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Columnista - 8 diciembre, 2020

Frases del poder

Mi frágil memoria recuerda una expresión que, sin estar seguro de su autoría, parroquialmente se la colgaron al expresidente Alfonso López Michelsen, y que en nuestro país no ha podido convertirse en axioma, debido a que esta corriente ideológica ha venido perdiendo elecciones: “Si quieres destruir a la izquierda, dales poder”. En estos tiempos el […]

Mi frágil memoria recuerda una expresión que, sin estar seguro de su autoría, parroquialmente se la colgaron al expresidente Alfonso López Michelsen, y que en nuestro país no ha podido convertirse en axioma, debido a que esta corriente ideológica ha venido perdiendo elecciones: “Si quieres destruir a la izquierda, dales poder”.

En estos tiempos el aforismo cobra importancia, pero doctrinariamente al contrario. Hoy la derecha colombiana está en riesgo y como el Centro Democrático es el partido de gobierno y máximo referente de esa tendencia, es el responsable de la debacle. Los derechistas en apenas dos años de gobierno han jugado tan mal sus fichas, que lo único indiscutible de su gestión ha sido su potencial autodestrucción. Los bandazos de sus decisiones logran solo la división en sus huestes.

En nuestro departamento, el provisional encargo, cuando la Corte Suprema de Justicia había condenado al gobernador Monsalvo, fue mal manejado por burócratas capitalinos de origen vallenato que electoralmente acá no representan nada y, aun así, quisieron aprovechar el infortunio del mandatario y el poderío de la casa de gobierno departamental para construir una aspiración a la Gobernación, pero en apología al parafraseo del Chapulín Colorado, “no contaban con la astucia” del funcionario y su familia, que lograron revertir el fallo.

El liderazgo regional ha sido convidado de piedra, pululan los apetitos muy personales y equivocadamente desaprovechan el trabajo juicioso de los diputados Claudia Margarita Zuleta y Ricardo Quintero Baute. Poco interesa la preferencia de sus curules, cuando se trata de coqueteos con la casa de gobierno. Mientras tanto estos quijotes pierden electorado, la una mostrando fundamentalistas lealtades con el doctor Uribe y el otro esperando la consolidación política de la doctora Martha Lucía Ramírez, cada vez más remota por sus desafortunadas intervenciones.

Nacionalmente no es mejor el desempeño, la ética e idoneidad son secundarias. Hace pocos días vimos en redes sociales a uno de sus más conspicuos voceros, Sergio Araújo Castro, quejarse de su bancada en el Congreso de la República cuando prefirieron votar para magistrado de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura por el cuestionado ex gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados, militante de Cambio Radical, en vez de cerrar filas en torno a la aspiración del  cesarense Nerio Alvis Barranco, quien con una prolífica e intachable hoja de vida sí milita en el partido de gobierno. ‘Cuchillo para su garganta’.

Otra equivocación ha sido no fijar una posición clara frente al asesinato de líderes sociales, prefieren justificarlos que exigir la enérgica reacción para evitarlos. Estratégicamente sus líderes alimentan el sectarismo canibalesco que cautiva a un importante sector de la población, el cual defiende las salidas en falso del gobierno, como por ejemplo sus desaciertos frente a la Minga Indígena, la estigmatización de la educación pública en retaliación con la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, las cantinflescas alocuciones presidenciales y una serie de manifestaciones autoritarias que considera peligroso todo lo diferente, bajo el amenazante y anacrónico remoquete de comunismo.         

Entonces no es solo la izquierda la que se iría a destruir teniendo el mando, hoy la derecha está haciendo aguas, porque una cosa es criticar un régimen y otra muy diferente es no caer en las prácticas que en oposición hemos criticado. En este sentido, es claro que el problema no es el poder, es el talante de la dirigencia, por esto no podía ser más certera la sentencia de Pepe Mujica cuando dijo: “El poder no cambia a las personas, solo revela quienes verdaderamente son”. Un abrazo.

Columnista
8 diciembre, 2020

Frases del poder

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

Mi frágil memoria recuerda una expresión que, sin estar seguro de su autoría, parroquialmente se la colgaron al expresidente Alfonso López Michelsen, y que en nuestro país no ha podido convertirse en axioma, debido a que esta corriente ideológica ha venido perdiendo elecciones: “Si quieres destruir a la izquierda, dales poder”. En estos tiempos el […]


Mi frágil memoria recuerda una expresión que, sin estar seguro de su autoría, parroquialmente se la colgaron al expresidente Alfonso López Michelsen, y que en nuestro país no ha podido convertirse en axioma, debido a que esta corriente ideológica ha venido perdiendo elecciones: “Si quieres destruir a la izquierda, dales poder”.

En estos tiempos el aforismo cobra importancia, pero doctrinariamente al contrario. Hoy la derecha colombiana está en riesgo y como el Centro Democrático es el partido de gobierno y máximo referente de esa tendencia, es el responsable de la debacle. Los derechistas en apenas dos años de gobierno han jugado tan mal sus fichas, que lo único indiscutible de su gestión ha sido su potencial autodestrucción. Los bandazos de sus decisiones logran solo la división en sus huestes.

En nuestro departamento, el provisional encargo, cuando la Corte Suprema de Justicia había condenado al gobernador Monsalvo, fue mal manejado por burócratas capitalinos de origen vallenato que electoralmente acá no representan nada y, aun así, quisieron aprovechar el infortunio del mandatario y el poderío de la casa de gobierno departamental para construir una aspiración a la Gobernación, pero en apología al parafraseo del Chapulín Colorado, “no contaban con la astucia” del funcionario y su familia, que lograron revertir el fallo.

El liderazgo regional ha sido convidado de piedra, pululan los apetitos muy personales y equivocadamente desaprovechan el trabajo juicioso de los diputados Claudia Margarita Zuleta y Ricardo Quintero Baute. Poco interesa la preferencia de sus curules, cuando se trata de coqueteos con la casa de gobierno. Mientras tanto estos quijotes pierden electorado, la una mostrando fundamentalistas lealtades con el doctor Uribe y el otro esperando la consolidación política de la doctora Martha Lucía Ramírez, cada vez más remota por sus desafortunadas intervenciones.

Nacionalmente no es mejor el desempeño, la ética e idoneidad son secundarias. Hace pocos días vimos en redes sociales a uno de sus más conspicuos voceros, Sergio Araújo Castro, quejarse de su bancada en el Congreso de la República cuando prefirieron votar para magistrado de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura por el cuestionado ex gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados, militante de Cambio Radical, en vez de cerrar filas en torno a la aspiración del  cesarense Nerio Alvis Barranco, quien con una prolífica e intachable hoja de vida sí milita en el partido de gobierno. ‘Cuchillo para su garganta’.

Otra equivocación ha sido no fijar una posición clara frente al asesinato de líderes sociales, prefieren justificarlos que exigir la enérgica reacción para evitarlos. Estratégicamente sus líderes alimentan el sectarismo canibalesco que cautiva a un importante sector de la población, el cual defiende las salidas en falso del gobierno, como por ejemplo sus desaciertos frente a la Minga Indígena, la estigmatización de la educación pública en retaliación con la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, las cantinflescas alocuciones presidenciales y una serie de manifestaciones autoritarias que considera peligroso todo lo diferente, bajo el amenazante y anacrónico remoquete de comunismo.         

Entonces no es solo la izquierda la que se iría a destruir teniendo el mando, hoy la derecha está haciendo aguas, porque una cosa es criticar un régimen y otra muy diferente es no caer en las prácticas que en oposición hemos criticado. En este sentido, es claro que el problema no es el poder, es el talante de la dirigencia, por esto no podía ser más certera la sentencia de Pepe Mujica cuando dijo: “El poder no cambia a las personas, solo revela quienes verdaderamente son”. Un abrazo.