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Columnista - 27 septiembre, 2018

Fuerte golpe

En todas las latitudes del globo terráqueo siempre hay antagonismos de toda índole. En vista de tal premisa, en esta ocasión traigo a colación las  rivalidades implacables por ideologías políticas, cuyos partidarios   radicales ?ignorando los principios, valores y compendios  de los fundamentos políticos? con sus intolerancias extremas cometen arbitrariedades inaceptables  por la humanidad razonable. Además, bajo el mismo orden de ideas, […]

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En todas las latitudes del globo terráqueo siempre hay antagonismos de toda índole. En vista de tal premisa, en esta ocasión traigo a colación las  rivalidades implacables por ideologías políticas, cuyos partidarios   radicales ?ignorando los principios, valores y compendios  de los fundamentos políticos? con sus intolerancias extremas cometen arbitrariedades inaceptables  por la humanidad razonable.

Además, bajo el mismo orden de ideas, en ningún territorio terminan las peleas por la tenencia del poder gubernamental que, per se, es normal. Lo anómalo es lo que muy a menudo ocurre en los países subdesarrollados como Colombia, donde los altos funcionarios, sus padrinos políticos y otros copartidarios dominantes se enriquecen ilícitamente a través de la administración del patrimonio público, sin importarles el detrimento  del erario, que en la gente más pobre y desamparada genera enormes perjuicios irreparables.

Por la recalcitrante discrepancia ideológica han surgido las vertientes políticas denominadas ultraderecha y ultraizquierda, en las cuales militan personas o grupos que defienden o imponen de manera violenta sus ideologías; es decir, tienen tendencias al uso de las armas o cualquier artimaña para intimidar a los opositores, con tal de tomarse y perpetuarse en el poder gubernamental, desconociendo la democracia que, a pesar de su imperfección, históricamente ha demostrado ser la mejor forma de gobernar.

La inconformidad generada por los abusos en la gobernabilidad, En Colombia durante más de 50 años continuos la ultraizquierda ha conformado múltiples facciones guerrilleras con el propósito de tomarse a sangre y fuego el poder gubernamental. Situación que ha provocado cuantioso daño con incuantificable número de muertos. Como retaliación la ultraderecha conformó las autodefensas y ambos bandos, tanto la guerrilla como las autodefensas terminaron en lo mismo, torturando, secuestrando, extorsionando, asesinando, financiándose con el narcotráfico y cometiendo delitos de lesa humanidad; en fin, muchos afirman que la medicina resultó peor que la enfermedad, porque los llamados falsos positivos jamás y nunca tendrán justificación.

Por circunstancias ampliamente conocidas, la gente adinerada es proclive a la ideología catalogada como derecha y por antonomasia opuesta a la calificada como izquierdista. La Ultraderecha quiere tener paz derrotando con las armas a los reductos guerrilleros. El izquierdista, Gustavo Petro, ha aspirado a la presidencia de la República en dos oportunidades, pero es estigmatizado por ser radical, ya que fue guerrillero del M-19, aunque desmovilizado, mucha gente le tiene miedo y el temor ha aumentado con el fenómeno ocurrido en el vecino Venezuela, otrora rico país, cuya población se ha empobrecido con los gobiernos socialistas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

A Gustavo Petro como senador, la ultraderecha lo seguirá acosando, afortunadamente es una persona inteligente y acaba de darle un fuerte golpe al expresidente y senador Álvaro Uribe, con su rectificación en las emisoras  W Radio.

Por José Romero Churio

Columnista
27 septiembre, 2018

Fuerte golpe

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

En todas las latitudes del globo terráqueo siempre hay antagonismos de toda índole. En vista de tal premisa, en esta ocasión traigo a colación las  rivalidades implacables por ideologías políticas, cuyos partidarios   radicales ?ignorando los principios, valores y compendios  de los fundamentos políticos? con sus intolerancias extremas cometen arbitrariedades inaceptables  por la humanidad razonable. Además, bajo el mismo orden de ideas, […]


En todas las latitudes del globo terráqueo siempre hay antagonismos de toda índole. En vista de tal premisa, en esta ocasión traigo a colación las  rivalidades implacables por ideologías políticas, cuyos partidarios   radicales ?ignorando los principios, valores y compendios  de los fundamentos políticos? con sus intolerancias extremas cometen arbitrariedades inaceptables  por la humanidad razonable.

Además, bajo el mismo orden de ideas, en ningún territorio terminan las peleas por la tenencia del poder gubernamental que, per se, es normal. Lo anómalo es lo que muy a menudo ocurre en los países subdesarrollados como Colombia, donde los altos funcionarios, sus padrinos políticos y otros copartidarios dominantes se enriquecen ilícitamente a través de la administración del patrimonio público, sin importarles el detrimento  del erario, que en la gente más pobre y desamparada genera enormes perjuicios irreparables.

Por la recalcitrante discrepancia ideológica han surgido las vertientes políticas denominadas ultraderecha y ultraizquierda, en las cuales militan personas o grupos que defienden o imponen de manera violenta sus ideologías; es decir, tienen tendencias al uso de las armas o cualquier artimaña para intimidar a los opositores, con tal de tomarse y perpetuarse en el poder gubernamental, desconociendo la democracia que, a pesar de su imperfección, históricamente ha demostrado ser la mejor forma de gobernar.

La inconformidad generada por los abusos en la gobernabilidad, En Colombia durante más de 50 años continuos la ultraizquierda ha conformado múltiples facciones guerrilleras con el propósito de tomarse a sangre y fuego el poder gubernamental. Situación que ha provocado cuantioso daño con incuantificable número de muertos. Como retaliación la ultraderecha conformó las autodefensas y ambos bandos, tanto la guerrilla como las autodefensas terminaron en lo mismo, torturando, secuestrando, extorsionando, asesinando, financiándose con el narcotráfico y cometiendo delitos de lesa humanidad; en fin, muchos afirman que la medicina resultó peor que la enfermedad, porque los llamados falsos positivos jamás y nunca tendrán justificación.

Por circunstancias ampliamente conocidas, la gente adinerada es proclive a la ideología catalogada como derecha y por antonomasia opuesta a la calificada como izquierdista. La Ultraderecha quiere tener paz derrotando con las armas a los reductos guerrilleros. El izquierdista, Gustavo Petro, ha aspirado a la presidencia de la República en dos oportunidades, pero es estigmatizado por ser radical, ya que fue guerrillero del M-19, aunque desmovilizado, mucha gente le tiene miedo y el temor ha aumentado con el fenómeno ocurrido en el vecino Venezuela, otrora rico país, cuya población se ha empobrecido con los gobiernos socialistas de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

A Gustavo Petro como senador, la ultraderecha lo seguirá acosando, afortunadamente es una persona inteligente y acaba de darle un fuerte golpe al expresidente y senador Álvaro Uribe, con su rectificación en las emisoras  W Radio.

Por José Romero Churio