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Judicial - 13 junio, 2018

¿Homicidio y suicidio en la tragedia de El Molino?

Aunque los familiares de las dos víctimas desconocen cómo fue a parar el arma de fuego al lugar de los hechos, esta no aparece, razón por la cual deja entre ver que habría otras personas implicadas en el hecho.

Centenares de estudiantes desfilaron ayer por las calles de El Molino a llevarles coronas y ramos de flores a las tumbas de las fallecidas.
Centenares de estudiantes desfilaron ayer por las calles de El Molino a llevarles coronas y ramos de flores a las tumbas de las fallecidas.

Pese a las investigaciones adelantadas tanto por la Policía, como el CTI en el municipio de El Molino, sur de La Guajira, en donde la tarde del pasado lunes festivo encontraron muertas a dos jóvenes, son varios los interrogantes que se generan con el doble hecho de sangre que mantiene consternados a los habitantes de la población, que limita con el norte del Cesar.

Lea aquí también: A tiros mueren dos menores en El Molino

Homicidio y suicidio, es una de las primeras hipótesis que cobra más fuerza entre los investigadores, en el que una de ellas le habría disparado inicialmente a su prima, y luego esta, con la misma arma de fuego, se habría quitado la vida al quedar sorprendida con la dantesca escena, en momentos en que se encontraban solas estudiando en una de las habitaciones del inmueble.

Para los molineros y la familia de las dos jóvenes mujeres la tragedia los tomó por sorpresa, porque horas después del suceso aún no tenían precisión de lo que pudo haber ocurrido entre las dos, quienes registran una herida cada una en el tórax, con orificio de salida por la espalda. Lo que más le llamada la atención a las autoridades locales, es que la blusa de Libia Esther Acosta Anaya, de 16 años, registra quemaduras de la pólvora del proyectil percutido, lo que para los investigadores indica que el disparo fue a corta distancia, con el cañón pegado a esa prenda de vestir, según la aspersión atómica practicada por expertos.

Mientras que la blusa de Ana Cristina Molano Acosta, de 13 años, solo presenta un pequeño agujero producido por el proyectil que hizo blanco también en el tórax, el cual le causó afectaciones en varios signos vitales que le causaron la muerte en el mismo lugar de la tragedia, convertida en un verdadero misterio. Los dos cuerpos sin vida fueron avistados por la abuela de una de las occisas luego de escuchar los dos disparos; al llegar a la habitación se encontró con la dantesca escena registrada en el segundo piso del inmueble ubicado en el barrio Neimakút, donde funciona el expendio de carne Los Atilios, propiedad de su abuelo Atilio José Vega Suárez.

Otra de las conjeturas que circulan es que una de ellas estaría metida en internet en el juego ruso de la Ballena Azul, que se convierte en una diversión potencialmente lesiva, que incita al suicidio entre adolescentes, cuyo juego ha cobrado varias vidas en Colombia, especialmente entre la juventud.

No aparece el arma

Los investigadores, según las autoridades locales, no encontraron el arma de fuego utilizada por las adolescentes, tras ingresar a la habitación donde ellas se encontraban supuestamente estudiando.

La que sería también pieza clave para esclarecer los hechos en el que los médicos forenses de la morgue en Fonseca podrían determinar cuál de ellas accionó primero el arma de fuego, y si estaría involucrada una tercera persona en el hecho de sangre.

¿Quiénes eran las víctimas?

Familiares de las occisas indicaron que Libia Esther Acosta Anaya, era hija de Yenner José Acosta, cursaba undécimo grado en la Institución Educativa, Ismael Rodríguez Fuentes, y vivía con Juan José Vega y Elvira Muñoz. Ana Cristina Molano Acosta nació del hogar conformado por Misael Molano y Otilia Del Rosario Acosta; cursaba octavo grado en el colegio Heliodoro Montero Duarte de El Molino.

“Eso fue algo inesperado”

Para su tía Beatríz Pekit, la muerte de sus sobrinas fue algo inesperado. “Fue algo que jamás esperábamos porque ellas se dedicaban a estudiar en la habitación”. El hecho le ha dejado un vacío tanta a ella como al resto de la familia. Hizo referencia al juego de la ballena azul como una simple conjetura y comentarios callejeros, pero que no se ha precisado si esa sería la verdadera causa.

“Ellas estaban solas en esa habitación y dejaron la puerta cerrada y una de sus sobrinas tenía la blusa dañada por el disparo que registra en el tórax. Hago un llamado a los padres de familia para que estén más pendientes de sus hijos, para que estén más cerca de ellos y no se vuelva a registrar un episodio como este”. La mujer se mostró muy sorprendida y se preguntó cómo pudo haber llegado esa arma de fuego a sus manos porque en esa casa nunca han existido . “Ella al parecer se había despedido de sus compañeros”.

Leonis Sánchez, director de grupo en el salón de clases de Libia Esther Acosta Anaya, destacó la virtudes de su alumna y tuvo conocimiento de que ella se había despedido de algunos de sus compañeros de clase, en el que les anunciaba que ella tenía la intensión de tomar una fatal determinación con su vida, que los quería mucho y que no la iban a volver a ver. Posteriormente en un diálogo le dijo lo contrario, que se trataba de una broma, de una chanza, al tiempo que sus compañeros tras quedar estupefactos con esas expresiones les dolió toda vez que ella les había advertido y no pudieron hacer nada para evitarselo.

El docente hizo un angustioso llamado tanto al Alcalde de la población, como al gobierno departamental, para que asigne aunque sea un solo psicólogo para toda la institución educativa ante una serie de problemáticas que en ese sentido viene padeciendo el plantel, debido a que no es el único caso que se ha presentado en El Molino, sino que van tres con ese. La comunidad estudiantil, se volcó ayer a las tumbas de las víctimas con coronas y ramos de flores.

Por Abdel Martínez Pérez/ EL PILÓN
[email protected]

Judicial
13 junio, 2018

¿Homicidio y suicidio en la tragedia de El Molino?

Aunque los familiares de las dos víctimas desconocen cómo fue a parar el arma de fuego al lugar de los hechos, esta no aparece, razón por la cual deja entre ver que habría otras personas implicadas en el hecho.


Centenares de estudiantes desfilaron ayer por las calles de El Molino a llevarles coronas y ramos de flores a las tumbas de las fallecidas.
Centenares de estudiantes desfilaron ayer por las calles de El Molino a llevarles coronas y ramos de flores a las tumbas de las fallecidas.

Pese a las investigaciones adelantadas tanto por la Policía, como el CTI en el municipio de El Molino, sur de La Guajira, en donde la tarde del pasado lunes festivo encontraron muertas a dos jóvenes, son varios los interrogantes que se generan con el doble hecho de sangre que mantiene consternados a los habitantes de la población, que limita con el norte del Cesar.

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Homicidio y suicidio, es una de las primeras hipótesis que cobra más fuerza entre los investigadores, en el que una de ellas le habría disparado inicialmente a su prima, y luego esta, con la misma arma de fuego, se habría quitado la vida al quedar sorprendida con la dantesca escena, en momentos en que se encontraban solas estudiando en una de las habitaciones del inmueble.

Para los molineros y la familia de las dos jóvenes mujeres la tragedia los tomó por sorpresa, porque horas después del suceso aún no tenían precisión de lo que pudo haber ocurrido entre las dos, quienes registran una herida cada una en el tórax, con orificio de salida por la espalda. Lo que más le llamada la atención a las autoridades locales, es que la blusa de Libia Esther Acosta Anaya, de 16 años, registra quemaduras de la pólvora del proyectil percutido, lo que para los investigadores indica que el disparo fue a corta distancia, con el cañón pegado a esa prenda de vestir, según la aspersión atómica practicada por expertos.

Mientras que la blusa de Ana Cristina Molano Acosta, de 13 años, solo presenta un pequeño agujero producido por el proyectil que hizo blanco también en el tórax, el cual le causó afectaciones en varios signos vitales que le causaron la muerte en el mismo lugar de la tragedia, convertida en un verdadero misterio. Los dos cuerpos sin vida fueron avistados por la abuela de una de las occisas luego de escuchar los dos disparos; al llegar a la habitación se encontró con la dantesca escena registrada en el segundo piso del inmueble ubicado en el barrio Neimakút, donde funciona el expendio de carne Los Atilios, propiedad de su abuelo Atilio José Vega Suárez.

Otra de las conjeturas que circulan es que una de ellas estaría metida en internet en el juego ruso de la Ballena Azul, que se convierte en una diversión potencialmente lesiva, que incita al suicidio entre adolescentes, cuyo juego ha cobrado varias vidas en Colombia, especialmente entre la juventud.

No aparece el arma

Los investigadores, según las autoridades locales, no encontraron el arma de fuego utilizada por las adolescentes, tras ingresar a la habitación donde ellas se encontraban supuestamente estudiando.

La que sería también pieza clave para esclarecer los hechos en el que los médicos forenses de la morgue en Fonseca podrían determinar cuál de ellas accionó primero el arma de fuego, y si estaría involucrada una tercera persona en el hecho de sangre.

¿Quiénes eran las víctimas?

Familiares de las occisas indicaron que Libia Esther Acosta Anaya, era hija de Yenner José Acosta, cursaba undécimo grado en la Institución Educativa, Ismael Rodríguez Fuentes, y vivía con Juan José Vega y Elvira Muñoz. Ana Cristina Molano Acosta nació del hogar conformado por Misael Molano y Otilia Del Rosario Acosta; cursaba octavo grado en el colegio Heliodoro Montero Duarte de El Molino.

“Eso fue algo inesperado”

Para su tía Beatríz Pekit, la muerte de sus sobrinas fue algo inesperado. “Fue algo que jamás esperábamos porque ellas se dedicaban a estudiar en la habitación”. El hecho le ha dejado un vacío tanta a ella como al resto de la familia. Hizo referencia al juego de la ballena azul como una simple conjetura y comentarios callejeros, pero que no se ha precisado si esa sería la verdadera causa.

“Ellas estaban solas en esa habitación y dejaron la puerta cerrada y una de sus sobrinas tenía la blusa dañada por el disparo que registra en el tórax. Hago un llamado a los padres de familia para que estén más pendientes de sus hijos, para que estén más cerca de ellos y no se vuelva a registrar un episodio como este”. La mujer se mostró muy sorprendida y se preguntó cómo pudo haber llegado esa arma de fuego a sus manos porque en esa casa nunca han existido . “Ella al parecer se había despedido de sus compañeros”.

Leonis Sánchez, director de grupo en el salón de clases de Libia Esther Acosta Anaya, destacó la virtudes de su alumna y tuvo conocimiento de que ella se había despedido de algunos de sus compañeros de clase, en el que les anunciaba que ella tenía la intensión de tomar una fatal determinación con su vida, que los quería mucho y que no la iban a volver a ver. Posteriormente en un diálogo le dijo lo contrario, que se trataba de una broma, de una chanza, al tiempo que sus compañeros tras quedar estupefactos con esas expresiones les dolió toda vez que ella les había advertido y no pudieron hacer nada para evitarselo.

El docente hizo un angustioso llamado tanto al Alcalde de la población, como al gobierno departamental, para que asigne aunque sea un solo psicólogo para toda la institución educativa ante una serie de problemáticas que en ese sentido viene padeciendo el plantel, debido a que no es el único caso que se ha presentado en El Molino, sino que van tres con ese. La comunidad estudiantil, se volcó ayer a las tumbas de las víctimas con coronas y ramos de flores.

Por Abdel Martínez Pérez/ EL PILÓN
[email protected]