Más de mil estudiantes menores de edad con discapacidades (sordos, ciegos, autistas, con síndrome de Down, usuarios de sillas de rueda, etc.)  no están recibiendo clases en el municipio de Valledupar, porque en la alcaldía no han dado para contratar al equipo de inclusión como lo ordena el Ministerio de Educación, según decreto 1421 del 2017.

Las clases debieron comenzar el 22 de enero junto a los estudiantes sin discapacidad, según el calendario académico de la misma alcaldía. Esta dicotomía se le ha convertido a la Secretaría de Educación municipal en una bola de fuego y caos administrativo para organizar lo que se debe hacer todos los años.  

Los afectados son niños y niñas, y los padres de familia que ven desesperados como sus hijos perdieron el primer periodo de todas las materias y no se avizora su recuperación.

El grave asunto ocurre en Valledupar, y en el departamento es peor porque en la Secretaría de Educación departamental contratan al equipo de inclusión solo los últimos tres meses de cada año, afectando a más de cuatro mil niños y niñas que requieren los apoyos pedagógicos pertinentes. Los datos en el Cesar podrán ser mucho más, pero a ningún secretario de Educación departamental se le ha ocurrido hacer ese censo porque pareciera que no les interesa que los estudiantes con discapacidad puedan tener una educación de calidad.

Tampoco en Valledupar existe un censo exacto, lo que hay es un registro de los escolarizados registrados en el Sistema de Gestión de la Matriculas (Simat). En la zona rural son 151 y en lo urbano 476, estudiantes de todas las discapacidades.

El municipio tiene presupuestado para educación a los estudiantes con discapacidad desde el primero de enero. ¿Entonces, por qué tanta demora? Los contratos debieron hacerse en enero, no esperar después de carnavales, Semana Santa o Festival Vallenato.   Seguramente esta semana tampoco se hará y esperarán que pase la Semana Mayor. Eso sería una estafa y una nueva mamadera de gallo para la población con discapacidad.  

Es absurdo y sobre todo ilegal que el secretario de Educación de Valledupar (el de turno) y los funcionarios de la Alcaldía que hacen esta misma labor todos los años estén dormidos en los laureles en detrimento de los niños que reclaman la presencia del Estado. 

Es muy lamentable que las madres de esos infantes tengan que hacer plantones, protestas y encadenarse en las escuelas para que los burócratas municipales las atiendan. A la Alcaldía no le importa un “pepino” la Defensoría del Pueblo ni las tutelas ni las marchas ni los bloqueos.  

Los niños sordos y los ciegos son los que más sufren de ese látigo de la ignominia que pareciera que solo podría acabar cuando aparezca otro Simón Bolívar y los libere de ese yugo. 

¿Por qué les mienten a los padres de familias y juegan con la paciencia y nobleza de los familiares? Anteayer los funcionarios les mintieron a las madres y ayer ocurrió lo mismo, seguramente hoy vendrán nuevas mentiras no sé si para ganar tiempo, indultos o dinero.  

Aunque el secretario de Educación y el alcalde son nuevos, lo cierto es que el equipo que se encarga de esa contratación tiene años de estar trabajando allí, por lo tanto, no se entiende por qué tanto atraso.   

La Alcaldía está obligada –sin más dilaciones-  a contratar hoy mismo a los modelos lingüísticos, maestras bilingües, intérpretes, tiflólogos y docentes de apoyo para iniciar las clases, ¡ya!, con los estudiantes con discapacidad. 

Se espera que, a falta de voluntad política de los funcionarios, el alcalde Ernesto Orozco se apersone de este delicado tema, espero que mi celular suene hoy miércoles con esa justa noticia.  Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro. 

Aquilino Cotes Zuleta