Los guacocheros siguen adelante con sus nuevos proyectos en los que está recuperar legados culturales, deportivos y pasar de una vez por todas la página de la violencia.
En la memoria de los guacocheros aun permanece el recuerdo de aquel 6 de abril de 1997, cuando en plena plaza pública los paramilitares asesinaron a Omar Castilla y Argemiro Quiroz Márquez, este último líder de la comunidad afro-descendiente. Durante casi una década (1997-2006) el corregimiento de Guacoche, ubicado al norte de Valledupar, tuvo que sufrir los embates de los paramilitares, quienes hicieron de esta zona un ‘fortín’ convirtiéndola parte de su economía y territorio de sus movidas ilegales.
Hoy, 20 años, 1 mes y 26 días después de aquel fatídico suceso, Argemiro Quiroz Churio, hijo del líder de la comunidad afro-descendiente y que también ha seguido la labor de su padre, no solo habló sobre aquella fatídica tarde, sino de los procesos de reparación colectiva de las en Guacoche.
El 9 de diciembre del año 2011, con el decreto 4635, “por el cual se dictan medidas de asistencia, atención, reparación integral y de restitución de tierras a las víctimas pertenecientes a comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras”. Luego de que se dieron las primeras pinceladas para la reparación de las víctimas en el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, la comunidad de Guache volvería a tener instantes de paz, además serían reparados por todos los años donde fueron azotados por la violencia.
Lee aquí también: Guacohe cuenta con nueva plaza principal
La reparación colectiva ha sido un beneficio para todo el corregimiento, integrado por 1.800 personas y alrededor de 520 familias, y en materia individual también se han reparado a un aproximado de 400 personas, quienes hicieron parte de esos años en los que la comunidad no tenía noches tranquilas.
“Luego de la oscuridad llegó la luz, es así como la comunidad afrodescendiente de Guacoche empezaría a tener respaldo gubernamental por medio de las obras publicas como la reconstrucción de la plaza principal, la vía que nos comunica con el corregimiento de El Jabo y la atención sicosocial por parte de la Secretaría de Salud, el cual ayudo en gran manera a la comunidad guacochera”, contó Argemiro Churio.
Hoy en día, hablar de la comunidad afrodescendiente de Guacoche es reseñar a una de las primeras comunidades que se pusieron al frente en los procesos de reparación, situación que les ha hecho acreedores al respeto nacional e internacionalmente, teniendo en cuenta que el corregimiento ha sido visitado por funcionarios de importantes entidades como el Banco Mundial, cuyo presidente David Malpass estuco recorriendo las calles guacocheras.
Antes de que los ‘paras’ se tomaran el corregimiento de Guacoche, la población subsistía a través de la agricultura, misma que han tratado de rescatar.
Para Quiroz, la llegada de los paramilitares a los territorios del corregimiento cambiaron totalmente el andamiaje económico de la población, que dejó la agricultura para dedicarse, casi que a la fuerza, a la extracción de material de arrastre del río Cesar. “Nos pasamos a la extracción del material de arrastre porque para cargar de arena una volqueta se necesitaban cinco o seis personas, es así como nos fuimos sintiendo protegidos y apoyados unos a otros. Nos volvimos una comunidad autodependiente cuando en otrora el río Cesar solo era ocupado para las labores de pesca, que no era nuestra economía fuerte, nosotros siempre hemos sido de economía agrícola, pero tuvimos que dejarla de manera forzosa”.
Los jóvenes en el corregimiento de Guacoche son conocedores de la historia de terror que por nueve años marcó esta zona cesarense, pero ellos tienen otra consigna, la cual es olvidar y seguir adelante, es por ello que ya se encuentran trabajando con miras a seguir fortaleciendo el respeto que los guacocheros se han ganado.
Eliana Marcela Romero, es una de las jóvenes integrantes del Consejo Comunitario (de la comunidad negra de Guacoche) Los Cardonales, y antes de sentir miedo por lo que sus familiares y amigos tuvieron que afrontar en el pasado, la motivación de ayudar a los jóvenes y de ser parte del legado cultural guacochitero la motivaron a integrar el Consejo Comentario.
“Es importante el despertar dl liderazgo juvenil, entendiendo que los mayores hicieron una gran labor enfrentado procesos difíciles, pero son seres humanos y con el paso de los años se van cansando, por ello un grupo de jóvenes consideramos necesario tomar la responsabilidad de mantener vivo el legado que ha traspasado generaciones”, señaló Eliana Romero.
Aldo Jesús Ibarra Rondón, presidente del Consejo Comunitario (de la comunidad negra de Guacoche) Los Cardonales, con preocupación manifestó la falta que le hace a los guacocheros tener agua potable, pues la que sale en las llaves de las casas no es apta para el consumo, según el dirigente.
“El agua ha sido una necesidad histórica parta nosotros, no tenemos liquido apto para el consumo. El agua que llega a las casas es proveniente del río Badillo, fuente hídrica que a su vez es usada para la actividad agrícola. Otra problemática que nos aqueja es la falta de alcantarillado, la población aun cuenta con el sistema de pozas sépticas, lo que genera que la calidad sea precaria”, señaló Ibarra.
Guacoche es conocido por sus arenas de arcilla, las cuales han servido para que generaciones de mujeres esculpan las ya famosas tinajas, sin embargo, los jóvenes que hoy se han ‘echado la responsabilidad al hombro’ también miran con preocupación que este legado está a punto de desaparecer.
José Quiroz Castilla, otro joven del corregimiento que lucha para que las costumbres se mantengan vivas, en su caso hace parte del proyecto cultural que busca mantener el legado de las tinajeras para que esta tradición no quede en el olvido.
Junto a otros jóvenes hacemos parte del proyecto que lleva por nombre Reconocimiento y conservación de los saberes ancestrales para la revitalización en la elaboración de la tinaja.
Los jóvenes han realizado diversas actividades para evitar que Guacoche sea señalado solo por su pasado, pero hay un legado que no quieren dejar perder, la elaboración de las tinajas. Pero, José Quiroz, impulsor de la cultura en la elaboración de tinajas es consciente que si no hacen algo su el más grande legado que tiene el corregimiento y que le ha dado fama puede desaparecer, pues de las llamadas matronas tinajeras solo queda una.
“Tenemos que recuperar nuestra idiosincrasia, Guacoche debe seguir siendo reconocido por la elaboración de las tinajas y no es posible que en la actualidad soilo nos quede una defensora de este arte, a quien consideramos una matrona, la señora Edilma Chinchía, por eso nos hemos dado a la tarea de retomar este arte e inculcarlo a la juventud para que esta tradición no se quede olvidada”, añadió José Quiroz.
Actualmente, son pocas las personas que hablan sobre el pasado, pues para ellos es más importante recuperar lo que en antaño significaba el nombre de Guacoche, una tierra de agricultores, tinajeras y mujeres bonitas, que cautivaban a quienes visitaban esta zona ubicada en la parte norte de Valledupar.
POR: ROBERT CADAVID | EL PILÓN
Los guacocheros siguen adelante con sus nuevos proyectos en los que está recuperar legados culturales, deportivos y pasar de una vez por todas la página de la violencia.
En la memoria de los guacocheros aun permanece el recuerdo de aquel 6 de abril de 1997, cuando en plena plaza pública los paramilitares asesinaron a Omar Castilla y Argemiro Quiroz Márquez, este último líder de la comunidad afro-descendiente. Durante casi una década (1997-2006) el corregimiento de Guacoche, ubicado al norte de Valledupar, tuvo que sufrir los embates de los paramilitares, quienes hicieron de esta zona un ‘fortín’ convirtiéndola parte de su economía y territorio de sus movidas ilegales.
Hoy, 20 años, 1 mes y 26 días después de aquel fatídico suceso, Argemiro Quiroz Churio, hijo del líder de la comunidad afro-descendiente y que también ha seguido la labor de su padre, no solo habló sobre aquella fatídica tarde, sino de los procesos de reparación colectiva de las en Guacoche.
El 9 de diciembre del año 2011, con el decreto 4635, “por el cual se dictan medidas de asistencia, atención, reparación integral y de restitución de tierras a las víctimas pertenecientes a comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras”. Luego de que se dieron las primeras pinceladas para la reparación de las víctimas en el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, la comunidad de Guache volvería a tener instantes de paz, además serían reparados por todos los años donde fueron azotados por la violencia.
Lee aquí también: Guacohe cuenta con nueva plaza principal
La reparación colectiva ha sido un beneficio para todo el corregimiento, integrado por 1.800 personas y alrededor de 520 familias, y en materia individual también se han reparado a un aproximado de 400 personas, quienes hicieron parte de esos años en los que la comunidad no tenía noches tranquilas.
“Luego de la oscuridad llegó la luz, es así como la comunidad afrodescendiente de Guacoche empezaría a tener respaldo gubernamental por medio de las obras publicas como la reconstrucción de la plaza principal, la vía que nos comunica con el corregimiento de El Jabo y la atención sicosocial por parte de la Secretaría de Salud, el cual ayudo en gran manera a la comunidad guacochera”, contó Argemiro Churio.
Hoy en día, hablar de la comunidad afrodescendiente de Guacoche es reseñar a una de las primeras comunidades que se pusieron al frente en los procesos de reparación, situación que les ha hecho acreedores al respeto nacional e internacionalmente, teniendo en cuenta que el corregimiento ha sido visitado por funcionarios de importantes entidades como el Banco Mundial, cuyo presidente David Malpass estuco recorriendo las calles guacocheras.
Antes de que los ‘paras’ se tomaran el corregimiento de Guacoche, la población subsistía a través de la agricultura, misma que han tratado de rescatar.
Para Quiroz, la llegada de los paramilitares a los territorios del corregimiento cambiaron totalmente el andamiaje económico de la población, que dejó la agricultura para dedicarse, casi que a la fuerza, a la extracción de material de arrastre del río Cesar. “Nos pasamos a la extracción del material de arrastre porque para cargar de arena una volqueta se necesitaban cinco o seis personas, es así como nos fuimos sintiendo protegidos y apoyados unos a otros. Nos volvimos una comunidad autodependiente cuando en otrora el río Cesar solo era ocupado para las labores de pesca, que no era nuestra economía fuerte, nosotros siempre hemos sido de economía agrícola, pero tuvimos que dejarla de manera forzosa”.
Los jóvenes en el corregimiento de Guacoche son conocedores de la historia de terror que por nueve años marcó esta zona cesarense, pero ellos tienen otra consigna, la cual es olvidar y seguir adelante, es por ello que ya se encuentran trabajando con miras a seguir fortaleciendo el respeto que los guacocheros se han ganado.
Eliana Marcela Romero, es una de las jóvenes integrantes del Consejo Comunitario (de la comunidad negra de Guacoche) Los Cardonales, y antes de sentir miedo por lo que sus familiares y amigos tuvieron que afrontar en el pasado, la motivación de ayudar a los jóvenes y de ser parte del legado cultural guacochitero la motivaron a integrar el Consejo Comentario.
“Es importante el despertar dl liderazgo juvenil, entendiendo que los mayores hicieron una gran labor enfrentado procesos difíciles, pero son seres humanos y con el paso de los años se van cansando, por ello un grupo de jóvenes consideramos necesario tomar la responsabilidad de mantener vivo el legado que ha traspasado generaciones”, señaló Eliana Romero.
Aldo Jesús Ibarra Rondón, presidente del Consejo Comunitario (de la comunidad negra de Guacoche) Los Cardonales, con preocupación manifestó la falta que le hace a los guacocheros tener agua potable, pues la que sale en las llaves de las casas no es apta para el consumo, según el dirigente.
“El agua ha sido una necesidad histórica parta nosotros, no tenemos liquido apto para el consumo. El agua que llega a las casas es proveniente del río Badillo, fuente hídrica que a su vez es usada para la actividad agrícola. Otra problemática que nos aqueja es la falta de alcantarillado, la población aun cuenta con el sistema de pozas sépticas, lo que genera que la calidad sea precaria”, señaló Ibarra.
Guacoche es conocido por sus arenas de arcilla, las cuales han servido para que generaciones de mujeres esculpan las ya famosas tinajas, sin embargo, los jóvenes que hoy se han ‘echado la responsabilidad al hombro’ también miran con preocupación que este legado está a punto de desaparecer.
José Quiroz Castilla, otro joven del corregimiento que lucha para que las costumbres se mantengan vivas, en su caso hace parte del proyecto cultural que busca mantener el legado de las tinajeras para que esta tradición no quede en el olvido.
Junto a otros jóvenes hacemos parte del proyecto que lleva por nombre Reconocimiento y conservación de los saberes ancestrales para la revitalización en la elaboración de la tinaja.
Los jóvenes han realizado diversas actividades para evitar que Guacoche sea señalado solo por su pasado, pero hay un legado que no quieren dejar perder, la elaboración de las tinajas. Pero, José Quiroz, impulsor de la cultura en la elaboración de tinajas es consciente que si no hacen algo su el más grande legado que tiene el corregimiento y que le ha dado fama puede desaparecer, pues de las llamadas matronas tinajeras solo queda una.
“Tenemos que recuperar nuestra idiosincrasia, Guacoche debe seguir siendo reconocido por la elaboración de las tinajas y no es posible que en la actualidad soilo nos quede una defensora de este arte, a quien consideramos una matrona, la señora Edilma Chinchía, por eso nos hemos dado a la tarea de retomar este arte e inculcarlo a la juventud para que esta tradición no se quede olvidada”, añadió José Quiroz.
Actualmente, son pocas las personas que hablan sobre el pasado, pues para ellos es más importante recuperar lo que en antaño significaba el nombre de Guacoche, una tierra de agricultores, tinajeras y mujeres bonitas, que cautivaban a quienes visitaban esta zona ubicada en la parte norte de Valledupar.
POR: ROBERT CADAVID | EL PILÓN