De antemano debemos destacar que la campaña ‘Pregunta por Ángela, una iniciativa liderada por la Defensoría del Pueblo de Valledupar, en asocio con Asobares, aunque ya se ha desarrollado en otras ciudades, se muestra como algo innovador en esta capital en pro de la lucha contra la violencia de género.

Esta campaña está inspirada en modelos internacionales que ya han probado su efectividad porque permite a las mujeres o personas que se sienten en peligro en un encuentro romántico o social, solicitar ayuda de forma discreta en establecimientos públicos o rumbeaderos solo usando la clave “preguntar por Ángela” al momento de dirigirse a los encargados del lugar.

En Valledupar era necesario incursionar en este tipo de escenarios donde es muy común que se presenten escenas de riesgos frente a la protección de los derechos y la seguridad de las mujeres, fenómeno que cada día crece más, lo cual se evidencia en el aumento de los índices de violencia de género.

Pero cada ciudad es distinta en cuanto a infraestructura de seguridad y la logística que tengan a su alcance las entidades y organizaciones comprometidas con la protección de la mujer. Sabemos que en Valledupar no existen mecanismos robustos capaces de brindar todas las garantías necesarias para que una campaña de esta naturaleza cumpla ciento por ciento con sus objetivos y por eso se necesita de todo el acompañamiento de las distintas instancias tanto gubernamentales como del sector privado.

La idea es que se optimice la funcionalidad de la campaña y se aproveche al máximo el hecho de contar con un canal seguro y discreto para pedir auxilio, en el sentido de que este resulte confiable para las mujeres y otros sectores vulnerables, que a menudo enfrentan agresiones en espacios públicos o privados.
Los reportes oficiales indican que en los últimos 4 años se han presentado en el Cesar 1.200 denuncias por violencia de género y con una alarmante cifra de 40 feminicidios, hechos que obligatoriamente deben encender las alarmas y emprender acciones como las que se plantean en la campaña “Pregunta por Ángela”.

Todos debemos rodear y arropar como nuestra esta campaña, por ello se hace indispensable una mayor difusión en la que los distintos medios de comunicación juegan un importante papel. La información y pedagogía debe llegar a muchos oídos porque eso, de paso, permitiría efectos preventivos al hacer que eventuales acosadores o agresores se abstengan de cualquier intento violento.

Es importante que las personas encargadas de atender los distintos bares, discotecas y restaurantes estén entrenadas para actuar de manera eficaz cuando alguien acuda a ellos con la pregunta clave. Este compromiso entre el sector privado y la Defensoría del Pueblo refuerza la necesidad de alianzas para la protección de los derechos humanos.

Tanto los ciudadanos como los empleados de los establecimientos deben conocer el protocolo a seguir, para que la estrategia funcione de manera fluida y segura. La falta de información o de capacitación podría generar confusión y poner en mayor riesgo a la persona que busca ayuda.

Por ello el esfuerzo debe ser más amplio y coordinado para erradicar la violencia de género. Si bien se trata de una medida valiosa, no es la única solución. Las autoridades deben continuar reforzando la educación sobre el respeto mutuo y la igualdad de género, desde las escuelas hasta las instituciones, para construir una sociedad donde las mujeres no tengan que temer por su seguridad en ningún sitio y hora.