Durante dos horas, el alcalde escuchó elogios sobre su gestión pública, pero también propuestas para mejorar los indicadores de seguridad, empleo y pobreza. EL PILÓN presenta algunas de las intervenciones.
23 personas se inscribieron para presentar sus ponencias sobre el desarrollo social de Valledupar en el cabildo abierto realizado el reciente martes, la mayoría de ellas a favor del alcalde Mello Castro, quien estuvo acompañado por sus funcionarios y simpatizantes.
Tras la ausencia de Fabio José Mendoza Méndez, uno de los expositores registrados, el primero en hablar fue Pedro Pastor Núñez Díaz, un vendedor informal de la ciudad.
Nuñez aseguró que, a pesar de los problemas que padecen los comerciantes para ganar el sustento diario en las calles, “el desempleo no es culpa del municipio”, pero responsabilizó de este problema socioeconómico a los congresistas del departamento del Cesar y al Gobierno nacional.
Diego Oliveros, habitante de la comuna 4, rechazó los reclamos que le han hecho al actual alcalde sobre la falta de oportunidades laborales. “Son cosas que vienen de administraciones anteriores”, expresó ante un público con opiniones divididas.
Por su parte, Luis Rabelo, estudiante universitario, se refirió a la tasa de desempleo juvenil: “El Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana estima que el 29,4 % de los jóvenes de Valledupar no estudian ni trabajan”.
Para Rabelo Mendoza “Valledupar está en orden, pero en orden de la precarización de la vida de los vallenatos y visitantes. El desarrollo es cemento y la gente se está muriendo de hambre en la casa”.
Añadió que hacer estas críticas sobre la gestión administrativa nolo convierte en “enemigo de la ciudad”. También le propuso al alcalde realizar mesas de diálogo con los jóvenes para conocer de primera mano las necesidades de esta población y tomar medidas con base en esos insumos.
Sin embargo, mientras el joven hacía su disertación, el concejal Wilber Hinojosa le hablaba al oído a Castro González.
Jesús Alberto Mancipe Torres, otro comerciante, respaldó la tesis del alcalde de Valledupar sobre la inseguridad como un problema de orden nacional, más que local.
Sin embargo, Karol Vargas expresó que: “Es un hecho que la inseguridad está en todas partes del mundo, pero en Valledupar no se están tomando las medidas suficientes para atacarla”.
La joven habló en nombre de su familia, sus vecinos y amigos a la hora de plantearle a la Alcaldía que aplique “medidas correctivas” para disminuir los factores de pobreza, marginación y desempleo.
Por su parte, Ricardo José Bosa, quien se autodenominó emprendedor, pidió voluntad política para mejorar las condiciones sociales de la ciudad.
“Valledupar necesita un trabajo articulado porque hay atracos, no estamos ante delincuencia común, sino ante organizaciones criminales”, aseveró el ciudadano.
Otro de los ponentes fue el abogado Fernando Rafael Oliveros, quien considera que este tipo de espacios de participación “deberían realizarse en todos los gobiernos”.
Oliveros destacó las intervenciones a instituciones educativas en los corregimientos del municipio, porque, según él, “las administraciones anteriores las tenían olvidadas”.
Durante dos horas, el alcalde escuchó elogios sobre su gestión pública, pero también propuestas para mejorar los indicadores de seguridad, empleo y pobreza. EL PILÓN presenta algunas de las intervenciones.
23 personas se inscribieron para presentar sus ponencias sobre el desarrollo social de Valledupar en el cabildo abierto realizado el reciente martes, la mayoría de ellas a favor del alcalde Mello Castro, quien estuvo acompañado por sus funcionarios y simpatizantes.
Tras la ausencia de Fabio José Mendoza Méndez, uno de los expositores registrados, el primero en hablar fue Pedro Pastor Núñez Díaz, un vendedor informal de la ciudad.
Nuñez aseguró que, a pesar de los problemas que padecen los comerciantes para ganar el sustento diario en las calles, “el desempleo no es culpa del municipio”, pero responsabilizó de este problema socioeconómico a los congresistas del departamento del Cesar y al Gobierno nacional.
Diego Oliveros, habitante de la comuna 4, rechazó los reclamos que le han hecho al actual alcalde sobre la falta de oportunidades laborales. “Son cosas que vienen de administraciones anteriores”, expresó ante un público con opiniones divididas.
Por su parte, Luis Rabelo, estudiante universitario, se refirió a la tasa de desempleo juvenil: “El Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana estima que el 29,4 % de los jóvenes de Valledupar no estudian ni trabajan”.
Para Rabelo Mendoza “Valledupar está en orden, pero en orden de la precarización de la vida de los vallenatos y visitantes. El desarrollo es cemento y la gente se está muriendo de hambre en la casa”.
Añadió que hacer estas críticas sobre la gestión administrativa nolo convierte en “enemigo de la ciudad”. También le propuso al alcalde realizar mesas de diálogo con los jóvenes para conocer de primera mano las necesidades de esta población y tomar medidas con base en esos insumos.
Sin embargo, mientras el joven hacía su disertación, el concejal Wilber Hinojosa le hablaba al oído a Castro González.
Jesús Alberto Mancipe Torres, otro comerciante, respaldó la tesis del alcalde de Valledupar sobre la inseguridad como un problema de orden nacional, más que local.
Sin embargo, Karol Vargas expresó que: “Es un hecho que la inseguridad está en todas partes del mundo, pero en Valledupar no se están tomando las medidas suficientes para atacarla”.
La joven habló en nombre de su familia, sus vecinos y amigos a la hora de plantearle a la Alcaldía que aplique “medidas correctivas” para disminuir los factores de pobreza, marginación y desempleo.
Por su parte, Ricardo José Bosa, quien se autodenominó emprendedor, pidió voluntad política para mejorar las condiciones sociales de la ciudad.
“Valledupar necesita un trabajo articulado porque hay atracos, no estamos ante delincuencia común, sino ante organizaciones criminales”, aseveró el ciudadano.
Otro de los ponentes fue el abogado Fernando Rafael Oliveros, quien considera que este tipo de espacios de participación “deberían realizarse en todos los gobiernos”.
Oliveros destacó las intervenciones a instituciones educativas en los corregimientos del municipio, porque, según él, “las administraciones anteriores las tenían olvidadas”.