No es fácil recordar los hechos económicos del año que ha terminado  y cómo a partir de su exposición y análisis podamos vislumbrar el futuro. Ya sabemos que es cierto lo del progresivo declive minero, el  mantenimiento de la actividad tradicional y poco innovadora  del agro y las  proyectadas energías alternativas en la región, modelo que en el futuro cambiará el horizonte económico y social de nuestra gente.

Este año asistimos al derrumbe de la demanda y del precio del carbón térmico y las parálisis de las operaciones, derivadas no solo de la pandemia sino de pérdida de mercados y de la productividad y competitividad del negocio minero, por adversas y cuestionadas decisiones judiciales de todo tipo,   y, como si fuese poco, presenciamos  la prolongada huelga  de las operaciones del Cerrejón.

También en materia fiscal se hizo realidad el nuevo aporte de la reforma del régimen de distribución. La nueva ley de regalías vino acompañada de un mayor impacto regional. En ese camino es una buena noticia que  Drummond, en un escenario minado de adversidades, viene marcando el paso.

En el agro no olvidamos el inicio de las exportaciones  de piña de La Gloria, la que por sus características se erige en un producto de una calidad que puede competir con productores estrellas  como Costa Rica.  Que el precio del aceite de la palma se subió hasta llegar el del fruto en plantación a un pico superior a las $500 mil la tonelada.

La mayor sorpresa es que el Cesar entró a ser un  productor de banano y ha empezado a revolucionar el empleo en el centro del departamento.  Tal como se esperaba hubo una buena cosecha cafetera y más que todo buenos precios, ayudados por la devaluación de la moneda.

No dejaremos atrás cómo se fue logrando la consolidación de Colanta en Coolesar y los buenos resultados de Klaren’s.

En la ganadería la recuperada certificación de territorio libre de aftosa y la reactivaciónón de las exportaciones ganaderas en el 2020, y experiencias de los cambios  del modelo de producción de mayor productividad bajo  ganadería rotacional, regenerativa y silvopastoril. Las subastas ganaderas han florecido.

Con la pandemia o a pesar de ella se han reactivado las obras públicas, con todo y la baja ocasionada también por el cambio de los gobiernos municipales; se ha incentivando  la construcción y productos como el  cemento vallenato, y en general el cemento y el concreto  y otros insumos empiezan a jalonar la cadena y el empleo. Se reactivó la Ruta del Sol 3 y se contrató la vetusta pero abandonada recta Valledupar – La Paz. Vimos que las obras viales de los fondos de paz para los municipios PDET progresivamente le abren futuro al campo.

Se fue Electricaribe, inició Afinia (EPM). ¡Por fin! La revolucionaria de los  buenos precios bajos Justo&Bueno,  ya tiene compañía, pues llegaron Ara  y D1.

Y por el lado de los medios, EL PILÓN a mitad de año superó en su portal web el promedio de las 55.000 visitas diarias.