Los habitantes de su pueblo natal, Chimichagua lo acompañaron hasta su última morada en Valledupar.
El espíritu servicial y el amor profundo que sentía por Chimichagua, la tierra que lo vio nacer, fueron cualidades que recordaron los amigos y familiares de Felipe de Jesús Namén Rapalino, alcalde del municipio de Chimichagua, quien falleció el jueves en la capital del país. Conocido en el ambiente político como Jesús Namén Rapalino, murió después de una larga enfermedad, y su sepelio se cumplió ayer en Valledupar donde tenía fijada su residencia.
En medio de escenas de dolor, abrazos, sollozos y de gratas recordaciones muchos chimichagüeros, dejaron temporalmente a su tierra, para asistir al funeral de quien hasta hace poco tiempo estuvo al frente de los destinos de su pueblo. Durante los actos religiosos que se llevaron a cabo en la Iglesia Catedral del Rosario de Valledupar, hubo intervenciones de políticos de antigua y nueva generación, en las que sus viejos amigos exaltaron su vida política, y las excelsas calidades de un hombre público que sirvió al departamento del Cesar sin tener en cuenta los colores de la política.
Quienes asistieron al acto fúnebre que no pudieron ingresar al templo por la multitud que acompaña al cortejo fúnebre y quedaron en la parte externa comentando los aconteceres diarios manifestaron que luego de la eucaristía, el acto se convirtió en un evento político, en el que los oradores se expresaron por más de dos horas. Los aplausos no se hacían esperar al final de cada discurso, exaltando su memoria.
Puntos de vista
Alfonso Araujo Cotes, ex gobernador del Cesar. “Fue un extraordinario político, de grandes relaciones humanas, un gran luchador, con una inteligencia única, un hombre que resolvía los problemas de su pueblo y un amigo incondiciona”l.
Melquisedeth Namén Rapalino, hermano. “Murió un hombre irremplazable, incondicional, de cualidades únicas, un hombre que sacrificó su su vida por entregarse al servicio de su pueblo, su tierra que jamás pudo olvidar”.
Alfredo ‘APE’ Cuello Baute, ex-represente a la Cámara. “Fue un gran jefe liberal que tuvo el Cesar por su forma cómo ejercía la política y todos lo vamos a recordar por el amor profundo que siempre le profesó a su pueblo Chimichagua”.
Rubén ‘AVA’ Carvajal, ex-alcalde de Valledupar. “Partió para siempre un gran líder político, un gran activista de Chimichagua y con poder de convocatoria; cuando uno llegaba a su terruño, él con solo hacer una llamada, reunía a más de 300 personas en el pueblo y era un hombre avezado en sus discursos”.
Los habitantes de su pueblo natal, Chimichagua lo acompañaron hasta su última morada en Valledupar.
El espíritu servicial y el amor profundo que sentía por Chimichagua, la tierra que lo vio nacer, fueron cualidades que recordaron los amigos y familiares de Felipe de Jesús Namén Rapalino, alcalde del municipio de Chimichagua, quien falleció el jueves en la capital del país. Conocido en el ambiente político como Jesús Namén Rapalino, murió después de una larga enfermedad, y su sepelio se cumplió ayer en Valledupar donde tenía fijada su residencia.
En medio de escenas de dolor, abrazos, sollozos y de gratas recordaciones muchos chimichagüeros, dejaron temporalmente a su tierra, para asistir al funeral de quien hasta hace poco tiempo estuvo al frente de los destinos de su pueblo. Durante los actos religiosos que se llevaron a cabo en la Iglesia Catedral del Rosario de Valledupar, hubo intervenciones de políticos de antigua y nueva generación, en las que sus viejos amigos exaltaron su vida política, y las excelsas calidades de un hombre público que sirvió al departamento del Cesar sin tener en cuenta los colores de la política.
Quienes asistieron al acto fúnebre que no pudieron ingresar al templo por la multitud que acompaña al cortejo fúnebre y quedaron en la parte externa comentando los aconteceres diarios manifestaron que luego de la eucaristía, el acto se convirtió en un evento político, en el que los oradores se expresaron por más de dos horas. Los aplausos no se hacían esperar al final de cada discurso, exaltando su memoria.
Puntos de vista
Alfonso Araujo Cotes, ex gobernador del Cesar. “Fue un extraordinario político, de grandes relaciones humanas, un gran luchador, con una inteligencia única, un hombre que resolvía los problemas de su pueblo y un amigo incondiciona”l.
Melquisedeth Namén Rapalino, hermano. “Murió un hombre irremplazable, incondicional, de cualidades únicas, un hombre que sacrificó su su vida por entregarse al servicio de su pueblo, su tierra que jamás pudo olvidar”.
Alfredo ‘APE’ Cuello Baute, ex-represente a la Cámara. “Fue un gran jefe liberal que tuvo el Cesar por su forma cómo ejercía la política y todos lo vamos a recordar por el amor profundo que siempre le profesó a su pueblo Chimichagua”.
Rubén ‘AVA’ Carvajal, ex-alcalde de Valledupar. “Partió para siempre un gran líder político, un gran activista de Chimichagua y con poder de convocatoria; cuando uno llegaba a su terruño, él con solo hacer una llamada, reunía a más de 300 personas en el pueblo y era un hombre avezado en sus discursos”.