Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 18 octubre, 2012

Herbin Hoyos a la mesa

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo [email protected] Es tal vez el ser humano más amenazado en Colombia con mayores méritos para estar en Noruega. Infortunadamente la confabulación de las partes, no permite que Hoyos pueda sentarse frente a los verdugos de una nación. Por eso los colombianos de bien, estamos llamados a proteger a todos aquellos […]

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo
[email protected]
Es tal vez el ser humano más amenazado en Colombia con mayores méritos para estar en Noruega. Infortunadamente la confabulación de las partes, no permite que Hoyos pueda sentarse frente a los verdugos de una nación.

Por eso los colombianos de bien, estamos llamados a proteger a todos aquellos que denuncian modos y formas de corrupción que estigmatizan a su gente y territorio. Guardar silencio, significa hacernos cómplices. Ello invita a que en los diálogos regionales, la gente exprese lo que ha callado. El delito nunca prescribe.

Tuve la oportunidad de conocer a Herbin Hoyos hace más de una década en su programa radial “Amanecer en América”, donde cultivó muchos amigos en trasmisiones culturales, y muchos enemigos como los que le generó la producción realizada con un grupo de extraditables desde la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en 2006. En aquella ocasión, durante 5 horas los protagonistas contaron con detalles como habían sido engañados por las autoridades de Colombia y Estados Unidos.
Creador del programa “Las Voces del Secuestro”, un formato único, laureado a nivel universal, de gran connotación y relevancia nacional, además de constituirse en un medio comunitario de acercamiento de las víctimas con sus familiares, nos ha enseñado a los colombianos a pensar, reflexionar  y sentir lo que representa plagiar a una persona. Lleva muchos años en ello, sin protagonismos, y con la consigna de no retroceder frente a su posición digna de respetar los Derechos Humanos.
De una condición humana a prueba de balas, este periodista especializado en Derecho Internacional Humanitario, en Estrategias Antiterroristas, en Sociología, y en Solución y Negociación de Conflictos, tiene pensando al mundo en torno al secuestro. Gracias a él, la colonia de mamertos y engañados de Europa,saben en la actualidad de las atrocidades de los actores violentos de Colombia.
Conoce muy bien la degradación de la guerra, máxime cuando ha estado como reportero de guerra en once conflictos internacionales, al extremo que fue torturado en Chechenia por las autodefensas de Grozni. Entonces, qué mejor que invitarlo a la mesa de negociación. Hay un pero, a las Farc no le suena mucho su nombre, y ello tiene lógica: justamente este grupo lo secuestró en una ocasión, y luego, así no lo admita, lo declaró objetivo militar. No hay que olvidar, que Herbin Hoyos abandonó Colombia luego de un ataque en el parque de Usaquén, precisamente cuando informaba sobre la caravana de motos que se realizaría en Europa para advertir sobre el secuestro.
Son contados, quienes realmente han denunciado la violación de los Derechos Humanos de la guerrilla, los paramilitares y delincuencia común. El testimonio de más de cien mil personas en el espacio radial Las Voces del Secuestro, y el reencuentro  con más de 11 mil liberados, habla de un drama que toca al país; estos últimos, reconocen en este programa una especie de salvación que les ayudó a sobrellevar este drama con fe y esperanza.
Sin haber comenzado formalmente el negoción a puerta cerrada de la paz, se vislumbra una impunidad reinante que desconoce un pasado manchado de sangre al que se le busca una figura jurídica de olvido. Juega a favor de esa iniciativa, el caos de una Fiscalía, el yoismo de la Procuraduría, la ambivalencia de las Cortes, la paquidermia de la Defensoría, el amedrentamiento a la sociedad civil y el protagonismo del presidente de la República. Sobra recordarle al mandatario, que la guerrilla es un grupo irregular que no solo se viste de camuflado, y que gracias al narcotráfico mantiene una recua de ignorantes por un lado, y por el otro lado, un selecto grupo de leguleyos, académicos, empresarios y oportunistas que siempre le encuentran un punto de quiebre a la ley.

En Oslo hace falta Herbin Hoyos y tantos otros colombianos que no le siguen la corriente a la manguala mediática del indulto y la rifa de curules en el Congreso de la República. Todo sea por la narco democracia.

Columnista
18 octubre, 2012

Herbin Hoyos a la mesa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Ángel Castilla Camargo

Por: Miguel Ángel Castilla Camargo [email protected] Es tal vez el ser humano más amenazado en Colombia con mayores méritos para estar en Noruega. Infortunadamente la confabulación de las partes, no permite que Hoyos pueda sentarse frente a los verdugos de una nación. Por eso los colombianos de bien, estamos llamados a proteger a todos aquellos […]


Por: Miguel Ángel Castilla Camargo
[email protected]
Es tal vez el ser humano más amenazado en Colombia con mayores méritos para estar en Noruega. Infortunadamente la confabulación de las partes, no permite que Hoyos pueda sentarse frente a los verdugos de una nación.

Por eso los colombianos de bien, estamos llamados a proteger a todos aquellos que denuncian modos y formas de corrupción que estigmatizan a su gente y territorio. Guardar silencio, significa hacernos cómplices. Ello invita a que en los diálogos regionales, la gente exprese lo que ha callado. El delito nunca prescribe.

Tuve la oportunidad de conocer a Herbin Hoyos hace más de una década en su programa radial “Amanecer en América”, donde cultivó muchos amigos en trasmisiones culturales, y muchos enemigos como los que le generó la producción realizada con un grupo de extraditables desde la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en 2006. En aquella ocasión, durante 5 horas los protagonistas contaron con detalles como habían sido engañados por las autoridades de Colombia y Estados Unidos.
Creador del programa “Las Voces del Secuestro”, un formato único, laureado a nivel universal, de gran connotación y relevancia nacional, además de constituirse en un medio comunitario de acercamiento de las víctimas con sus familiares, nos ha enseñado a los colombianos a pensar, reflexionar  y sentir lo que representa plagiar a una persona. Lleva muchos años en ello, sin protagonismos, y con la consigna de no retroceder frente a su posición digna de respetar los Derechos Humanos.
De una condición humana a prueba de balas, este periodista especializado en Derecho Internacional Humanitario, en Estrategias Antiterroristas, en Sociología, y en Solución y Negociación de Conflictos, tiene pensando al mundo en torno al secuestro. Gracias a él, la colonia de mamertos y engañados de Europa,saben en la actualidad de las atrocidades de los actores violentos de Colombia.
Conoce muy bien la degradación de la guerra, máxime cuando ha estado como reportero de guerra en once conflictos internacionales, al extremo que fue torturado en Chechenia por las autodefensas de Grozni. Entonces, qué mejor que invitarlo a la mesa de negociación. Hay un pero, a las Farc no le suena mucho su nombre, y ello tiene lógica: justamente este grupo lo secuestró en una ocasión, y luego, así no lo admita, lo declaró objetivo militar. No hay que olvidar, que Herbin Hoyos abandonó Colombia luego de un ataque en el parque de Usaquén, precisamente cuando informaba sobre la caravana de motos que se realizaría en Europa para advertir sobre el secuestro.
Son contados, quienes realmente han denunciado la violación de los Derechos Humanos de la guerrilla, los paramilitares y delincuencia común. El testimonio de más de cien mil personas en el espacio radial Las Voces del Secuestro, y el reencuentro  con más de 11 mil liberados, habla de un drama que toca al país; estos últimos, reconocen en este programa una especie de salvación que les ayudó a sobrellevar este drama con fe y esperanza.
Sin haber comenzado formalmente el negoción a puerta cerrada de la paz, se vislumbra una impunidad reinante que desconoce un pasado manchado de sangre al que se le busca una figura jurídica de olvido. Juega a favor de esa iniciativa, el caos de una Fiscalía, el yoismo de la Procuraduría, la ambivalencia de las Cortes, la paquidermia de la Defensoría, el amedrentamiento a la sociedad civil y el protagonismo del presidente de la República. Sobra recordarle al mandatario, que la guerrilla es un grupo irregular que no solo se viste de camuflado, y que gracias al narcotráfico mantiene una recua de ignorantes por un lado, y por el otro lado, un selecto grupo de leguleyos, académicos, empresarios y oportunistas que siempre le encuentran un punto de quiebre a la ley.

En Oslo hace falta Herbin Hoyos y tantos otros colombianos que no le siguen la corriente a la manguala mediática del indulto y la rifa de curules en el Congreso de la República. Todo sea por la narco democracia.