En la evolución de la administración pública, se han importado conceptos y modelos desarrollados en el sector privado. En este proceso, uno de los abanderados ha sido el profesor Mark Moore, cuya preocupación central era definir un nuevo directivo público, quien gracias al ejercicio éticamente responsable de su capacidad de gestión política y operativa, contribuya […]
En la evolución de la administración pública, se han importado conceptos y modelos desarrollados en el sector privado. En este proceso, uno de los abanderados ha sido el profesor Mark Moore, cuya preocupación central era definir un nuevo directivo público, quien gracias al ejercicio éticamente responsable de su capacidad de gestión política y operativa, contribuya a que el sector público genere valor.
Para este efecto los gobiernos han incorporado toda suerte de conceptos, modelos, herramientas y avances tecnológicos. Dentro de este proceso evolutivo de la administración pública, la herramienta que más me ha llamado la atención, es la incorporación del coaching para el sector público.
¿Por qué? Porque tiene su centro de acción en la persona (mandatario o funcionarios), y en los ciudadanos que gobierna. Mientras que los demás avances se han centrado más en la tecnología, los procesos, las certificaciones, olvidando que toda organización está compuesta por humanos que ríen, lloran, sienten y tienen sus intereses.
En el mundo (por ej. B. Obama, A. Mercker) y en Colombia, existen mandatarios que vienen usando el coaching para aumentar el rendimiento personal y de sus funciones públicas. El coaching, en el entendido de una administración pública que genere valor, busca que sus gerentes e integrantes desarrollen liderazgo, competencias y habilidades en atención al logro de los objetivos (deber de todo funcionario), suplir las demandas del ciudadano, entre otras características de poder. De esta manera, no debe verse el Coaching como algo ajeno, porque es de humano y para humanos, esto no se trata de sofisticación, se trata de mejorar cada día usando lo que esté disponible.
Sobre lo anterior, es importante que el lector conozca algunas definiciones básicas de esta herramienta. El coaching como proceso, es una relación entre dos o más personas en la que una de ellas (Coach) acompaña a la otra (Coachee, en este caso el mandatario o funcionarios públicos), en el proceso de lograr metas y objetivos definidos. Para el caso de un mandatario o un secretario, deberían hacer coaching por ejemplo, para no perder el foco de su plan de desarrollo.
El Coach no es en ningún momento un asesor político ni un consultor, ni un gurú. El utilizar entrenadores, maestros o mentores, es una práctica milenaria que pervive con mucha fuerza en oriente, y que en occidente cambiamos por el individualismo a ultranza.
Hoy día el número de mandatarios que utilizan procesos de Coaching para el desarrollo de su liderazgo y competencias gerenciales, va en aumento. ¿Por qué no explorarla para aquellos mandatarios que inician su camino desde el 26 de octubre?
Por Roberto Carlos Núñez Vega
En la evolución de la administración pública, se han importado conceptos y modelos desarrollados en el sector privado. En este proceso, uno de los abanderados ha sido el profesor Mark Moore, cuya preocupación central era definir un nuevo directivo público, quien gracias al ejercicio éticamente responsable de su capacidad de gestión política y operativa, contribuya […]
En la evolución de la administración pública, se han importado conceptos y modelos desarrollados en el sector privado. En este proceso, uno de los abanderados ha sido el profesor Mark Moore, cuya preocupación central era definir un nuevo directivo público, quien gracias al ejercicio éticamente responsable de su capacidad de gestión política y operativa, contribuya a que el sector público genere valor.
Para este efecto los gobiernos han incorporado toda suerte de conceptos, modelos, herramientas y avances tecnológicos. Dentro de este proceso evolutivo de la administración pública, la herramienta que más me ha llamado la atención, es la incorporación del coaching para el sector público.
¿Por qué? Porque tiene su centro de acción en la persona (mandatario o funcionarios), y en los ciudadanos que gobierna. Mientras que los demás avances se han centrado más en la tecnología, los procesos, las certificaciones, olvidando que toda organización está compuesta por humanos que ríen, lloran, sienten y tienen sus intereses.
En el mundo (por ej. B. Obama, A. Mercker) y en Colombia, existen mandatarios que vienen usando el coaching para aumentar el rendimiento personal y de sus funciones públicas. El coaching, en el entendido de una administración pública que genere valor, busca que sus gerentes e integrantes desarrollen liderazgo, competencias y habilidades en atención al logro de los objetivos (deber de todo funcionario), suplir las demandas del ciudadano, entre otras características de poder. De esta manera, no debe verse el Coaching como algo ajeno, porque es de humano y para humanos, esto no se trata de sofisticación, se trata de mejorar cada día usando lo que esté disponible.
Sobre lo anterior, es importante que el lector conozca algunas definiciones básicas de esta herramienta. El coaching como proceso, es una relación entre dos o más personas en la que una de ellas (Coach) acompaña a la otra (Coachee, en este caso el mandatario o funcionarios públicos), en el proceso de lograr metas y objetivos definidos. Para el caso de un mandatario o un secretario, deberían hacer coaching por ejemplo, para no perder el foco de su plan de desarrollo.
El Coach no es en ningún momento un asesor político ni un consultor, ni un gurú. El utilizar entrenadores, maestros o mentores, es una práctica milenaria que pervive con mucha fuerza en oriente, y que en occidente cambiamos por el individualismo a ultranza.
Hoy día el número de mandatarios que utilizan procesos de Coaching para el desarrollo de su liderazgo y competencias gerenciales, va en aumento. ¿Por qué no explorarla para aquellos mandatarios que inician su camino desde el 26 de octubre?
Por Roberto Carlos Núñez Vega