emblemático Colegio La Sierra de terminar el puente sobre el Arroyo El Capitanejo, beneficiando con ello también a los alumnos del humilde Colegio Arhuaco El Ikarwa, y evitar así una desgracia cuando este arroyo “coge” sus peligrosas y súbitas crecientes, a la cual estuvieron abocados en este fuerte invierno, teniendo que suspender sus labores y dictar clases en las instalaciones del Windsor que está de vacaciones. Afortunadamente no pasó nada, pero yo vi como temerariamente un indígena con dos niños de parrillero se tiró a la creciente y de milagro, cuando estaba al borde de una desgracia por su pericia logró pasar, a mí se me fueron… a la garganta o como también en forma peligrosa las busetas de La Sierra y del Ikarwa repletas de niños lo cruzaban al igual que cientos de padres de familia para llevar a sus hijos a esos colegios. Este drama y zozobra no se volverá a repetir, pues para el invierno del año entrante el puente estará en uso.

Pero, siempre el terrible y dramático pero, cuándo le van a meter el diente a la trocha que conduce al bello pueblo Arhuaco, una réplica de Nabusimaque, una reliquia cultural, del mismo nombre de su colegio a sólo 10 minutos con buena vía y a media hora o más en este momento de esta ciudad o es que los ricos de ese colegio y los pobres arhuacos no tienen derecho a disfrutar de una buena vía. Y ¿cuáles ricos?, ahí lo que hay en su inmensa mayoría son unos padres de familia jóvenes, profesionales que trabajan él y ella de sol a sol para tener a sus hijos en un colegio de primera categoría, donde adquirirán vastos conocimientos y el dominio del inglés y del francés que le permitirán en el futuro acceder a una buena universidad y en cuanto a los arhuacos es que ellos, no son gente, que merecen mejores servicios y más respeto y ojalá las Secretarías de Educación se diera una vueltica por su colegio y vieran las condiciones de pobreza y el rosario de necesidades que padecen, para que le den una manito al profesor Román Villafañe con una buena dotación de libros y útiles y designándole otros profesores especialmente de Castellano y Matemáticas. Fíjense que ya, venciendo cuanta clase de obstáculos ahí los tenemos de magistrados y conferencistas y muy rápidamente los veremos en los quirófanos operando gente y en los consultorios haciendo maravillas, porque de que son inteligentes no hay la menor duda. Cierto José María, Zarwawiko o Arukin.

Esperamos que estas reflexiones no se queden en el vacío y rápidamente podamos ir a Ikarwa en automóvil, pues es una belleza que hay que conocer, yo he ido con mis nietos y la hemos pasado delicioso y voy a ir ahora en vacaciones con las bogotanas y el barranquillero.

He visto que instalaron unos reducidores de velocidad al frente del Seminario, pero me pregunto ¿será que la vía de los Seminaristas y Sacerdotes es más valiosa que los residentes de Rosas del Ateneo que desde hace rato estamos solicitando lo mismo para proteger nuestra existencia?.

José M. Aponte Martínez