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Columnista - 17 diciembre, 2021

Hay bomberos hasta en los velorios

Existe un viejo adagio que ilustra plenamente cómo las personas que hacen parte de un gremio no deberían ofenderse o causarse agravio: “Entre bomberos no se pisan la manguera”; sin embargo, hay otro que dice que se dan más duro quienes pertenecen al mismo gremio: “No hay cuña que más apriete, que la del mismo […]

Existe un viejo adagio que ilustra plenamente cómo las personas que hacen parte de un gremio no deberían ofenderse o causarse agravio: “Entre bomberos no se pisan la manguera”; sin embargo, hay otro que dice que se dan más duro quienes pertenecen al mismo gremio: “No hay cuña que más apriete, que la del mismo palo”.

Parece que este último refrán popular viene “como anillo al dedo” a la polémica que suscitó el cantante Silvestre Dangond a raíz de las indirectas sarcásticas que les envió a sus colegas Elder Dayán Díaz y Diego Daza, con el mensaje que le dio a uno de sus músicos en plena tarima: “Organícese, ahorre, porque voy hasta los 55 años, luego va a tener que andar con Diego Daza, Elder Dayán, con toda esa gente que cantan hasta en los velorios”.

En casi todas las profesiones y oficios los protagonistas deben pasar por varias etapas. Las primeras, en las que la mayoría se “comen las verdes”, y las etapas exitosas, a las cuales no siempre se llega, en las que popularmente se dice que es la de “comerse las maduras”.

Pocos artistas llegan al sitial de honor al que ha llegado aquel muchacho humilde de Urumita, quien como la mayoría de los famosos y poderosos terminó olvidándose de donde viene, al lanzar expresiones como la que aquí analizamos hoy.

Los actos de arrogancia y prepotencia en muchos artistas son precisamente lo más común, pero no por ello debemos aplaudirles. Cuando se llega a la cima no se debe olvidar el camino recorrido, y tampoco debería uno burlarse de los sacrificios que están haciendo los que vienen atrás, simplemente porque ya uno pasó por ahí.

Hay otro adagio popular que dice: “Palo porque bogas, y palo porque no bogas”. Todo artista, de cualquier género, vive añorando tocar y/o cantar en el mayor número de eventos, y que su música la escuche el mayor número de personas, sin embargo, en la música vallenata la secuencia lógica es que los artistas primero canten o toquen debajo de los palos de mango en los patios de las casas, luego se atrevan a participar en los festivales de los pueblos, posteriormente suban a tarimas de casetas y parques de poblaciones pequeñas, graben sus trabajos musicales y, por último, sean contratados para presentaciones en estadios y grandes conciertos.

Cuando un artista logra llegar a presentarse en los estadios y grandes conciertos internacionales, se supone que para comerse las maduras debió primero comerse las verdes, así que olvidarse del camino y menospreciar a quienes vienen atrás no es otra cosa que un acto reprochable de arrogante inmadurez que no se debe aplaudir.

COLOFÓN: El concurso de canciones inéditas ‘Un Canto al Río’, que se realizará en Valledupar el día 5 de enero de 2022, en homenaje al río Guatapurí, cobra cada día más fuerza y sus organizadores ya anunciaron que las inscripciones se cierran el día 27 de diciembre; que la canción ganadora se llevará un premio de dos millones de pesos, millón y medio y un millón, el segundo y tercer lugar. 

Los compositores aún tienen tiempo de hacerle su canción al río Guatapurí y de inscribirla por correo electrónico: [email protected] o solicitar informes al celular 320 349 6931.

Columnista
17 diciembre, 2021

Hay bomberos hasta en los velorios

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Existe un viejo adagio que ilustra plenamente cómo las personas que hacen parte de un gremio no deberían ofenderse o causarse agravio: “Entre bomberos no se pisan la manguera”; sin embargo, hay otro que dice que se dan más duro quienes pertenecen al mismo gremio: “No hay cuña que más apriete, que la del mismo […]


Existe un viejo adagio que ilustra plenamente cómo las personas que hacen parte de un gremio no deberían ofenderse o causarse agravio: “Entre bomberos no se pisan la manguera”; sin embargo, hay otro que dice que se dan más duro quienes pertenecen al mismo gremio: “No hay cuña que más apriete, que la del mismo palo”.

Parece que este último refrán popular viene “como anillo al dedo” a la polémica que suscitó el cantante Silvestre Dangond a raíz de las indirectas sarcásticas que les envió a sus colegas Elder Dayán Díaz y Diego Daza, con el mensaje que le dio a uno de sus músicos en plena tarima: “Organícese, ahorre, porque voy hasta los 55 años, luego va a tener que andar con Diego Daza, Elder Dayán, con toda esa gente que cantan hasta en los velorios”.

En casi todas las profesiones y oficios los protagonistas deben pasar por varias etapas. Las primeras, en las que la mayoría se “comen las verdes”, y las etapas exitosas, a las cuales no siempre se llega, en las que popularmente se dice que es la de “comerse las maduras”.

Pocos artistas llegan al sitial de honor al que ha llegado aquel muchacho humilde de Urumita, quien como la mayoría de los famosos y poderosos terminó olvidándose de donde viene, al lanzar expresiones como la que aquí analizamos hoy.

Los actos de arrogancia y prepotencia en muchos artistas son precisamente lo más común, pero no por ello debemos aplaudirles. Cuando se llega a la cima no se debe olvidar el camino recorrido, y tampoco debería uno burlarse de los sacrificios que están haciendo los que vienen atrás, simplemente porque ya uno pasó por ahí.

Hay otro adagio popular que dice: “Palo porque bogas, y palo porque no bogas”. Todo artista, de cualquier género, vive añorando tocar y/o cantar en el mayor número de eventos, y que su música la escuche el mayor número de personas, sin embargo, en la música vallenata la secuencia lógica es que los artistas primero canten o toquen debajo de los palos de mango en los patios de las casas, luego se atrevan a participar en los festivales de los pueblos, posteriormente suban a tarimas de casetas y parques de poblaciones pequeñas, graben sus trabajos musicales y, por último, sean contratados para presentaciones en estadios y grandes conciertos.

Cuando un artista logra llegar a presentarse en los estadios y grandes conciertos internacionales, se supone que para comerse las maduras debió primero comerse las verdes, así que olvidarse del camino y menospreciar a quienes vienen atrás no es otra cosa que un acto reprochable de arrogante inmadurez que no se debe aplaudir.

COLOFÓN: El concurso de canciones inéditas ‘Un Canto al Río’, que se realizará en Valledupar el día 5 de enero de 2022, en homenaje al río Guatapurí, cobra cada día más fuerza y sus organizadores ya anunciaron que las inscripciones se cierran el día 27 de diciembre; que la canción ganadora se llevará un premio de dos millones de pesos, millón y medio y un millón, el segundo y tercer lugar. 

Los compositores aún tienen tiempo de hacerle su canción al río Guatapurí y de inscribirla por correo electrónico: [email protected] o solicitar informes al celular 320 349 6931.