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Columnista - 30 noviembre, 2022

Frontera viva entre Valledupar y Maracaibo

Sobre el terreno y una frontera viva de 2.219 kilómetros entre Colombia y Venezuela se comenzó a trabajar para retomar las relaciones comerciales entre Valledupar y Maracaibo, cuyo cierre fronterizo ocasionó la pérdida de más de 5 mil empleos y 7 mil millones de dólares.  La visita de empresarios del Cesar agrupados en Fenalco y […]

Sobre el terreno y una frontera viva de 2.219 kilómetros entre Colombia y Venezuela se comenzó a trabajar para retomar las relaciones comerciales entre Valledupar y Maracaibo, cuyo cierre fronterizo ocasionó la pérdida de más de 5 mil empleos y 7 mil millones de dólares. 

La visita de empresarios del Cesar agrupados en Fenalco y la Cámara de Comercio de Valledupar al estado Zulia, motivados por la veeduría ciudadana, en cabeza del dirigente Edgardo Oñate, refrenda este propósito en busca de oportunidades en el relacionamiento Bolivariano de ambas naciones. 

El escenario fue aprovechado para afianzar la conectividad entre Valledupar y Maracaibo, propuesta que ya tiene acogida por parte del gobernador del Zulia, Manuel Rosales y el exgobernador del Táchira, oeste de Venezuela, José Gregorio Vielma Mora, especialista en Zonas Económicas de Exportación y con bagaje en el modelo chino. 

Además, se plantearon Zonas Binacionales de Exportación, iniciativa que vislumbra Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, quien hace contactos con la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), mirando proyectos a financiar en doble vía, sumada la oferta exportable de Venezuela y la necesidad de explorar áreas en los que los sectores productivos puedan complementarse en busca de oportunidades diplomáticas, laborales, comerciales, empresariales y otras variables de desarrollo. 

Y como todo desarrollo pasa por las vías, se desempolvó el proyecto que visionó Pepe Castro cuando fue gobernador del Cesar, para conectar a Valledupar con Maracaibo en 2 horas y un trayecto de 40 kilómetros en la denominada vía a la frontera a través de Sabana Rubia, atravesando la Serranía del Perijá por Manaure, Cesar. 

Para la conectividad del Perijá y hacer viable todos estos polos de desarrollo se requiere sumar institucionalidad, aprovechar nuestra geopolítica, una vieja ilusión del empresariado colombiano rememoró José Horlandy Castro, curtido dirigente gremial del Cesar. 

La perspectiva de zona de frontera con Venezuela fue determinante en la creación de la sede en La Paz, de la Universidad Nacional, según estudios que adelantó el mismo claustro, lo que reversó el propósito de los Char de gestionar la única sede en la costa Caribe para Barranquilla, cuando por mezquindad política en el mismo Valledupar tuvo contradictores la Universidad Nacional.

El tiempo le dio la razón a Pepe Castro sobre la necesidad imperiosa de construir la vía a la frontera con Venezuela, cuando sus contradictores políticos pensaban todo lo contrario, y osadamente decían que había enterrado la maquinaria del departamento del Cesar en Sabana Rubia, y sarcásticamente replicaban con cierto morbo: “Ni es sabana, ni es rubia”.

Columnista
30 noviembre, 2022

Frontera viva entre Valledupar y Maracaibo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

Sobre el terreno y una frontera viva de 2.219 kilómetros entre Colombia y Venezuela se comenzó a trabajar para retomar las relaciones comerciales entre Valledupar y Maracaibo, cuyo cierre fronterizo ocasionó la pérdida de más de 5 mil empleos y 7 mil millones de dólares.  La visita de empresarios del Cesar agrupados en Fenalco y […]


Sobre el terreno y una frontera viva de 2.219 kilómetros entre Colombia y Venezuela se comenzó a trabajar para retomar las relaciones comerciales entre Valledupar y Maracaibo, cuyo cierre fronterizo ocasionó la pérdida de más de 5 mil empleos y 7 mil millones de dólares. 

La visita de empresarios del Cesar agrupados en Fenalco y la Cámara de Comercio de Valledupar al estado Zulia, motivados por la veeduría ciudadana, en cabeza del dirigente Edgardo Oñate, refrenda este propósito en busca de oportunidades en el relacionamiento Bolivariano de ambas naciones. 

El escenario fue aprovechado para afianzar la conectividad entre Valledupar y Maracaibo, propuesta que ya tiene acogida por parte del gobernador del Zulia, Manuel Rosales y el exgobernador del Táchira, oeste de Venezuela, José Gregorio Vielma Mora, especialista en Zonas Económicas de Exportación y con bagaje en el modelo chino. 

Además, se plantearon Zonas Binacionales de Exportación, iniciativa que vislumbra Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, quien hace contactos con la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), mirando proyectos a financiar en doble vía, sumada la oferta exportable de Venezuela y la necesidad de explorar áreas en los que los sectores productivos puedan complementarse en busca de oportunidades diplomáticas, laborales, comerciales, empresariales y otras variables de desarrollo. 

Y como todo desarrollo pasa por las vías, se desempolvó el proyecto que visionó Pepe Castro cuando fue gobernador del Cesar, para conectar a Valledupar con Maracaibo en 2 horas y un trayecto de 40 kilómetros en la denominada vía a la frontera a través de Sabana Rubia, atravesando la Serranía del Perijá por Manaure, Cesar. 

Para la conectividad del Perijá y hacer viable todos estos polos de desarrollo se requiere sumar institucionalidad, aprovechar nuestra geopolítica, una vieja ilusión del empresariado colombiano rememoró José Horlandy Castro, curtido dirigente gremial del Cesar. 

La perspectiva de zona de frontera con Venezuela fue determinante en la creación de la sede en La Paz, de la Universidad Nacional, según estudios que adelantó el mismo claustro, lo que reversó el propósito de los Char de gestionar la única sede en la costa Caribe para Barranquilla, cuando por mezquindad política en el mismo Valledupar tuvo contradictores la Universidad Nacional.

El tiempo le dio la razón a Pepe Castro sobre la necesidad imperiosa de construir la vía a la frontera con Venezuela, cuando sus contradictores políticos pensaban todo lo contrario, y osadamente decían que había enterrado la maquinaria del departamento del Cesar en Sabana Rubia, y sarcásticamente replicaban con cierto morbo: “Ni es sabana, ni es rubia”.