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Columnista - 25 marzo, 2020

Gloria a médicos y enfermeras (os)

No voy a escribir sobre el coronavirus porque ya estoy cansado de soportar a muchos periodistas inquisidores dándole al tema y explicando de nuevo lo que ya han explicado mil veces. También me tienen hastiado el Alcalde y el Gobernador, los funcionarios de salud, repitiendo lo mismo, mientras que millones de colombianos se hacen los […]

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No voy a escribir sobre el coronavirus porque ya estoy cansado de soportar a muchos periodistas inquisidores dándole al tema y explicando de nuevo lo que ya han explicado mil veces.

También me tienen hastiado el Alcalde y el Gobernador, los funcionarios de salud, repitiendo lo mismo, mientras que millones de colombianos se hacen los de los oídos sordos y los ojos ciegos, para no escuchar ni ver que la enfermedad nos podría llegar de manera desbastadora, sino atendemos el llamado de quienes saben sobre el Coronavirus.  

Los medios de comunicación, e incluso de las redes sociales, lo dicen de una y mil maneras, “no salgas a la calle sino es estrictamente necesario”, pero no. Uno encuentra 20 y 30 persona casi que, besándose, apilados en carpas esperando que abren el supermercado. Muchos de ellos sin tapa bocas e incluso: tosiendo y estornudando en la cara del otro.

Los medios de comunicación a través de sus periodistas recomiendan y advierten del problema para que el virus no se siga multiplicando, pero la gente es “cabeza hueca” como decía mi abuela Rosario Ramírez Mieles.

La importancia de los medios de comunicación ha sido vital para que la tragedia no sea mayor. A pesar de que muchos ciudadanos les restan importancia a las recomendaciones de los periodistas y expertos en el tema.

Los periodistas han sido importantes, pero son más transcendentales los médicos, enfermeras (os) y trabajadores de la salud. Estos últimos merecen no solo nuestro reconocimiento, también nuestro respaldo y admiración. Incluso, a pesar de que el gobierno no les paga mensual, están ahí aportando sus conocimientos y exponiendo sus vidas para salvar otras vidas.

Gloria a ellos que también tienen hijos, padres, hermanos y familiares, pero no importa. Cada día y cada noche están prestos a ayudar exponiendo –repito- su existencia para salvar la vida de otros.

Yo tengo un hijo médico y su esposa es enfermera, también tengo varios sobrinos médicos y enfermeras. Esos muchachos –porque lo son- al igual que sus colegas parecieran que en cada facultad de medicina de sus universidades les enseñaran que la solidaridad es más útil cuando la ponen en práctica, a pesar de la adversidad.

¡Qué grandeza! Esa capacidad de resolución de los trabajadores de la salud es lo que ha permitido que esta pandemia no fuese peor en el mundo.

Aquí en Colombia la desgracia sería incalculable, porque hemos tenido gobiernos hipócritas, ladrones y mentirosos. Porque inauguran hospitales sin camas y sin los elementos para que funcionen bien.

Aquí tenemos cientos de ejemplos: el Idreec en la ruina mientras que el gobierno contrata con entidades privadas millonarias sumas para proveer la salud. En Valledupar tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López, en la ruina, no les pagan a los médicos ni a nadie; sin embargo, a ese mismo hospital le han invertido muchos billones de pesos.

El Hospital de Codazzi es una colcha de retazos, un moridero que se pelean los políticos y los alcaldes para derrochar (léase robarse) los dineros que les giran para su medio funcionamiento.

Qué decir del hospital de Bosconia, el Alcalde denunció hace poco que arrendaron por 20 años gran parte de su construcción. ¡Qué horror!

Pese a todo, oímos al Presidente Duque y a sus subalternos hablando de empoderamiento empresarial que no es más que puro bla bla bla, mientras que el sistema de salud solo es bueno para unos empresarios que igual que el Gobierno, no les paga a sus trabajadores. Hasta la próxima semana. [email protected]           

Columnista
25 marzo, 2020

Gloria a médicos y enfermeras (os)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

No voy a escribir sobre el coronavirus porque ya estoy cansado de soportar a muchos periodistas inquisidores dándole al tema y explicando de nuevo lo que ya han explicado mil veces. También me tienen hastiado el Alcalde y el Gobernador, los funcionarios de salud, repitiendo lo mismo, mientras que millones de colombianos se hacen los […]


No voy a escribir sobre el coronavirus porque ya estoy cansado de soportar a muchos periodistas inquisidores dándole al tema y explicando de nuevo lo que ya han explicado mil veces.

También me tienen hastiado el Alcalde y el Gobernador, los funcionarios de salud, repitiendo lo mismo, mientras que millones de colombianos se hacen los de los oídos sordos y los ojos ciegos, para no escuchar ni ver que la enfermedad nos podría llegar de manera desbastadora, sino atendemos el llamado de quienes saben sobre el Coronavirus.  

Los medios de comunicación, e incluso de las redes sociales, lo dicen de una y mil maneras, “no salgas a la calle sino es estrictamente necesario”, pero no. Uno encuentra 20 y 30 persona casi que, besándose, apilados en carpas esperando que abren el supermercado. Muchos de ellos sin tapa bocas e incluso: tosiendo y estornudando en la cara del otro.

Los medios de comunicación a través de sus periodistas recomiendan y advierten del problema para que el virus no se siga multiplicando, pero la gente es “cabeza hueca” como decía mi abuela Rosario Ramírez Mieles.

La importancia de los medios de comunicación ha sido vital para que la tragedia no sea mayor. A pesar de que muchos ciudadanos les restan importancia a las recomendaciones de los periodistas y expertos en el tema.

Los periodistas han sido importantes, pero son más transcendentales los médicos, enfermeras (os) y trabajadores de la salud. Estos últimos merecen no solo nuestro reconocimiento, también nuestro respaldo y admiración. Incluso, a pesar de que el gobierno no les paga mensual, están ahí aportando sus conocimientos y exponiendo sus vidas para salvar otras vidas.

Gloria a ellos que también tienen hijos, padres, hermanos y familiares, pero no importa. Cada día y cada noche están prestos a ayudar exponiendo –repito- su existencia para salvar la vida de otros.

Yo tengo un hijo médico y su esposa es enfermera, también tengo varios sobrinos médicos y enfermeras. Esos muchachos –porque lo son- al igual que sus colegas parecieran que en cada facultad de medicina de sus universidades les enseñaran que la solidaridad es más útil cuando la ponen en práctica, a pesar de la adversidad.

¡Qué grandeza! Esa capacidad de resolución de los trabajadores de la salud es lo que ha permitido que esta pandemia no fuese peor en el mundo.

Aquí en Colombia la desgracia sería incalculable, porque hemos tenido gobiernos hipócritas, ladrones y mentirosos. Porque inauguran hospitales sin camas y sin los elementos para que funcionen bien.

Aquí tenemos cientos de ejemplos: el Idreec en la ruina mientras que el gobierno contrata con entidades privadas millonarias sumas para proveer la salud. En Valledupar tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López, en la ruina, no les pagan a los médicos ni a nadie; sin embargo, a ese mismo hospital le han invertido muchos billones de pesos.

El Hospital de Codazzi es una colcha de retazos, un moridero que se pelean los políticos y los alcaldes para derrochar (léase robarse) los dineros que les giran para su medio funcionamiento.

Qué decir del hospital de Bosconia, el Alcalde denunció hace poco que arrendaron por 20 años gran parte de su construcción. ¡Qué horror!

Pese a todo, oímos al Presidente Duque y a sus subalternos hablando de empoderamiento empresarial que no es más que puro bla bla bla, mientras que el sistema de salud solo es bueno para unos empresarios que igual que el Gobierno, no les paga a sus trabajadores. Hasta la próxima semana. [email protected]