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Editorial - 24 febrero, 2010

Hay que intensificar los controles en un sistema electoral obsoleto

En menos de un mes los colombianos debemos elegir un nuevo Congreso de la República. Y a pesar de la inminencia de esa jornada electoral que se realizará el próximo 14 de marzo, aún persisten muchos riesgos de que la misma sea escenario, una vez más, de las viejas prácticas de un sistema electoral obsoleto. […]

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En menos de un mes los colombianos debemos elegir un nuevo Congreso de la República. Y a pesar de la inminencia de esa jornada electoral que se realizará el próximo 14 de marzo, aún persisten muchos riesgos de que la misma sea escenario, una vez más, de las viejas prácticas de un sistema electoral obsoleto.
Hace algunos años, el entonces Procurador General de la Nación, Edgardo Maya Villazón, le advirtió al Gobierno Nacional, a la organización electoral y al país, en general, que nuestro sistema electoral no era confiable y – hoy por hoy- a pesar de tales advertencias seguimos en las mismas: un sistema electoral con alto riesgo de fraude que no brinda las garantías mínimas y genera múltiples dudas sobre su legitimidad.
Seguimos con el sistema manual de conteo de votos, a pesar de que llevamos años hablando del voto electrónico, el manejo de documentos en el mismo sitio de votación, el funcionamiento de los jurados y de los delegados de la Registraduría, entre otros factores, propician la posibilidad de fraudes en varias etapas del proceso.
Para la actual jornada electoral se habla de mucha plata, de votos prepagos, de negociaciones millonarias de las candidaturas a la Cámara para apoyar a tal o cual Senado; ante lo cual la decisión del Consejo Nacional Electoral de realizar un arqueo a las cuentas de las campañas parece un poco tarde, pero aún así puede ser un instrumento que permita prevenir la proliferación de dineros de dudosa procedencia en las mismas.
No obstante, con todas sus fallas, ese es el sistema que tenemos, por lo menos para las próximas elecciones y con el mismo debemos trabajar, con el mayor esfuerzo posible. Se requiere una mayor coordinación por parte de organismos como el Consejo Nacional Electoral, la Procuraduría General de la Nación, las Contralorías y la misma Fiscalía General, entre otros, para lograr, en medio de las dificultades antes descritas, unas elecciones que tengan un mínimo de transparencia y credibilidad.
En medio de estas circunstancias, todos los esfuerzos son válidos para intensificar los controles ante las prácticas que ya son conocidas, como la negociación anticipada del voto, la manipulación de los jurados y de la documentación electoral, entre otras.
La ciudadanía también tiene mucho que aportar para evitar que estas prácticas sigan demeritando este sistema electoral, en primer lugar informando el movimiento sospechoso de grandes sumas de dinero a las autoridades; segundo, estudiando bien las hojas de vida de  los aspirantes, algunos de los cuales son candidatos de movimientos y partidos fuertemente cuestionados por su cercanía con grupos al margen de la ley y por prácticas corruptas, en anteriores elecciones; y tercero votando a conciencia por las que consideren son las mejores opciones.
Cuando hay tanto dinero de por medio en una campaña electoral, varias veces por encima de los sueldos de los senadores y representantes, que son de conocimiento público, es porque se espera recuperar por la vía de los contratos, las concesiones y el tráfico de influencia el dinero invertido. Así de sencillo…
Los medios de comunicación también tenemos mucho que aportar para que este proceso electoral sea un poco más transparente que los anteriores; estamos en el deber de investigar las hojas de vida de los candidatos y de quienes los acompañan, indagar sobre los dineros con los cuales se están financiando y divulgar a los lectores, radioescuchas y televidentes esos hallazgos, para contribuir a informar y orientar al ciudadano en este proceso vital para la democracia imperfecta que tenemos. Así de grande es la responsabilidad que nos asiste.
Todavía estamos a tiempo, a pesar de la cercanía de la jornada; desde ahora debe estar prevenidos y todos sabemos que buena parte de esas prácticas irregulares, algunas de ellas delitos contra el sufragio, se cometen el mismo día de elecciones y ese día se debe denunciar todo lo que se considere anómalo, para contribuir a intensificar esos controles en un sistema electoral a todas luces obsoleto.

Editorial
24 febrero, 2010

Hay que intensificar los controles en un sistema electoral obsoleto

En menos de un mes los colombianos debemos elegir un nuevo Congreso de la República. Y a pesar de la inminencia de esa jornada electoral que se realizará el próximo 14 de marzo, aún persisten muchos riesgos de que la misma sea escenario, una vez más, de las viejas prácticas de un sistema electoral obsoleto. […]


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En menos de un mes los colombianos debemos elegir un nuevo Congreso de la República. Y a pesar de la inminencia de esa jornada electoral que se realizará el próximo 14 de marzo, aún persisten muchos riesgos de que la misma sea escenario, una vez más, de las viejas prácticas de un sistema electoral obsoleto.
Hace algunos años, el entonces Procurador General de la Nación, Edgardo Maya Villazón, le advirtió al Gobierno Nacional, a la organización electoral y al país, en general, que nuestro sistema electoral no era confiable y – hoy por hoy- a pesar de tales advertencias seguimos en las mismas: un sistema electoral con alto riesgo de fraude que no brinda las garantías mínimas y genera múltiples dudas sobre su legitimidad.
Seguimos con el sistema manual de conteo de votos, a pesar de que llevamos años hablando del voto electrónico, el manejo de documentos en el mismo sitio de votación, el funcionamiento de los jurados y de los delegados de la Registraduría, entre otros factores, propician la posibilidad de fraudes en varias etapas del proceso.
Para la actual jornada electoral se habla de mucha plata, de votos prepagos, de negociaciones millonarias de las candidaturas a la Cámara para apoyar a tal o cual Senado; ante lo cual la decisión del Consejo Nacional Electoral de realizar un arqueo a las cuentas de las campañas parece un poco tarde, pero aún así puede ser un instrumento que permita prevenir la proliferación de dineros de dudosa procedencia en las mismas.
No obstante, con todas sus fallas, ese es el sistema que tenemos, por lo menos para las próximas elecciones y con el mismo debemos trabajar, con el mayor esfuerzo posible. Se requiere una mayor coordinación por parte de organismos como el Consejo Nacional Electoral, la Procuraduría General de la Nación, las Contralorías y la misma Fiscalía General, entre otros, para lograr, en medio de las dificultades antes descritas, unas elecciones que tengan un mínimo de transparencia y credibilidad.
En medio de estas circunstancias, todos los esfuerzos son válidos para intensificar los controles ante las prácticas que ya son conocidas, como la negociación anticipada del voto, la manipulación de los jurados y de la documentación electoral, entre otras.
La ciudadanía también tiene mucho que aportar para evitar que estas prácticas sigan demeritando este sistema electoral, en primer lugar informando el movimiento sospechoso de grandes sumas de dinero a las autoridades; segundo, estudiando bien las hojas de vida de  los aspirantes, algunos de los cuales son candidatos de movimientos y partidos fuertemente cuestionados por su cercanía con grupos al margen de la ley y por prácticas corruptas, en anteriores elecciones; y tercero votando a conciencia por las que consideren son las mejores opciones.
Cuando hay tanto dinero de por medio en una campaña electoral, varias veces por encima de los sueldos de los senadores y representantes, que son de conocimiento público, es porque se espera recuperar por la vía de los contratos, las concesiones y el tráfico de influencia el dinero invertido. Así de sencillo…
Los medios de comunicación también tenemos mucho que aportar para que este proceso electoral sea un poco más transparente que los anteriores; estamos en el deber de investigar las hojas de vida de los candidatos y de quienes los acompañan, indagar sobre los dineros con los cuales se están financiando y divulgar a los lectores, radioescuchas y televidentes esos hallazgos, para contribuir a informar y orientar al ciudadano en este proceso vital para la democracia imperfecta que tenemos. Así de grande es la responsabilidad que nos asiste.
Todavía estamos a tiempo, a pesar de la cercanía de la jornada; desde ahora debe estar prevenidos y todos sabemos que buena parte de esas prácticas irregulares, algunas de ellas delitos contra el sufragio, se cometen el mismo día de elecciones y ese día se debe denunciar todo lo que se considere anómalo, para contribuir a intensificar esos controles en un sistema electoral a todas luces obsoleto.