Por: Basilio Padilla

Esta columna no es acerca del precario sistema organizativo de nuestra salud, la ley 100, EPS, IPS, etc. Como médico nuestra obligación personal es sacar a la luz pública cosas que todos podemos hacer a nivel individual. Hoy en día existen epidemias serias y complicadas, que, en el futuro, pueden afectar hasta a un 40% de nuestra población. La verdad es que debido a la falta de controles sanitarios en los alimentos y bebidas, nos estamos enfermando cada día más.
La ocurrencia de patologías como la diabetes, la hipertensión y el cáncer cada vez aumentan como consecuencia de  elementos ambientales, reconociendo que también tienen orígenes genéticos. Considerando que una lata de Coca Cola de 12 onzas contiene 39 gramos de azúcar y 140 calorías y por el mismo estilo todas estas bebidas y sodas que se expenden en todas partes, podríamos decir que aquí comienzan los elementos precursores de estas enfermedades, especialmente de la diabetes. Valledupar y la costa en general es conocida como una región de alto consumo de bebidas alcohólicas, al punto que no hay ninguna reunión o fiesta que se haga sin la introducción del Old Parr, con un contenido de alcohol de 40-43%. Eventualmente, y sobre un periodo razonable de tiempo, se producen daños al hígado con el advenimiento de la cirrosis y eventualmente diabetes e hipertensión.
Para el año 2015 habrá en Colombia más de 2 millones de diabéticos, lo cual hacen imperativo que desde temprano iniciemos una dieta razonable y saludable, incluyendo a nuestros hijos. En nuestro medio la obesidad es una epidemia, ya que no observamos simples reglas de dieta e indiscutiblemente ingerimos productos y comidas cargadas de grasa y colesterol. Esto, debido al hecho de que no se promueven alimentos saludables en ninguna parte. Encima de todo esto aparece el cigarrillo como un gran precursor de distintos canceres, especialmente de pulmón. Uno de los problemas de nuestra sociedad es el lema que después que se produzcan ganancias económicas, no importa quien se muera.
Por esta misma razón y debido a la falta de educación e información por parte de las instituciones gubernamentales y privadas, nos toca a nosotros y a la comunidad médica crear sistemas de divulgación pública que nos ayuden a evitar  tantos venenos que circulan en nuestra sociedad.
En los últimos 5 años la obesidad aumentó de 26 a 34%. En la diabetes tipo 2,  el 90% son personas obesas, claramente, estas causas se podrían evitar con buenos hábitos alimenticios. La falta de actividad y ejercicio es una de las causas del aumento en enfermedades del corazón y ataques coronarios. Hoy en día no es una sorpresa encontrar a personas jóvenes con la aflicción de estas enfermedades que luego se descubren con obstrucción coronaria debido a las placas de colesterol y grasa. La excusa de siempre es que no hay tiempo para el ejercicio, pero recordemos que si un accidente fatal de salud llega a suceder, no podremos atender a nuestros seres queridos. Si una persona es obesa, es decir tiene mucha grasa en el cuerpo, este exceso de grasas provoca resistencia a la insulina, que es la sustancia que introduce el azúcar a las células del cuerpo. Si esta persona tiene un exceso de peso entre 11 a 18 libras, esto le dobla las posibilidades de diabetes y si este sobrepeso es de 44 libras, le cuadriplica estas posibilidades. Las complicaciones de estas enfermedades generan incapacidades laborales y de un alto costo para la sociedad, y de aquí la necesidad para aquellos que no las han desarrollado, tratar de evitarlas y para las personas que hoy luchan con estos problemas, tratar de mejorar sus hábitos y tener la disciplina para cambiarlos.
Buenos hábitos también implica dormir un mínimo de siete horas, evitando trasnochos innecesarios como las fiestas y parrandas frecuentes. Muchos de estos buenos hábitos también deben ser transmitidos a nuestros hijos, ya que los establecimientos educativos no tocan estos temas. Para concluir podríamos decir que el tema de medicina preventiva de la que tanto hablamos, debe comenzar en casa.