Por: NURIS PARDO CONRADO

Gracias a Dios ya se dieron las justas electorales, tenemos elegidos a quienes gobernarán, en cada uno de sus cargos, son personas conocidas en sus jurisdicciones, por algo obtuvieron esos triunfos que hoy ostentan, felicitaciones a ellos, porque el voto de los ciudadanos respaldó su nombre, por lo que nos toca a todos aceptar los resultados sin resquemor alguno y acoger los triunfadores.

Todos estamos optimistas incluso los mismos perdedores, y se espera que cumplan todas las promesas que hicieron en las plazas públicas y los programas de gobierno inscritos, en donde se hicieron promesas que solamente caben en el mundo de las ficciones y más exactamente en el libro donde se relatan las aventuras de “Alicia en el país de las maravillas”, obra apropiada para la lectura de los niños por lo ilusoria e irreal, pero además hubo muchas, que si son sumamente necesarias y vitales, las cuales vendrían si se cumplen a aminorar la grave situación social que padecemos actualmente.

No soy activista política, si voto como ciudadana, ya que la labor que realizo en favor de los vulnerables, no me permite ese protagonismo, además la ley que tengo que aplicar y se me aplica prohíbe toda actividad proselitista, y  exijo que hagan lo mismo quienes me acompañan en esta difícil misión.

A los ganadores que el pueblo espera contar con su presencia en todos los actos y sitios, me refiero al gobernador y a los 25 alcaldes de los municipios que componen el departamento del Cesar.
A ellos les corresponde escribir la historia que a futuro escucharemos, esto depende de sus ejecutorias, de donde saldrán las críticas o las alabanzas  y el primer reto que les toca asumir es la conformación de sus gabinetes o personal acompañante, para la cual les aconsejo que sean muy cuidadosos, que para ello se rodeen de ciudadanos probos, en lo ideológico, político, moral, legal y demás cualidades, pero sumado a ello que sean eficientes y sensibles a la realidad que vivimos los Cesarenses, porque la verdad es que trabajo si encuentran, sobre todo recuperar el liderazgo perdido a lo cual nos tienen acostumbrado.

Creo que lo mejor y más conveniente es que se dignifique todo bajo los parámetros del buen hacer, no mirando a quien benefician en especial, sino en lo general, para lo cual cuenta con la buena voluntad de los ciudadanos que han sido excluidos del quehacer gubernamental, tener las criticas como apoyo y no como ofensa, desechar el lamboneo porque es perjuro e inoficioso, gobernar con los partidos y no atacar a los oponentes si es que se dan, porque ese es el fundamento de la democracia, si ésta no existiera fuera una monarquía y ya eso es obsoleto y trasnochado.

Quienes hacemos equipos y defendemos a todo trance a los desfavorecidos, seguiremos en nuestro plan, los escogidos decidirán si somos necesarios y en caso de serlo, ahí estaremos a cambio de nada, porque nuestro hermanos en tragedia merecen una mano amiga. ¡Amanecerá y veremos a medida que el tiempo pase!

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