La situación del alcalde de Curumaní, Cesar, parece una obra digna de Fiodor Dostoyevski, especialmente ‘Crimen y castigo’ en la que narra las angustias del detestable Raskólnikov por el homicidio de Aliona Ivánovna. 

Henry Chacón, desde su anterior gobierno 2012-2015, ha tenido que enfrentar un delicado proceso penal por el homicidio de Ana Cristina López Moreno. En aquel período le sorprendió una medida de aseguramiento que le impidió terminarlo, huyó para evitar su captura, para empeorar las cosas su esposa se postula en unas elecciones atípicas resultando vencedora pero tampoco pudo concluir su mandato por probarse un vicio al ser la esposa del burgomaestre prófugo.

Los procesados tienen derecho a que se respete su presunción de inocencia, claro como garantía predominante en el desarrollo de la causa que adelanta la justicia penal, en virtud de ese derecho puede solicitar y presentar pruebas, controvertir las que se practiquen en su contra, interponer recursos, en fin, puede ejercer cada acto que represente el efectivo ejercicio de la defensa, pero otra cosa muy distinta son los límites en materia política, un gobernante debe ser garantía de estabilidad institucional, de gobernabilidad, algo que parece no importarle al señor Chacón al postularse en el período anterior, como ingrediente la postulación de su esposa y su posterior candidatura para ser alcalde en el 2019, sin resolver los líos con la justicia.

Pero otra circunstancia que no le favorece a este alcalde es su disposición para huir, no se puede negar que mantiene las maletas listas y emprende su viaje cuando se entera de las decisiones judiciales. Esto no es precisamente respeto por la Constitución, las leyes y las autoridades; sin embargo, para ser justos se debe evaluar la manera cómo estamos votando. Los responsables de la ruina y las tragedias de estos pueblos son los mismo electores, inexplicablemente experimentan una atracción irresistible por candidatos cuestionados. No existirá transformación en este departamento si quienes tienen el poder de transformarlo desperdician la oportunidad sagrada para escoger nuevas figuras, preparadas y sin deudas con las justicia.

Nuestros problemas como departamento no son provocados por Uribe o Petro, deje de discutir bobadas, nuestros problemas son originados por usted que vota por los mismos del Cesar que no atienden las verdaderas dificultades de este territorio, pero además los defienden a ultranza por cualquier migaja recibida, mientras la UPC, Hospital Rosario Pumarejo de López, IDREEC, caen a pedazos; lamentablemente así como en Curumaní el año entrante  en las elecciones parlamentarias muchos votarán por esos por quienes no deben votar, prolongando la espera de mejores tiempos para el Cesar.