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Editorial - 30 enero, 2023

Honor a Adolfo Pacheco

Tantas líneas de textos leídas y voces escuchadas de reconocimiento al inmenso valor del talento del maestro Adolfo Pacheco Anillo nunca serán suficientes para dimensionar su grandeza.

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Tantas líneas de textos leídas y voces escuchadas de reconocimiento al inmenso valor del talento del maestro Adolfo Pacheco Anillo nunca serán suficientes para dimensionar su grandeza.

Como costeños, caribeños, estamos obligados a rendirle honores a todo un maestro y ejemplo musical, Adolfo Pacheco Anillo, quien este sábado 28 de enero murió en Barranquilla, tras varios días en la Clínica General del Norte, luego de que sufriera un accidente de tránsito, el pasado 19 de enero, en la misma vía en que murieron accidentalmente hace 70 años Eduardo Lora, motivo de una canción, y también ese gran músico Andrés Landero.

Fue Pacheco un compositor versátil, cuyas composiciones siempre se caracterizaron por su contenido profundo y relato magistral del diario acontecer de su pueblo.

La del maestro fue una vida dedicada a la cultura y el arte, su entorno natural, San Jacinto, Bolívar, municipio de los Montes de María que lo vio nacer, tuvo mucha influencia en él por sus expresiones folclóricas y sus artesanías ampliamente conocidas también internacionalmente.

Registró en un producto natural de su tierra, la hamaca, el saludo inolvidable a los vallenatos y a sus cultores, para mecerse por siempre, en medio de gaitas y acordeones, instrumentos propios de esa afectuosa y cercana tierra.

Adolfo Pacheco fue creciendo sus dotes intelectuales y dictaba conferencias sobre el folclor, enarbolando en nuestra música el espacio y el ritmo sabanero. De hecho fue uno de los más grandes artistas de la región sabanera que abarca a los departamentos de Sucre, Bolívar y Córdoba.

Se movía entre dos mundos de la Costa interiorana, en ocasiones poniéndole picante y espuela de gallero empedernido al debate musical, pero al final reconoció en entrevistas que el vallenato había terminado denominando la música de acordeón del Caribe colombiano.

EL PILÓN recoge ese sentir del pueblo vallenato que con tristeza, expresada a su tierra y familiares, despide al maestro Adolfo Pacheco, a los 82 años, cuando se mantenía activo deleitando a todos los públicos.

Su valioso legado musical lo constituyen cerca de 224 canciones grabadas desde 1963, de esas, un total de 140 son de su autoría, todas insuperables en su estilo, letra y melodía. Por ello, en el año 2005, el Festival de la Leyenda Vallenata lo declaró ‘Compositor Vitalicio’; distinción que compartió con Tobías Enrique Pumarejo, Rafael Escalona, Leandro Díaz, Emiliano Zuleta y Calixto Ochoa, entre otros. En los festivales del valle se le oía recibir contento el “cariño de mi pueblo”. La correspondencia natural a su generosa canción.

Se fue el maestro, pero nos dejó una hamaca cultural gigante más grande que el cerro e’ Maco, para que el pueblo vallenato meciéndose en ella cante”. Y como ‘El viejo Miguel’ , canción que Rafael Escalona tenía como favorita, rogamos para que allá en su nueva morada encuentre consuelo, paz y tranquilidad.

Editorial
30 enero, 2023

Honor a Adolfo Pacheco

Tantas líneas de textos leídas y voces escuchadas de reconocimiento al inmenso valor del talento del maestro Adolfo Pacheco Anillo nunca serán suficientes para dimensionar su grandeza.


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Tantas líneas de textos leídas y voces escuchadas de reconocimiento al inmenso valor del talento del maestro Adolfo Pacheco Anillo nunca serán suficientes para dimensionar su grandeza.

Como costeños, caribeños, estamos obligados a rendirle honores a todo un maestro y ejemplo musical, Adolfo Pacheco Anillo, quien este sábado 28 de enero murió en Barranquilla, tras varios días en la Clínica General del Norte, luego de que sufriera un accidente de tránsito, el pasado 19 de enero, en la misma vía en que murieron accidentalmente hace 70 años Eduardo Lora, motivo de una canción, y también ese gran músico Andrés Landero.

Fue Pacheco un compositor versátil, cuyas composiciones siempre se caracterizaron por su contenido profundo y relato magistral del diario acontecer de su pueblo.

La del maestro fue una vida dedicada a la cultura y el arte, su entorno natural, San Jacinto, Bolívar, municipio de los Montes de María que lo vio nacer, tuvo mucha influencia en él por sus expresiones folclóricas y sus artesanías ampliamente conocidas también internacionalmente.

Registró en un producto natural de su tierra, la hamaca, el saludo inolvidable a los vallenatos y a sus cultores, para mecerse por siempre, en medio de gaitas y acordeones, instrumentos propios de esa afectuosa y cercana tierra.

Adolfo Pacheco fue creciendo sus dotes intelectuales y dictaba conferencias sobre el folclor, enarbolando en nuestra música el espacio y el ritmo sabanero. De hecho fue uno de los más grandes artistas de la región sabanera que abarca a los departamentos de Sucre, Bolívar y Córdoba.

Se movía entre dos mundos de la Costa interiorana, en ocasiones poniéndole picante y espuela de gallero empedernido al debate musical, pero al final reconoció en entrevistas que el vallenato había terminado denominando la música de acordeón del Caribe colombiano.

EL PILÓN recoge ese sentir del pueblo vallenato que con tristeza, expresada a su tierra y familiares, despide al maestro Adolfo Pacheco, a los 82 años, cuando se mantenía activo deleitando a todos los públicos.

Su valioso legado musical lo constituyen cerca de 224 canciones grabadas desde 1963, de esas, un total de 140 son de su autoría, todas insuperables en su estilo, letra y melodía. Por ello, en el año 2005, el Festival de la Leyenda Vallenata lo declaró ‘Compositor Vitalicio’; distinción que compartió con Tobías Enrique Pumarejo, Rafael Escalona, Leandro Díaz, Emiliano Zuleta y Calixto Ochoa, entre otros. En los festivales del valle se le oía recibir contento el “cariño de mi pueblo”. La correspondencia natural a su generosa canción.

Se fue el maestro, pero nos dejó una hamaca cultural gigante más grande que el cerro e’ Maco, para que el pueblo vallenato meciéndose en ella cante”. Y como ‘El viejo Miguel’ , canción que Rafael Escalona tenía como favorita, rogamos para que allá en su nueva morada encuentre consuelo, paz y tranquilidad.