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Columnista - 28 diciembre, 2019

Gestionando la incertidumbre

América Latina recibirá el año 2020 en la cresta de la ola de la inestabilidad e incertidumbre, persisten las escaramuzas de la empresa bolivariana y los reagrupamientos de derecha, que hará permanecer el rancio debate ideológico, no obstante, debilitado por la expresión de la nueva ciudadanía, construida en sincronía con la irrupción tecnológica, mediante el […]

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América Latina recibirá el año 2020 en la cresta de la ola de la inestabilidad e incertidumbre, persisten las escaramuzas de la empresa bolivariana y los reagrupamientos de derecha, que hará permanecer el rancio debate ideológico, no obstante, debilitado por la expresión de la nueva ciudadanía, construida en sincronía con la irrupción tecnológica, mediante el aprovechamiento de la expresión y comunicación que ofrecen las redes sociales.

El hartazgo ciudadano se hizo presente con manifestaciones primero en Honduras y Venezuela debido a la añeja crisis política, Guatemala y Perú destituyeron presidentes, Colombia y México conviven con la polarización; Haití, Ecuador, Bolivia y Chile, con una serie de protestas ciudadanas que conciben dinámicas relacionadas con la desigualdad, la corrupción y el lento crecimiento económico.

El panorama no es alentador, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, prevé para 2020, que la región continúe en una senda de bajo crecimiento, con una expansión estimada del producto interno bruto (PIB) de 1,4%. Con esto se cumplirían siete años en que América Latina y el Caribe permanecerían situada en la platea de bajo crecimiento, que se ha traducido a su vez en un deterioro de los niveles de ingreso per cápita promedio.

Al cierre de la presente vigencia, Colombia crecerá 3,4%, y según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, 3,6% en el 2020.

En lo relacionado con la actividad política este año marcó nuevas tendencias, dándole un respiro a la descompuesta democracia, como variable de cambio a la asfixiante polarización, sin embargo, siguen vigentes el continuismo del caudillismo y del personalismo, factores que inciden en la profundización de la crisis de los partidos políticos.

El triunfo en Bogotá de Claudia López, abre espacios inspiradores en los modelos que son tendencia mundial. En efecto, en la agenda política mundial los temas de discusión han cambiado en virtud de las nuevas circunstancias y de las demandas ciudadanas, el mundo desarrollado lo hace discutiendo sobre cambio climático, la igualdad de género, el crecimiento poblacional, movilidad, transporte y diversificación energética, no obstante, Latinoamérica se ahoga en el debate ideológico y agudiza su crisis por el factor vinculante de la desigualdad.

A nivel territorial regresa Luis Alberto Monsalvo a la Gobernación del Departamento, prometió hacerlo mejor, los ciudadanos esperamos que sea cierto, pretendemos que las obras se terminen y que tengan la belleza de las maquetas. Su homologo municipal, el alcalde, Mello Castro, cargará en sus hombros el pesado piano del creciente desempleo, la correlación entre economía y violencia, semejanza que propone complejidades por las razones multicausales de la inseguridad, la obsolescencia del sistema vial y el transporte público y los problemas en materia de movilidad.

La ciudad debe ofrecer garantías en la prestación de los servicios públicos, es perentorio aprovechar los recursos energéticos de la región, los cuales tienen amparo y respaldo legal, el costo fijo del consumo de energía eléctrica es un hueco en el bolsillo para cualquier inversionista, en cuanto al servicio de acueducto hay que transformar Emdupar y, por sobre todas las cosas, priorizar la inversión, para que sea coherente con el desarrollo social y humano.

Amigos Contertulios, esta columna se va de vacaciones. Un abrazo afectuoso para todos y mis mejores deseos en el año venidero. Seguimos conversando en enero.

@LuchoDiaz12

Columnista
28 diciembre, 2019

Gestionando la incertidumbre

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

América Latina recibirá el año 2020 en la cresta de la ola de la inestabilidad e incertidumbre, persisten las escaramuzas de la empresa bolivariana y los reagrupamientos de derecha, que hará permanecer el rancio debate ideológico, no obstante, debilitado por la expresión de la nueva ciudadanía, construida en sincronía con la irrupción tecnológica, mediante el […]


América Latina recibirá el año 2020 en la cresta de la ola de la inestabilidad e incertidumbre, persisten las escaramuzas de la empresa bolivariana y los reagrupamientos de derecha, que hará permanecer el rancio debate ideológico, no obstante, debilitado por la expresión de la nueva ciudadanía, construida en sincronía con la irrupción tecnológica, mediante el aprovechamiento de la expresión y comunicación que ofrecen las redes sociales.

El hartazgo ciudadano se hizo presente con manifestaciones primero en Honduras y Venezuela debido a la añeja crisis política, Guatemala y Perú destituyeron presidentes, Colombia y México conviven con la polarización; Haití, Ecuador, Bolivia y Chile, con una serie de protestas ciudadanas que conciben dinámicas relacionadas con la desigualdad, la corrupción y el lento crecimiento económico.

El panorama no es alentador, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, prevé para 2020, que la región continúe en una senda de bajo crecimiento, con una expansión estimada del producto interno bruto (PIB) de 1,4%. Con esto se cumplirían siete años en que América Latina y el Caribe permanecerían situada en la platea de bajo crecimiento, que se ha traducido a su vez en un deterioro de los niveles de ingreso per cápita promedio.

Al cierre de la presente vigencia, Colombia crecerá 3,4%, y según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, 3,6% en el 2020.

En lo relacionado con la actividad política este año marcó nuevas tendencias, dándole un respiro a la descompuesta democracia, como variable de cambio a la asfixiante polarización, sin embargo, siguen vigentes el continuismo del caudillismo y del personalismo, factores que inciden en la profundización de la crisis de los partidos políticos.

El triunfo en Bogotá de Claudia López, abre espacios inspiradores en los modelos que son tendencia mundial. En efecto, en la agenda política mundial los temas de discusión han cambiado en virtud de las nuevas circunstancias y de las demandas ciudadanas, el mundo desarrollado lo hace discutiendo sobre cambio climático, la igualdad de género, el crecimiento poblacional, movilidad, transporte y diversificación energética, no obstante, Latinoamérica se ahoga en el debate ideológico y agudiza su crisis por el factor vinculante de la desigualdad.

A nivel territorial regresa Luis Alberto Monsalvo a la Gobernación del Departamento, prometió hacerlo mejor, los ciudadanos esperamos que sea cierto, pretendemos que las obras se terminen y que tengan la belleza de las maquetas. Su homologo municipal, el alcalde, Mello Castro, cargará en sus hombros el pesado piano del creciente desempleo, la correlación entre economía y violencia, semejanza que propone complejidades por las razones multicausales de la inseguridad, la obsolescencia del sistema vial y el transporte público y los problemas en materia de movilidad.

La ciudad debe ofrecer garantías en la prestación de los servicios públicos, es perentorio aprovechar los recursos energéticos de la región, los cuales tienen amparo y respaldo legal, el costo fijo del consumo de energía eléctrica es un hueco en el bolsillo para cualquier inversionista, en cuanto al servicio de acueducto hay que transformar Emdupar y, por sobre todas las cosas, priorizar la inversión, para que sea coherente con el desarrollo social y humano.

Amigos Contertulios, esta columna se va de vacaciones. Un abrazo afectuoso para todos y mis mejores deseos en el año venidero. Seguimos conversando en enero.

@LuchoDiaz12