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Columnista - 5 noviembre, 2022

Hacia una clase media rural

El 89% de los ganaderos tiene menos de 100 animales, con un promedio de 21 animales y 25 hectáreas. Ese ganadero promedio quizás no sea pobre en la Sabana de Bogotá, pero sí en la Orinoquía, donde la Unidad Agrícola Familiar, que es la tierra para que una familia se sostenga y genere algún excedente, […]

Boton Wpp

El 89% de los ganaderos tiene menos de 100 animales, con un promedio de 21 animales y 25 hectáreas. Ese ganadero promedio quizás no sea pobre en la Sabana de Bogotá, pero sí en la Orinoquía, donde la Unidad Agrícola Familiar, que es la tierra para que una familia se sostenga y genere algún excedente, supera las 1.000 hectáreas.  Allí, con 25 hectáreas, es muy pequeño, muy pobre, con “tierra insuficiente” e improductiva.

El gran reto de la reforma agraria es sacarlo de la pobreza e ir construyendo una clase media rural que dinamice la economía campesina. Una opción es darle tierra “suficiente” y acompañada de condiciones de producción (vías, energía, riego, crédito, etc.), y otra, con acompañamiento también, es convertirles sus 25 hectáreas en tierra productiva; hacérselas “suficientes” sin darle más tierra. ¿Cómo? Con Sistemas Silvopastoriles Intensivos, SSPI. 

Un modelo diseñado por Fedegán compara la productividad y capacidad de generación de ingresos de esa parcela promedio, con ganadería convencional y con SSPI. En el primer caso, con 21 animales, generaría un ingreso neto mensual de $924.000 en un horizonte de diez años, sin contar los animales, pero si el productor tuviera que invertir en ellos, su ingreso se reduciría a $488.000, menos de la mitad de un mínimo. 

Pero si desarrolla un SSPI, incluso en solo 20 hectáreas, podría tener hasta 105 bovinos y salir del rango de pequeño ganadero. Se requiere una inversión estimada en $7,3 millones/hectárea, $148 millones para 20 hectáreas, pero multiplicaría por cinco el número de animales, que le costarían unos $251 millones, con lo cual aumentaría su producción en leche y en kilos del novillo gordo. 

En un proyecto a 10 años para amortizar la inversión de $399 millones, el ingreso neto mensual sería de $5,2 millones sin préstamo y $3,4 con financiamiento, con tasa de 10% E.A.

Ahora bien, el proyecto se puede complementar con una actividad como la apicultura, de gran impacto restaurativo y de interesantes ingresos, porque en un SSPI donde ha resurgido la naturaleza, con una baja inversión podrá tener 40 colmenas, dos por hectárea, y en un horizonte a 10 años, esta combinación SSPI + abejas, generaría ingresos mensuales de $5,6 millones con financiamiento. 

Y hay más, porque las 20 hectáreas silvopastoriles podrían hacer parte de un proyecto asociativo de Pago por Servicios Ambientales, y en las cinco restantes puede hacer agricultura de pancoger y hasta producir humus con el estiércol de los animales. Con esta última combinación (SSPI + abejas + humus), por ahorro en fertilizantes o la venta de humus, los ingresos llegarían a $9,6 millones sin financiamiento y $7,7 con financiamiento.

No lo podrá hacer solo; necesita financiación y asistencia técnica, pero si las tiene, ese campesino, ahora de clase media, podrá mirar el futuro con confianza. 

Columnista
5 noviembre, 2022

Hacia una clase media rural

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

El 89% de los ganaderos tiene menos de 100 animales, con un promedio de 21 animales y 25 hectáreas. Ese ganadero promedio quizás no sea pobre en la Sabana de Bogotá, pero sí en la Orinoquía, donde la Unidad Agrícola Familiar, que es la tierra para que una familia se sostenga y genere algún excedente, […]


El 89% de los ganaderos tiene menos de 100 animales, con un promedio de 21 animales y 25 hectáreas. Ese ganadero promedio quizás no sea pobre en la Sabana de Bogotá, pero sí en la Orinoquía, donde la Unidad Agrícola Familiar, que es la tierra para que una familia se sostenga y genere algún excedente, supera las 1.000 hectáreas.  Allí, con 25 hectáreas, es muy pequeño, muy pobre, con “tierra insuficiente” e improductiva.

El gran reto de la reforma agraria es sacarlo de la pobreza e ir construyendo una clase media rural que dinamice la economía campesina. Una opción es darle tierra “suficiente” y acompañada de condiciones de producción (vías, energía, riego, crédito, etc.), y otra, con acompañamiento también, es convertirles sus 25 hectáreas en tierra productiva; hacérselas “suficientes” sin darle más tierra. ¿Cómo? Con Sistemas Silvopastoriles Intensivos, SSPI. 

Un modelo diseñado por Fedegán compara la productividad y capacidad de generación de ingresos de esa parcela promedio, con ganadería convencional y con SSPI. En el primer caso, con 21 animales, generaría un ingreso neto mensual de $924.000 en un horizonte de diez años, sin contar los animales, pero si el productor tuviera que invertir en ellos, su ingreso se reduciría a $488.000, menos de la mitad de un mínimo. 

Pero si desarrolla un SSPI, incluso en solo 20 hectáreas, podría tener hasta 105 bovinos y salir del rango de pequeño ganadero. Se requiere una inversión estimada en $7,3 millones/hectárea, $148 millones para 20 hectáreas, pero multiplicaría por cinco el número de animales, que le costarían unos $251 millones, con lo cual aumentaría su producción en leche y en kilos del novillo gordo. 

En un proyecto a 10 años para amortizar la inversión de $399 millones, el ingreso neto mensual sería de $5,2 millones sin préstamo y $3,4 con financiamiento, con tasa de 10% E.A.

Ahora bien, el proyecto se puede complementar con una actividad como la apicultura, de gran impacto restaurativo y de interesantes ingresos, porque en un SSPI donde ha resurgido la naturaleza, con una baja inversión podrá tener 40 colmenas, dos por hectárea, y en un horizonte a 10 años, esta combinación SSPI + abejas, generaría ingresos mensuales de $5,6 millones con financiamiento. 

Y hay más, porque las 20 hectáreas silvopastoriles podrían hacer parte de un proyecto asociativo de Pago por Servicios Ambientales, y en las cinco restantes puede hacer agricultura de pancoger y hasta producir humus con el estiércol de los animales. Con esta última combinación (SSPI + abejas + humus), por ahorro en fertilizantes o la venta de humus, los ingresos llegarían a $9,6 millones sin financiamiento y $7,7 con financiamiento.

No lo podrá hacer solo; necesita financiación y asistencia técnica, pero si las tiene, ese campesino, ahora de clase media, podrá mirar el futuro con confianza.