Por lo menos 130 familias de la vereda La Vega de Jacob, del municipio de Manaure, Cesar, han advertido el grave problema de salud pública y medioambiental al que se ven expuestos por la falta de gestión y tratamiento de las aguas residuales. La situación se presenta desde hace más de 9 años y desde entonces, según señala la comunidad, ‘no ha habido una solución real y definitiva’.

En el documento correspondiente a Estrategia Municipal de Respuesta a Emergencias, consultado por EL PILÓN, y que fue elaborado por la entidad territorial en 2012, ya se daba cuenta de que la laguna de oxidación “no presenta las especificaciones técnicas adecuadas para su funcionamiento y dar el tratamiento final necesario a las aguas servidas antes de incorporarse nuevamente al río Manaure”.

“Las aguas residuales están pasando directo a un pozo que se desborda, hace una cañada y va directo al río. No hay ninguna clase de tratamiento. A mí me habían dicho (sic) hace más o menos 6, 8 meses que no me bañara ahí, porque un gran porcentaje de las aguas negras de Manaure le está cayendo a ese río (sic)”, sostiene uno de los pobladores.

Asimismo, desde la Junta de Acción Comunal, se apunta que “han ocurrido situaciones en la vereda y no se sabía por qué. Personas con rasquiña, otros con enfermedades en los ojos; un grupo de soldados sufrieron en algún momento problemas estomacales y diarreicos. Ese río está teniendo una contaminación muy brava. Esta problemática tiene años y no sólo es responsabilidad de la presente, sino también de pasadas administraciones”.

EL PROCESO DE LA LAGUNA EN CONDICIONES NORMALES

Del tubo conector caen las aguas residuales a la laguna de oxidación –que contiene plántulas y bacterias que hacen la descomposición del agua- y de allí, en teoría, deberían pasar por un desarenador –estructuras ubicadas a continuación de una captación de agua y que permiten remover partículas como arenas, arcillas, gravas finas y material orgánico- y de ahí a unos lechos filtrantes que tiene la laguna en la parte baja, pero actualmente, según explicó el secretario de Planeación, ni lo uno ni lo otro está funcionando.

¿QUÉ DICE LA ENTIDAD TERRITORIAL?

Desde la secretaría de Planeación del municipio se ha reconocido que existe una problemática latente; no obstante, habría un proyecto del que se tiene diagnóstico, estudios técnicos, levantamiento topográfico y diseños hidráulicos que no ha llegado a ejecutarse “por falta de recursos”.

“Lo de la laguna es un tema complicado, porque está obsoleta al día de hoy en lo concerniente al tratamiento de aguas residuales. El municipio, desde el año pasado, viene formulando un proyecto para la construcción de una nueva planta de tratamiento y la ampliación en la cobertura del sistema de alcantarillado, pero hasta el momento el problema ha sido el recurso, que está alrededor de 22 mil millones de pesos”, dijo Elixander Lemus, secretario de Planeación de Manaure. 

Agregó, además, que el municipio ya cuenta con una hectárea para la ejecución del proyecto en mención.

¿CÓMO SERÍA LA NUEVA PLANTA DE TRATAMIENTO?

De acuerdo con Lemus: “En el nuevo espacio destinado para el tratamiento de aguas residuales, ya no habría laguna sino planta de tratamiento por medio de unos ‘raptores war’, un nuevo sistema que se está utilizando. La diferencia que tiene con la laguna es que esta debe tener unas especificaciones y dimensiones dependiendo el área y el caudal de residuos que le llega a la laguna; mientras que la planta con los raptores no ocuparía ni el 10% de lo que ocupa una laguna de oxidación convencional”.

UN LLAMADO URGENTE

Si bien, desde la presidencia de la Junta se afirma que hubo una reunión reciente con las secretarias de Gobierno y de Salud municipal, en la que estas sectoriales aseguran que se tomarán pruebas en múltiples sectores focalizados de la cuenca del río para ser procesadas en laboratorio, también se hace un llamado a atender la situación de forma oportuna, “porque es un problema de salud pública muy grave, que afecta tanto a los pobladores como a los animales que se tengan en los predios”.

POR: ALEXANDER GUTIÉRREZ/ EL PILÓN