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Columnista - 28 octubre, 2010

Historia, icfes, Loperena y regalías.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Ya se recopiló una parte, muy pequeña pero importante, de la vida de Valledupar a partir de 1950, cuando llegaban de todo el país las familias en busca de refugio por los desplazamientos de esa época y más adelante por el ofrecimiento de trabajo en la recolección del algodón. […]

DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Ya se recopiló una parte, muy pequeña pero importante, de la vida de Valledupar a partir de 1950, cuando llegaban de todo el país las familias en busca de refugio por los desplazamientos de esa época y más adelante por el ofrecimiento de trabajo en la recolección del algodón. Las voces de Tulio Villa, Vicente Martínez, Ciro ferrer, Guzmán Quintero, se suman a la otros seis habitantes de ese naciente Valledupar de los sesenta con la creación, por toma de tierras de barrios como el Primero de Mayo, Doce de Octubre, Fundadores, Valle Meza, San Martín y otros más que aparecen en el libro sobre los hechos de esa parte de la historia de la capital mundial del vallenato.
La socióloga y docente de la Universidad Nacional con un grupo de estudiantes se dieron a la tarea de, pacientemente, tomar los datos de primera mano para dejar para la posteridad y -en forma verídica-, ya que los autores están vivos, el diario quehacer en busca de la solución a sus necesidades más apremiantes de trabajo y sobre todo de hogar, de una casa que para muchos fue inicialmente de tablas, cartones y plástico.
Algo así se necesitaba y deberá ser el motor para que otros investigadores, historiadores o no, se den a la tarea de dejar escrito el paso del tiempo que día a día transforma los espacios y con ellos las costumbres de todo un pueblo. No por ser reciente deja de ser historia y ya que se están dando unos cambios, como el reciente de la casa de la familia Quintero, en el centro, que para el vallenato viajero, dejó de ser un referente de su pasado. El presente hoy escrito será la mejor historia del mañana.
Llegan los resultados del ICFES y llaman la atención los análisis en torno a ellos y más cuando son vertidos por docentes tratando de explicar los malos puntajes de la mayoría de los colegios del estado, comparándolos con los del sector privado.
Se les olvida el componente social y pasan a hablar alegremente de la falta de capacitación de los docentes. Lo social es: ha visto usted a algún estudiante de nuestros colegios privados de primer orden, bueno los caros, ¿trabajando en el mercado? Si su jornada es de la tarde, trabaja en la mañana y viceversa. ¿Cuantas niñas “bien” venden minutos para poder ir a estudiar? ¿Será que en nuestros colegios estrato seis, alguna niña deja de asistir por no tener para una toalla higiénica? ¿Cuantas casas estrato 1-2 o 3 tienen computador personal?. Y vamos más lejos, pongamos aire acondicionado a nuestros colegios públicos, ¿mejorará la formación en alumnos que llegan sin desayunar o sin almorzar o con malas comidas? ¿no pueden comprar textos y a veces ni cuadernos? ¿Cuántos padres estrato 1-2-3- puede pagar ahora la nueva capacitación para pruebas los días sábado? ya son de 200 0 300 mil pesos el año. Esas realidades no las queremos ver y culpamos a los maestros, a los alumnos, a los padres tapando la problemática social de un país sin equidad, sin empleo, sin futuro para los jóvenes. Claro que quizá usted que lee esto sea de estrato 4- 5- o 6 y no me pueda entender. Nos seguimos engañando ante la incapacidad de querer hacer las cosas bien.
De nuevo la Loperena y ahora en un escrito de Álvaro Castro Socarrás, ante un artículo de don Napoleón de Armas. No logro entender la posición de Iván Castro y Álvaro Castro en la prensa y de don Tomás darío Gutierrez en la radio, ante las preguntas sobre la realidad de la Loperena. Vuelvo a invitar a la Academia de Historia, a los medios, a los profesores y estudiantes del colegio Loperena, historiadores y público – en general- a dirimir las preguntas en un gran debate público y no continuar con la débil defensa de descalificar con un falso regionalismo y anotar “Decir que la Loperena no fue una heroína  es una falta de respeto que la sociedad  vallenata no puede aceptar”.
La carta en referencia debe ser mostrada y comprobada, pero, más que eso, deben dar la cara y contradecir con hechos concretos lo que algunos preguntamos. En particular tengo para cuestionar más de 20 contradicciones en el texto del autor, ¿Me las podrán aclarar en debate público?  Me dirán que como no soy nacido en Valledupar, ¿soy enemigo de la historia? Si hay alguien que haya contado lo leído he sido yo, pero ahora tengo dudas, ¿me las podrán aclarar?
Invitamos, hoy jueves a la audiencia de la comisión V en la biblioteca y mañana a la de la comisión 1. Las dos audiencias son sobre la nueva ley de regalías. ¿Defendemos lo nuestro? ¿Aceptamos?

[email protected]

Columnista
28 octubre, 2010

Historia, icfes, Loperena y regalías.

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS Por: Germán Piedrahíta R. Ya se recopiló una parte, muy pequeña pero importante, de la vida de Valledupar a partir de 1950, cuando llegaban de todo el país las familias en busca de refugio por los desplazamientos de esa época y más adelante por el ofrecimiento de trabajo en la recolección del algodón. […]


DOS PUNTOS

Por: Germán Piedrahíta R.

Ya se recopiló una parte, muy pequeña pero importante, de la vida de Valledupar a partir de 1950, cuando llegaban de todo el país las familias en busca de refugio por los desplazamientos de esa época y más adelante por el ofrecimiento de trabajo en la recolección del algodón. Las voces de Tulio Villa, Vicente Martínez, Ciro ferrer, Guzmán Quintero, se suman a la otros seis habitantes de ese naciente Valledupar de los sesenta con la creación, por toma de tierras de barrios como el Primero de Mayo, Doce de Octubre, Fundadores, Valle Meza, San Martín y otros más que aparecen en el libro sobre los hechos de esa parte de la historia de la capital mundial del vallenato.
La socióloga y docente de la Universidad Nacional con un grupo de estudiantes se dieron a la tarea de, pacientemente, tomar los datos de primera mano para dejar para la posteridad y -en forma verídica-, ya que los autores están vivos, el diario quehacer en busca de la solución a sus necesidades más apremiantes de trabajo y sobre todo de hogar, de una casa que para muchos fue inicialmente de tablas, cartones y plástico.
Algo así se necesitaba y deberá ser el motor para que otros investigadores, historiadores o no, se den a la tarea de dejar escrito el paso del tiempo que día a día transforma los espacios y con ellos las costumbres de todo un pueblo. No por ser reciente deja de ser historia y ya que se están dando unos cambios, como el reciente de la casa de la familia Quintero, en el centro, que para el vallenato viajero, dejó de ser un referente de su pasado. El presente hoy escrito será la mejor historia del mañana.
Llegan los resultados del ICFES y llaman la atención los análisis en torno a ellos y más cuando son vertidos por docentes tratando de explicar los malos puntajes de la mayoría de los colegios del estado, comparándolos con los del sector privado.
Se les olvida el componente social y pasan a hablar alegremente de la falta de capacitación de los docentes. Lo social es: ha visto usted a algún estudiante de nuestros colegios privados de primer orden, bueno los caros, ¿trabajando en el mercado? Si su jornada es de la tarde, trabaja en la mañana y viceversa. ¿Cuantas niñas “bien” venden minutos para poder ir a estudiar? ¿Será que en nuestros colegios estrato seis, alguna niña deja de asistir por no tener para una toalla higiénica? ¿Cuantas casas estrato 1-2 o 3 tienen computador personal?. Y vamos más lejos, pongamos aire acondicionado a nuestros colegios públicos, ¿mejorará la formación en alumnos que llegan sin desayunar o sin almorzar o con malas comidas? ¿no pueden comprar textos y a veces ni cuadernos? ¿Cuántos padres estrato 1-2-3- puede pagar ahora la nueva capacitación para pruebas los días sábado? ya son de 200 0 300 mil pesos el año. Esas realidades no las queremos ver y culpamos a los maestros, a los alumnos, a los padres tapando la problemática social de un país sin equidad, sin empleo, sin futuro para los jóvenes. Claro que quizá usted que lee esto sea de estrato 4- 5- o 6 y no me pueda entender. Nos seguimos engañando ante la incapacidad de querer hacer las cosas bien.
De nuevo la Loperena y ahora en un escrito de Álvaro Castro Socarrás, ante un artículo de don Napoleón de Armas. No logro entender la posición de Iván Castro y Álvaro Castro en la prensa y de don Tomás darío Gutierrez en la radio, ante las preguntas sobre la realidad de la Loperena. Vuelvo a invitar a la Academia de Historia, a los medios, a los profesores y estudiantes del colegio Loperena, historiadores y público – en general- a dirimir las preguntas en un gran debate público y no continuar con la débil defensa de descalificar con un falso regionalismo y anotar “Decir que la Loperena no fue una heroína  es una falta de respeto que la sociedad  vallenata no puede aceptar”.
La carta en referencia debe ser mostrada y comprobada, pero, más que eso, deben dar la cara y contradecir con hechos concretos lo que algunos preguntamos. En particular tengo para cuestionar más de 20 contradicciones en el texto del autor, ¿Me las podrán aclarar en debate público?  Me dirán que como no soy nacido en Valledupar, ¿soy enemigo de la historia? Si hay alguien que haya contado lo leído he sido yo, pero ahora tengo dudas, ¿me las podrán aclarar?
Invitamos, hoy jueves a la audiencia de la comisión V en la biblioteca y mañana a la de la comisión 1. Las dos audiencias son sobre la nueva ley de regalías. ¿Defendemos lo nuestro? ¿Aceptamos?

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