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Editorial - 4 abril, 2019

Hablemos del árbol

El árbol es fundamental para la vida humana, pero el humano es la peor amenaza para la vida del árbol ¡Qué paradoja!

El árbol es fundamental para la vida humana, pero el humano es la peor amenaza para la vida del árbol ¡Qué paradoja!

Debemos tener siempre presente que los árboles producen el oxígeno que respiramos en la atmósfera, ayudan a disminuir el dióxido de carbono, previenen la erosión y su follaje ofrece protección contra las inclemencias del tiempo, en nuestro caso, del abrasador sol que embiste a Valledupar. No obstante, a veces pareciera que no fuéramos conscientes de la importancia de esos seres vivientes, que cómo nosotros nacen, crecen, se reproducen y mueren, en un ciclo de vida a nuestro servicio.

A diferencia de nosotros, los árboles pueden vivir miles de años y algunos, como las secoyas, pueden superar alturas mayores a los cien metros. Ese crecimiento ayuda a garantizar el futuro de las nuevas generaciones, pero la inconciencia ambiental del hombre y el desarrollo no sostenible les están acortando el promedio de vida a los árboles, pero también se afecta su verdugo. El árbol no solo es componente esencial de los pulmones del planeta tierra, también es proveedor de alimento, es hábitat de especies animales y su erradicación indiscriminada trae graves consecuencias para la estabilidad de los ecosistemas.

Para la conservación de los árboles, rurales o urbanos, es necesario un compromiso ciudadano y de la institucionalidad. No todo está perdido, hay personas preocupadas por los árboles y están congregadas hoy en el foro ‘Hablemos del árbol’, iniciativa que lidera el diario EL PILÓN con el apoyo de ambientalistas, expertos en el manejo de arbolado, la academia y de las grandes industrias que son conscientes de que el desarrollo debe ser sostenible, y el desarrollo sostenible no es otra cosa que satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

En Valledupar, una de las ciudades más arborizadas de Colombia, hay graves problemas con el control y manejo de los árboles, los cuales se hicieron más visibles el pasado 9 de febrero, cuando un árbol de caucho se desplomó sobre una camioneta y el impactó le ocasionó la muerte a su ocupante, un abogado de 28 años de edad.

Desde ese momento las entidades públicas y privadas responsables del manejo de los árboles se comprometieron en tomar las medidas necesarias para que los individuos enfermos no siguieran representando peligro, pero surge el interrogante ¿Lo están haciendo de manera efectiva? De seguro sus representantes nos responderán que están haciendo su mejor esfuerzo, pero es claro que para lograr dicho objetivo más que voluntad se requiere capacidad.

Se calculan 70 mil árboles en los espacios públicos y 180 mil en toda la ciudad, población para la que no se han dispuesto los recursos suficientes que permitan la atención de los problemas fitosanitarios detectados en alrededor del 30 % de los individuos arbóreos.

Hay que señalar que la siembra ordenada es otra de las estrategias, a largo plazo, para afrontar el problema de los árboles y por eso la importancia de una buena asesoría sobre qué especies se pueden sembrar en determinados entornos.

Gracias a los arboristas Andrés Vernengo, de Uruguay, y Carlos Llanos, de Colombia, por atender la invitación a la segunda versión de ‘Hablemos del árbol’, para compartir parte de sus conocimientos hoy con quienes se preocupan por el bienestar del tesoro verde de Valledupar. EL PILÓN espera que la semilla sembrada en este evento germine y dé sus frutos.

Editorial
4 abril, 2019

Hablemos del árbol

El árbol es fundamental para la vida humana, pero el humano es la peor amenaza para la vida del árbol ¡Qué paradoja!


El árbol es fundamental para la vida humana, pero el humano es la peor amenaza para la vida del árbol ¡Qué paradoja!

Debemos tener siempre presente que los árboles producen el oxígeno que respiramos en la atmósfera, ayudan a disminuir el dióxido de carbono, previenen la erosión y su follaje ofrece protección contra las inclemencias del tiempo, en nuestro caso, del abrasador sol que embiste a Valledupar. No obstante, a veces pareciera que no fuéramos conscientes de la importancia de esos seres vivientes, que cómo nosotros nacen, crecen, se reproducen y mueren, en un ciclo de vida a nuestro servicio.

A diferencia de nosotros, los árboles pueden vivir miles de años y algunos, como las secoyas, pueden superar alturas mayores a los cien metros. Ese crecimiento ayuda a garantizar el futuro de las nuevas generaciones, pero la inconciencia ambiental del hombre y el desarrollo no sostenible les están acortando el promedio de vida a los árboles, pero también se afecta su verdugo. El árbol no solo es componente esencial de los pulmones del planeta tierra, también es proveedor de alimento, es hábitat de especies animales y su erradicación indiscriminada trae graves consecuencias para la estabilidad de los ecosistemas.

Para la conservación de los árboles, rurales o urbanos, es necesario un compromiso ciudadano y de la institucionalidad. No todo está perdido, hay personas preocupadas por los árboles y están congregadas hoy en el foro ‘Hablemos del árbol’, iniciativa que lidera el diario EL PILÓN con el apoyo de ambientalistas, expertos en el manejo de arbolado, la academia y de las grandes industrias que son conscientes de que el desarrollo debe ser sostenible, y el desarrollo sostenible no es otra cosa que satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

En Valledupar, una de las ciudades más arborizadas de Colombia, hay graves problemas con el control y manejo de los árboles, los cuales se hicieron más visibles el pasado 9 de febrero, cuando un árbol de caucho se desplomó sobre una camioneta y el impactó le ocasionó la muerte a su ocupante, un abogado de 28 años de edad.

Desde ese momento las entidades públicas y privadas responsables del manejo de los árboles se comprometieron en tomar las medidas necesarias para que los individuos enfermos no siguieran representando peligro, pero surge el interrogante ¿Lo están haciendo de manera efectiva? De seguro sus representantes nos responderán que están haciendo su mejor esfuerzo, pero es claro que para lograr dicho objetivo más que voluntad se requiere capacidad.

Se calculan 70 mil árboles en los espacios públicos y 180 mil en toda la ciudad, población para la que no se han dispuesto los recursos suficientes que permitan la atención de los problemas fitosanitarios detectados en alrededor del 30 % de los individuos arbóreos.

Hay que señalar que la siembra ordenada es otra de las estrategias, a largo plazo, para afrontar el problema de los árboles y por eso la importancia de una buena asesoría sobre qué especies se pueden sembrar en determinados entornos.

Gracias a los arboristas Andrés Vernengo, de Uruguay, y Carlos Llanos, de Colombia, por atender la invitación a la segunda versión de ‘Hablemos del árbol’, para compartir parte de sus conocimientos hoy con quienes se preocupan por el bienestar del tesoro verde de Valledupar. EL PILÓN espera que la semilla sembrada en este evento germine y dé sus frutos.