Aníbal Martínez Zuleta líder político y estadista y Tomás Darío Gutiérrez, abogado e historiador, ofrecen una mirada de lo que ha sido hasta ahora el desarrollo del departamento del Cesar desde la perspectiva económica, social, política y ecológica en el marco de la celebración de los 45 años de fundación del departamento del Cesar.
“El carbón no se come y se agota. Si el auge minero dura cien años, es un minuto en la historia de una nación. Pronto seremos demasiados pobladores y no tendremos tierras para hacer lo que la historia no ha enseñado hacer que es la agricultura y la ganadería”. Anibal Martínez Zuleta
Aníbal Martínez Zuleta líder político y estadista y Tomás Darío Gutiérrez, abogado e historiador, ofrecen una mirada de lo que ha sido hasta ahora el desarrollo del departamento del Cesar desde la perspectiva económica, social, política y ecológica en el marco de la celebración de los 45 años de fundación del departamento del Cesar.
Para Aníbal Martínez Zuleta, la creación del Departamento del Cesar ha sido benéfica en comparación con lo que existía antes de su creación.
“El cambio ha sido tremendo porque para esa época existían seis o siete instituciones de salud y hoy se han multiplicado. Yo solo como alcalde de Valledupar creé tres hospitales regionales”, afirma.
Los caminos eran de herradura porque solo había 18 kilómetros pavimentados y hoy hay más de 1800 kilómetros de vías de acceso pavimentadas. En materia educativa, había dos colegios de bachillerato: El Loperena y el Campo Serrano de Aguachica y hoy entre privados y públicos hay alrededor de doscientas instituciones educativas.
“En nuestra época el Liceo Celedón era el único colegio secundario que había y graduaba tres o cuatro bachilleres anualmente para Valledupar; hoy solo en Atánquez o Guacoche se gradúan entre 70 y 80 bachilleres”.El País Vallenato
Sostiene que el cambio ha sido importante pero que ahora se debe dar el salto para crear el departamento del País Vallenato entre La Guajira, Cesar y Magdalena unidos, lo que les otorgaría más poder y prestigio a nivel nacional.
En tal sentido explica que el Magdalena Grande fue un estado federal y un departamento, pero debido a su extensión, falta de comunicación y los hábitos de la oligarquía de la época, era una región ingobernable y sumida en el abandonado.
“El 63% del país hace veinte años, lo constituían los territorios nacionales, las intendencias y las comisarías que estaban al garete y muchas de las riquezas colombianas están en esas intendencias y comisarías. Por esta razón la guerrilla se ha apoderado de esos territorios y solo así el gobierno oligárquico lanudo de Bogotá se ha dado cuenta de que hay que atender a las regiones”, afirma.
La riqueza minera
Reconoce la gran riqueza minera que hay en Cesar y La Guajira pero reitera que las regalías del Carbón son repartidas en el centro del país, dejando para las regiones pérdidas ecológicas traducidas en contaminación del aire, agua y suelo.
“Somos una potencia agropecuaria, el hato ganadero es uno de los más importantes hoy, pero es más rentable ahora el carbón, no para nosotros, sino para las grandes multinacionales que se llevan el tesoro nacional”, dijo.
Nos hemos equivocado
Por su parte, Tomás Darío Gutiérrez, aunque reconoció los avances del departamento durante estos años, se mostró pesimista frente al futuro económico y ecológico de la región.
“Nos hemos equivocado en nuestra historia económica con los monocultivos de algodón y los químicos que acabaron con nuestra máxima biodiversidad”.
Explica que el Cesar tenía más de un millón de hectáreas de tierras disponibles, pero con el auge de la minería, el Gobierno Central embarcó al departamento en la lógica depredadora de la minería ante la mirada inerme de todos, sin que hasta el momento nadie se pregunte sobre la magnitud del daño ambiental y económico que le ocasionaron a esas tierras hasta hoy productivas.
“El carbón no se come y se agota. Si el auge minero dura cien años, es un minuto en la historia de una nación. Pronto seremos demasiados pobladores y no tendremos tierras para hacer lo que la historia no ha enseñado hacer que es la agricultura y la ganadería”.
Hacia dónde vamos
Gutiérrez Hinojosa afirma que la región ha tenido cuatrocientos años de éxito en la ganadería. Sin embargo, los tratados internacionales de comercio amenazan esta potencialidad.
“Si la ganadería y la tierra deja de ser negocio porque la carne llega al país a menos precio, es preciso preguntarnos ¿Hacia dónde vamos? Y entre todos responder estas inquietudes, porque parece que nuestro futuro no está claro”.
Para Gutiérrez Hinojosa, el salto del Cesar de su vocación agraria a potencia minera no es un éxito. “Qué pena me da con los mineros y toda la gente que disfruta de la minería pero a mí me entristece mucho la situación actual. Un millón de tierras ya fueron concesionadas para carbón y otro millón está en el mismo proceso. ¿Qué queda para las futuras generaciones?”, dijo.
Finalmente expresó que las necesidades del departamento están centradas en asegurar la seguridad alimentaria de la región con productos como yuca, maíz, café, queso, leche, pero que en las condiciones actuales y futuras no habrá tierras donde cultivar.
Aníbal Martínez Zuleta líder político y estadista y Tomás Darío Gutiérrez, abogado e historiador, ofrecen una mirada de lo que ha sido hasta ahora el desarrollo del departamento del Cesar desde la perspectiva económica, social, política y ecológica en el marco de la celebración de los 45 años de fundación del departamento del Cesar.
“El carbón no se come y se agota. Si el auge minero dura cien años, es un minuto en la historia de una nación. Pronto seremos demasiados pobladores y no tendremos tierras para hacer lo que la historia no ha enseñado hacer que es la agricultura y la ganadería”. Anibal Martínez Zuleta
Aníbal Martínez Zuleta líder político y estadista y Tomás Darío Gutiérrez, abogado e historiador, ofrecen una mirada de lo que ha sido hasta ahora el desarrollo del departamento del Cesar desde la perspectiva económica, social, política y ecológica en el marco de la celebración de los 45 años de fundación del departamento del Cesar.
Para Aníbal Martínez Zuleta, la creación del Departamento del Cesar ha sido benéfica en comparación con lo que existía antes de su creación.
“El cambio ha sido tremendo porque para esa época existían seis o siete instituciones de salud y hoy se han multiplicado. Yo solo como alcalde de Valledupar creé tres hospitales regionales”, afirma.
Los caminos eran de herradura porque solo había 18 kilómetros pavimentados y hoy hay más de 1800 kilómetros de vías de acceso pavimentadas. En materia educativa, había dos colegios de bachillerato: El Loperena y el Campo Serrano de Aguachica y hoy entre privados y públicos hay alrededor de doscientas instituciones educativas.
“En nuestra época el Liceo Celedón era el único colegio secundario que había y graduaba tres o cuatro bachilleres anualmente para Valledupar; hoy solo en Atánquez o Guacoche se gradúan entre 70 y 80 bachilleres”.El País Vallenato
Sostiene que el cambio ha sido importante pero que ahora se debe dar el salto para crear el departamento del País Vallenato entre La Guajira, Cesar y Magdalena unidos, lo que les otorgaría más poder y prestigio a nivel nacional.
En tal sentido explica que el Magdalena Grande fue un estado federal y un departamento, pero debido a su extensión, falta de comunicación y los hábitos de la oligarquía de la época, era una región ingobernable y sumida en el abandonado.
“El 63% del país hace veinte años, lo constituían los territorios nacionales, las intendencias y las comisarías que estaban al garete y muchas de las riquezas colombianas están en esas intendencias y comisarías. Por esta razón la guerrilla se ha apoderado de esos territorios y solo así el gobierno oligárquico lanudo de Bogotá se ha dado cuenta de que hay que atender a las regiones”, afirma.
La riqueza minera
Reconoce la gran riqueza minera que hay en Cesar y La Guajira pero reitera que las regalías del Carbón son repartidas en el centro del país, dejando para las regiones pérdidas ecológicas traducidas en contaminación del aire, agua y suelo.
“Somos una potencia agropecuaria, el hato ganadero es uno de los más importantes hoy, pero es más rentable ahora el carbón, no para nosotros, sino para las grandes multinacionales que se llevan el tesoro nacional”, dijo.
Nos hemos equivocado
Por su parte, Tomás Darío Gutiérrez, aunque reconoció los avances del departamento durante estos años, se mostró pesimista frente al futuro económico y ecológico de la región.
“Nos hemos equivocado en nuestra historia económica con los monocultivos de algodón y los químicos que acabaron con nuestra máxima biodiversidad”.
Explica que el Cesar tenía más de un millón de hectáreas de tierras disponibles, pero con el auge de la minería, el Gobierno Central embarcó al departamento en la lógica depredadora de la minería ante la mirada inerme de todos, sin que hasta el momento nadie se pregunte sobre la magnitud del daño ambiental y económico que le ocasionaron a esas tierras hasta hoy productivas.
“El carbón no se come y se agota. Si el auge minero dura cien años, es un minuto en la historia de una nación. Pronto seremos demasiados pobladores y no tendremos tierras para hacer lo que la historia no ha enseñado hacer que es la agricultura y la ganadería”.
Hacia dónde vamos
Gutiérrez Hinojosa afirma que la región ha tenido cuatrocientos años de éxito en la ganadería. Sin embargo, los tratados internacionales de comercio amenazan esta potencialidad.
“Si la ganadería y la tierra deja de ser negocio porque la carne llega al país a menos precio, es preciso preguntarnos ¿Hacia dónde vamos? Y entre todos responder estas inquietudes, porque parece que nuestro futuro no está claro”.
Para Gutiérrez Hinojosa, el salto del Cesar de su vocación agraria a potencia minera no es un éxito. “Qué pena me da con los mineros y toda la gente que disfruta de la minería pero a mí me entristece mucho la situación actual. Un millón de tierras ya fueron concesionadas para carbón y otro millón está en el mismo proceso. ¿Qué queda para las futuras generaciones?”, dijo.
Finalmente expresó que las necesidades del departamento están centradas en asegurar la seguridad alimentaria de la región con productos como yuca, maíz, café, queso, leche, pero que en las condiciones actuales y futuras no habrá tierras donde cultivar.