Desde que hicimos el foro virtual hace unas semanas sobre el futuro de la educación, se puso de presente el esfuerzo que se viene haciendo en todos los aspectos para cubrir las necesidades de educación superior y cerrar la brecha con los promedios nacionales de cobertura. El fortalecimiento de la Universidad pública, con el complemento […]
Desde que hicimos el foro virtual hace unas semanas sobre el futuro de la educación, se puso de presente el esfuerzo que se viene haciendo en todos los aspectos para cubrir las necesidades de educación superior y cerrar la brecha con los promedios nacionales de cobertura.
El fortalecimiento de la Universidad pública, con el complemento que ha representado para la región y para la Universidad Popular del Cesar el establecimiento y entrada en servicio de la Universidad Nacional, sede de La Paz, y los desarrollos que las universidades privadas vienen haciendo en infraestructura, construcciones físicas significativas, nuevos programas y carreras, en calidad de la educación, compromisos de liderazgo regional e investigación para el progreso y el uso de tecnologías no puede tener retroceso alguno. Es lo que observamos en universidades líderes en la región como la del Área Andina y la Udes.
El eje Universidad, empresa, gobierno, es la llave del éxito regional en Colombia. Todo lo que puedan hacer los gobiernos departamental y las alcaldías y las instituciones públicas, como el SENA, por ejemplo, para articular y apoyar no son sustituibles. Son de suma importancia. En el aspecto de la universidad pública no debe haber pausa en la continuación de las obras de las etapas de la Universidad Nacional, y en la pronta puesta en servicio del centro de desarrollo pesquero.
En cuanto a la UPC es de recordar los compromisos del gobernador Luis Alberto Monsalvo con ella, en cuanto a la ampliación de la sede de Aguachica y su compromiso de llevar la educación superior a la región central del departamento. Y los propósitos con las becas para los estudiantes para el ingreso y permanencia en la universidad. Por supuesto su cuerpo administrativo y sus 1300 docentes deberán hacer los esfuerzos en que haya más calidad en su formación e investigación.
Antes de la pandemia se venían discutiendo algunos aspectos a nivel nacional y con incidencia en el territorio departamental. El tema central y más visible fue el de las protestas ciudadanas y especialmente de las juventudes universitarias que aprovechándolas venían reiterando los compromisos que meses atrás, en la parte inicial del gobierno Duque, se convinieron.
Se discutía sobre la pertinencia de las carreras, y en esa discusión participaba el sector privado. Se decía que la economía venía demandando mayores carreras técnicas, en especial las de creación, innovación, software y digitalización. Y que, las carreras tradicionales como derecho, economía o administración, no aseguraban suficientes empleos y unos niveles de ingresos compatibles con los esfuerzos económicos y el tiempo de permanencia en los salones universitarios.
También había un hecho evidente como era la caída del número de matrículas a nivel nacional, particularmente en las universidades privadas.
Hay que superar los efectos del covid-19 y pasar de lo virtual a lo semi-presencial (alternancia), y proponernos que el pronóstico de que el número de matrículas baje un 15%, por el poco dinero de sus familias, no sea un hecho de tragedia regional.
Desde que hicimos el foro virtual hace unas semanas sobre el futuro de la educación, se puso de presente el esfuerzo que se viene haciendo en todos los aspectos para cubrir las necesidades de educación superior y cerrar la brecha con los promedios nacionales de cobertura. El fortalecimiento de la Universidad pública, con el complemento […]
Desde que hicimos el foro virtual hace unas semanas sobre el futuro de la educación, se puso de presente el esfuerzo que se viene haciendo en todos los aspectos para cubrir las necesidades de educación superior y cerrar la brecha con los promedios nacionales de cobertura.
El fortalecimiento de la Universidad pública, con el complemento que ha representado para la región y para la Universidad Popular del Cesar el establecimiento y entrada en servicio de la Universidad Nacional, sede de La Paz, y los desarrollos que las universidades privadas vienen haciendo en infraestructura, construcciones físicas significativas, nuevos programas y carreras, en calidad de la educación, compromisos de liderazgo regional e investigación para el progreso y el uso de tecnologías no puede tener retroceso alguno. Es lo que observamos en universidades líderes en la región como la del Área Andina y la Udes.
El eje Universidad, empresa, gobierno, es la llave del éxito regional en Colombia. Todo lo que puedan hacer los gobiernos departamental y las alcaldías y las instituciones públicas, como el SENA, por ejemplo, para articular y apoyar no son sustituibles. Son de suma importancia. En el aspecto de la universidad pública no debe haber pausa en la continuación de las obras de las etapas de la Universidad Nacional, y en la pronta puesta en servicio del centro de desarrollo pesquero.
En cuanto a la UPC es de recordar los compromisos del gobernador Luis Alberto Monsalvo con ella, en cuanto a la ampliación de la sede de Aguachica y su compromiso de llevar la educación superior a la región central del departamento. Y los propósitos con las becas para los estudiantes para el ingreso y permanencia en la universidad. Por supuesto su cuerpo administrativo y sus 1300 docentes deberán hacer los esfuerzos en que haya más calidad en su formación e investigación.
Antes de la pandemia se venían discutiendo algunos aspectos a nivel nacional y con incidencia en el territorio departamental. El tema central y más visible fue el de las protestas ciudadanas y especialmente de las juventudes universitarias que aprovechándolas venían reiterando los compromisos que meses atrás, en la parte inicial del gobierno Duque, se convinieron.
Se discutía sobre la pertinencia de las carreras, y en esa discusión participaba el sector privado. Se decía que la economía venía demandando mayores carreras técnicas, en especial las de creación, innovación, software y digitalización. Y que, las carreras tradicionales como derecho, economía o administración, no aseguraban suficientes empleos y unos niveles de ingresos compatibles con los esfuerzos económicos y el tiempo de permanencia en los salones universitarios.
También había un hecho evidente como era la caída del número de matrículas a nivel nacional, particularmente en las universidades privadas.
Hay que superar los efectos del covid-19 y pasar de lo virtual a lo semi-presencial (alternancia), y proponernos que el pronóstico de que el número de matrículas baje un 15%, por el poco dinero de sus familias, no sea un hecho de tragedia regional.