“No hemos avanzado en absoluto, no solo debería ser EL PILÓN, Radio Guatapurí o Katia Ospino, sino todos los periodistas enfrentando a la clase política del Cesar”, aseguró la citada periodista.
La Universidad Nacional de Colombia, UNAL, sede de La Paz, fue epicentro de una reflexión sobre el ejercicio periodístico en el Cesar con la participación del editor general de EL PILÓN la mañana de este jueves.
La deliberación inicialmente giró en torno a la historia del periodista Guzmán Quintero Torres, descrito en la voz de Oscar Martínez, quien dirige esta casa editorial.
“Soñador, íntegro, junto a otros profesionales partió la historia del periodismo en dos, líder natural, vivió sembrando conciencia en el gremio y la sociedad civil”, señaló el directivo.
“Soñaba con una sociedad más justa y más digna, él era un convencido de que en Valledupar, así como en los medios nacionales, había periodismo capacitado para desarrollar investigaciones e informaciones veraces que pusieran a la luz el manejo de lo público”, recordó Martínez.
El comunicador social se refirió al asesinato de Quintero como una muestra de la violencia sistemática que vivía el país a finales de los 90 y los años posteriores.
El amigo y colega de Guzmán finalizó asegurando: “Yo siento que él murió inconsciente del peligro que significaba lo que él estaba haciendo. Era terco y convencido”.
A su turno, Katia Ospino dijo que, a diferencia de Guzmán, ella sí sabe el peligro que corre por sus cubrimientos periodísticos.
Ospino Salem ha recibido amenazas y, según contó, fue víctima de dos atentados, así como su familia se ha visto en peligro como efecto de sus investigaciones.
“Pero un buen periodista no puede naturalizar el silencio por miedo a las balas”, exclamó durante ese foro denominado ‘otras memorias y miradas al silencio’.
Lo anterior podría explicar por qué muchas veces quienes están en los medios de comunicación no hacen trabajos rigurosos.
“No hemos avanzado en absoluto, no solo debería ser EL PILÓN, Radio Guatapurí o Katia Ospino, sino todos los periodistas enfrentando a la clase política del Cesar”, acotó la exreportera de Canal 1.
Y agregó: “Un buen periodista no puede naturalizar el silencio por miedo a las balas… A veces hasta nos toca ofrendar nuestra vida en pro del territorio”.
Cristián Cortés, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa de la UNAL, también participó en el debate, reflejando las barreras a las que se enfrentan quienes quieren hacerse camino en este ejercicio.
“Desde las casas nos dicen que cuidado nos metemos por ahí (con algunos temas), que por eso nos pueden mandar a matar”, afirmó.
“Por otro lado nos dicen que tenemos que ganar plata y parece que la única manera es caer a los tobillos de la estructura que financia el periodismo”, agregó el miembro de una red periodismo de jóvenes.
Una de las conclusiones de la sesión es que el periodismo “no debería salir de la academia y el estudiante de la esencia del periodismo”.
Para ello son importantes las universidades para promover la conciencia ciudadana y que los medios afronten nuevos retos.
La ciudadanía expresó que las casas periodísticas deben cambiar el modelo capitalista de la información para no ver a la sociedad como cliente, sino como constructora de nuevas verdades y narrativas.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.
“No hemos avanzado en absoluto, no solo debería ser EL PILÓN, Radio Guatapurí o Katia Ospino, sino todos los periodistas enfrentando a la clase política del Cesar”, aseguró la citada periodista.
La Universidad Nacional de Colombia, UNAL, sede de La Paz, fue epicentro de una reflexión sobre el ejercicio periodístico en el Cesar con la participación del editor general de EL PILÓN la mañana de este jueves.
La deliberación inicialmente giró en torno a la historia del periodista Guzmán Quintero Torres, descrito en la voz de Oscar Martínez, quien dirige esta casa editorial.
“Soñador, íntegro, junto a otros profesionales partió la historia del periodismo en dos, líder natural, vivió sembrando conciencia en el gremio y la sociedad civil”, señaló el directivo.
“Soñaba con una sociedad más justa y más digna, él era un convencido de que en Valledupar, así como en los medios nacionales, había periodismo capacitado para desarrollar investigaciones e informaciones veraces que pusieran a la luz el manejo de lo público”, recordó Martínez.
El comunicador social se refirió al asesinato de Quintero como una muestra de la violencia sistemática que vivía el país a finales de los 90 y los años posteriores.
El amigo y colega de Guzmán finalizó asegurando: “Yo siento que él murió inconsciente del peligro que significaba lo que él estaba haciendo. Era terco y convencido”.
A su turno, Katia Ospino dijo que, a diferencia de Guzmán, ella sí sabe el peligro que corre por sus cubrimientos periodísticos.
Ospino Salem ha recibido amenazas y, según contó, fue víctima de dos atentados, así como su familia se ha visto en peligro como efecto de sus investigaciones.
“Pero un buen periodista no puede naturalizar el silencio por miedo a las balas”, exclamó durante ese foro denominado ‘otras memorias y miradas al silencio’.
Lo anterior podría explicar por qué muchas veces quienes están en los medios de comunicación no hacen trabajos rigurosos.
“No hemos avanzado en absoluto, no solo debería ser EL PILÓN, Radio Guatapurí o Katia Ospino, sino todos los periodistas enfrentando a la clase política del Cesar”, acotó la exreportera de Canal 1.
Y agregó: “Un buen periodista no puede naturalizar el silencio por miedo a las balas… A veces hasta nos toca ofrendar nuestra vida en pro del territorio”.
Cristián Cortés, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa de la UNAL, también participó en el debate, reflejando las barreras a las que se enfrentan quienes quieren hacerse camino en este ejercicio.
“Desde las casas nos dicen que cuidado nos metemos por ahí (con algunos temas), que por eso nos pueden mandar a matar”, afirmó.
“Por otro lado nos dicen que tenemos que ganar plata y parece que la única manera es caer a los tobillos de la estructura que financia el periodismo”, agregó el miembro de una red periodismo de jóvenes.
Una de las conclusiones de la sesión es que el periodismo “no debería salir de la academia y el estudiante de la esencia del periodismo”.
Para ello son importantes las universidades para promover la conciencia ciudadana y que los medios afronten nuevos retos.
La ciudadanía expresó que las casas periodísticas deben cambiar el modelo capitalista de la información para no ver a la sociedad como cliente, sino como constructora de nuevas verdades y narrativas.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.