Aunque con los años la tradición ha ido perdiéndose, los vallenatos a un visitan a sus muertos en esta fecha.
La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos, es una celebración cristiana que tiene lugar anualmente cada 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena.
La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó pasará a una mejor vida.
Es común ver el cementerio, en estos dos primeros días de noviembre con mayor afluencia, pues los familiares aprovechan esta fecha para acicalar con flores, podas o pinturas las tumbas de sus difuntos.
Esta celebración cristiana busca que los feligreses puedan orar y recordar a los seres queridos que han fallecido o que según las creencias católicas, se encuentran en estado de purificación en el purgatorio.
La tradición está basada en dos creencias cristianas, la primera es que todos somos un sólo cuerpo, el cuerpo de Cristo y por lo tanto no podemos olvidar a nuestros antepasados. A su vez la segunda creencia que fundamente esta celebración es que un día resucitaremos entre los muertos, del mismo modo que Cristo ha resucitado.
Cabe indicar que el 2 de noviembre fue declarado en 1910 como el día oficial de los Fieles Difuntos. Anualmente, la iglesia católica durante las eucaristías que se ofrecen durante este día recita el Oficio de Difuntos y se celebran misas réquiem, que son los servicios litúrgicos para los difuntos.
Aunque esta celebración es un festejo que realizan los indígenas de la época prehispánica, la iglesia continúo con esta fiesta pero dándole un sentido cristiano.
Por: Ariadne Osorio Ponce/ EL PILÓN
[email protected]
Aunque con los años la tradición ha ido perdiéndose, los vallenatos a un visitan a sus muertos en esta fecha.
La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos, es una celebración cristiana que tiene lugar anualmente cada 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena.
La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó pasará a una mejor vida.
Es común ver el cementerio, en estos dos primeros días de noviembre con mayor afluencia, pues los familiares aprovechan esta fecha para acicalar con flores, podas o pinturas las tumbas de sus difuntos.
Esta celebración cristiana busca que los feligreses puedan orar y recordar a los seres queridos que han fallecido o que según las creencias católicas, se encuentran en estado de purificación en el purgatorio.
La tradición está basada en dos creencias cristianas, la primera es que todos somos un sólo cuerpo, el cuerpo de Cristo y por lo tanto no podemos olvidar a nuestros antepasados. A su vez la segunda creencia que fundamente esta celebración es que un día resucitaremos entre los muertos, del mismo modo que Cristo ha resucitado.
Cabe indicar que el 2 de noviembre fue declarado en 1910 como el día oficial de los Fieles Difuntos. Anualmente, la iglesia católica durante las eucaristías que se ofrecen durante este día recita el Oficio de Difuntos y se celebran misas réquiem, que son los servicios litúrgicos para los difuntos.
Aunque esta celebración es un festejo que realizan los indígenas de la época prehispánica, la iglesia continúo con esta fiesta pero dándole un sentido cristiano.
Por: Ariadne Osorio Ponce/ EL PILÓN
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