Desde hoy inician los 40 días en los que los fieles se preparan para vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Un alto en el camino y un llamado a la conversión de la pérdida de valores, es el mensaje de la Iglesia católica en este Miércoles de Ceniza, donde inician los 40 días en los que los fieles se preparan para vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo en la Semana Santa.
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“Se hace un llamado urgente a que bajemos la guardia, que nos despojemos de nuestros egoísmos, de nuestra prepotencia y arrogancia, que comprendamos a los hermanos, para prepararnos para los próximos 40 días, como un tiempo especial para la oración y la reflexión, para que lo aprovechemos y retomemos la vida con Dios, no con nuestras fuerzas, sino en la palabra de Dios, que es el que nos propone un estilo de vida diferente, que contrasta con los parámetros de este mundo, que nos llevará a reconciliación plena y completa con Dios, con los hermanos y con uno mismo”, explicó el presbítero de la catedral Nuestra Señora del Rosario, José Enrique Muñoz Sánchez.
Respecto al significado de la cruz en la frente, el párroco rememoró que en el antiguo testamento, en época de Jesús, la cruz era símbolo de maldición de la muerte, porque allí colgaban a los criminales y malvados. Al respecto acotó: “Jesús nos recuerda que se hizo uno con nosotros, que asumió toda la condición humana y se dejó contar entre los malditos o rebeldes, pero venció el poder de la muerte representado en la cruz y por ende se levantará la vida. Nosotros los cristianos nos hacemos este símbolo para recordar nuestra condición de fragilidad terrenal, de pecadores, de sentenciados a muerte para que al celebrar la resurrección del Señor, esta vida de muerte sea sepultada y nosotros nos levantemos con poder y gloria viendo a Jesucristo resucitado a una nueva vida”.
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Agregó: “Es reconocer nuestra miseria, nuestro pecado, nuestra nada, y como nuestro Señor nos revive de esa situación nos da una nueva vida. Desde hoy se cuentan cuarenta días hasta el día de Pascua, que es la fiesta magna de la fe católica, donde se celebra el misterio de la pasión, muerte y resurrección”.
Muñoz Sánchez invita a toda la feligresía y a las personas que de pronto han llevado una vida alejada de Dios a su manera: “Miremos a Jesucristo, para que volvamos a él, en un tiempo de tanta violencia, de tanta injusticia, y de tanta zozobra, para que no nos la pasemos quejando toda la vida sin que aportemos de una manera significativa. Los invitamos a iniciar este tiempo de cuaresma con una actitud de humildad, de sencillez y un buen propósito de empezar una vida nueva con Cristo resucitado”, subrayó.
El hecho de utilizar ceniza es un “signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles que acuden en gran número a recibir la ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”, puntualizó el sacerdote de la catedral Nuestra Señora del Rosario.
Por ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
[email protected]
Desde hoy inician los 40 días en los que los fieles se preparan para vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Un alto en el camino y un llamado a la conversión de la pérdida de valores, es el mensaje de la Iglesia católica en este Miércoles de Ceniza, donde inician los 40 días en los que los fieles se preparan para vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo en la Semana Santa.
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“Se hace un llamado urgente a que bajemos la guardia, que nos despojemos de nuestros egoísmos, de nuestra prepotencia y arrogancia, que comprendamos a los hermanos, para prepararnos para los próximos 40 días, como un tiempo especial para la oración y la reflexión, para que lo aprovechemos y retomemos la vida con Dios, no con nuestras fuerzas, sino en la palabra de Dios, que es el que nos propone un estilo de vida diferente, que contrasta con los parámetros de este mundo, que nos llevará a reconciliación plena y completa con Dios, con los hermanos y con uno mismo”, explicó el presbítero de la catedral Nuestra Señora del Rosario, José Enrique Muñoz Sánchez.
Respecto al significado de la cruz en la frente, el párroco rememoró que en el antiguo testamento, en época de Jesús, la cruz era símbolo de maldición de la muerte, porque allí colgaban a los criminales y malvados. Al respecto acotó: “Jesús nos recuerda que se hizo uno con nosotros, que asumió toda la condición humana y se dejó contar entre los malditos o rebeldes, pero venció el poder de la muerte representado en la cruz y por ende se levantará la vida. Nosotros los cristianos nos hacemos este símbolo para recordar nuestra condición de fragilidad terrenal, de pecadores, de sentenciados a muerte para que al celebrar la resurrección del Señor, esta vida de muerte sea sepultada y nosotros nos levantemos con poder y gloria viendo a Jesucristo resucitado a una nueva vida”.
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Agregó: “Es reconocer nuestra miseria, nuestro pecado, nuestra nada, y como nuestro Señor nos revive de esa situación nos da una nueva vida. Desde hoy se cuentan cuarenta días hasta el día de Pascua, que es la fiesta magna de la fe católica, donde se celebra el misterio de la pasión, muerte y resurrección”.
Muñoz Sánchez invita a toda la feligresía y a las personas que de pronto han llevado una vida alejada de Dios a su manera: “Miremos a Jesucristo, para que volvamos a él, en un tiempo de tanta violencia, de tanta injusticia, y de tanta zozobra, para que no nos la pasemos quejando toda la vida sin que aportemos de una manera significativa. Los invitamos a iniciar este tiempo de cuaresma con una actitud de humildad, de sencillez y un buen propósito de empezar una vida nueva con Cristo resucitado”, subrayó.
El hecho de utilizar ceniza es un “signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles que acuden en gran número a recibir la ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”, puntualizó el sacerdote de la catedral Nuestra Señora del Rosario.
Por ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
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