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Columnista - 9 abril, 2022

Francia y Rodrigo o Rodrigo y Francia, el reflejo de un país que en muchas cosas ha cambiado

A Cualquiera sin ser economista, le es fácil concluir que Colombia es un país con bastantes pobres y con una clase media, que ha perdido fortaleza en los últimos años. Entre el 2019 y el 2020 hubo más de 2,18 millones de personas que salieron de la clase media.

Si somos sensatos en cuanto al país que somos, entenderemos que la clase media pasó de ser el 30,1% de la población del país en el 2019, al 25,4% en el 2020 y que Colombia pasó de tener 17,47 millones de personas en la pobreza en el 2019 a 21 millones de ciudadanos en esta condición para el cierre del 2020, es decir el 35,7% del total de la población colombiana pertenecía a la clase pobre en el 2019, mientras que en el 2020 dicha cifra aumento al 42,5%. Peor aun la clase media del 2019 al 2020 tuvo una caída de 4,7 puntos porcentuales.

A Cualquiera sin ser economista, le es fácil concluir que Colombia es un país con bastantes pobres y con una clase media, que ha perdido fortaleza en los últimos años. Entre el 2019 y el 2020 hubo más de 2,18 millones de personas que salieron de la clase media.

sí somos un país, donde aumentan según el DANE el número de pobres, y donde, también según el DANE la población que esta en la clase media pierde espacio; un país agobiado en nuestras regiones por la podredumbre de la corrupción, la inseguridad urbana y la violación de los derechos humanos; un país donde abunda la cultura clientelista; a que se debe que nos parezca extraño y pongamos peros, que como respuesta a lo anterior, dos provincianos, un hijo extramatrimonial y una mujer de color de piel negra, sean las formulas de los dos candidatos con mayor opción de ser el próximo presidente del país.
Seria mejor pensar, que un huilense y una caucana, que de pequeños no hicieron parte del notablato, tienen opción de llegar a ser vicepresidentes; ellos dos salvo mejor opinión, por sus orígenes, no clasificaban para estar en las cuentas de los presidenciables, así fuera de coequiperos. Rodrigo Armando Lara Sánchez y Francia Elena Márquez Mina o Francia y Rodrigo, bastante lejos han llegado, como muchos hijos extramatrimoniales de este país, quienes, teniendo la misma cara del papá, en vida de sus progenitores nunca recibieron el apellido paterno o muchas mujeres negras y no negras de este país, les es difícil tener oportunidades.
Una activista medioambiental y defensora de los derechos humanos, un medico que se hizo especialista en cirugía general y subespecialista en cirugía de tórax; una mujer que tiene el carácter para ser opositora a la minería indiscriminada, un hombre que tuvo el carácter para iniciar un proceso judicial con miras a llevar el apellido de su padre, que lograría finalmente por la contundencia de una prueba de ADN genealógico.
Lara, fue alcalde de Neiva y ha sido docente universitario. Márquez, se graduó de técnico agropecuaria en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), además obtuvo un título en Derecho de la Universidad Santiago de Cali.

A ambos se les nota en la cara que de clase alta no tienen nada, y habla bien de ellos que no reniegan de sus orígenes y mucho menos los esconden. Ellos se ve que entienden que no están en el 1,7% de la clase alta colombiana; de hecho en ese 1,7% clasifican pocos, de hecho esos pocos también saben que a vicepresidente puede llegar cualquiera que con argumentos se destaque (Clase media o clase baja)
Cada quien vera por quien vota, de hecho, esa no es la materia, esta columna no pretende acercarse a esas discusiones o debates. El país cambia, claro que cambia, ojalá cambie más en las regiones, en varias de ellas todo parece más lento y hasta arcaico. Lo irónico es que los Rodrigos y las Francias o las Francias y los Rodrigos, vienen de provincia y son como la mayoría de gente de provincia, sean de clase media o de clase baja.

Columnista
9 abril, 2022

Francia y Rodrigo o Rodrigo y Francia, el reflejo de un país que en muchas cosas ha cambiado

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Antonio Soto Murgas

A Cualquiera sin ser economista, le es fácil concluir que Colombia es un país con bastantes pobres y con una clase media, que ha perdido fortaleza en los últimos años. Entre el 2019 y el 2020 hubo más de 2,18 millones de personas que salieron de la clase media.


Si somos sensatos en cuanto al país que somos, entenderemos que la clase media pasó de ser el 30,1% de la población del país en el 2019, al 25,4% en el 2020 y que Colombia pasó de tener 17,47 millones de personas en la pobreza en el 2019 a 21 millones de ciudadanos en esta condición para el cierre del 2020, es decir el 35,7% del total de la población colombiana pertenecía a la clase pobre en el 2019, mientras que en el 2020 dicha cifra aumento al 42,5%. Peor aun la clase media del 2019 al 2020 tuvo una caída de 4,7 puntos porcentuales.

A Cualquiera sin ser economista, le es fácil concluir que Colombia es un país con bastantes pobres y con una clase media, que ha perdido fortaleza en los últimos años. Entre el 2019 y el 2020 hubo más de 2,18 millones de personas que salieron de la clase media.

sí somos un país, donde aumentan según el DANE el número de pobres, y donde, también según el DANE la población que esta en la clase media pierde espacio; un país agobiado en nuestras regiones por la podredumbre de la corrupción, la inseguridad urbana y la violación de los derechos humanos; un país donde abunda la cultura clientelista; a que se debe que nos parezca extraño y pongamos peros, que como respuesta a lo anterior, dos provincianos, un hijo extramatrimonial y una mujer de color de piel negra, sean las formulas de los dos candidatos con mayor opción de ser el próximo presidente del país.
Seria mejor pensar, que un huilense y una caucana, que de pequeños no hicieron parte del notablato, tienen opción de llegar a ser vicepresidentes; ellos dos salvo mejor opinión, por sus orígenes, no clasificaban para estar en las cuentas de los presidenciables, así fuera de coequiperos. Rodrigo Armando Lara Sánchez y Francia Elena Márquez Mina o Francia y Rodrigo, bastante lejos han llegado, como muchos hijos extramatrimoniales de este país, quienes, teniendo la misma cara del papá, en vida de sus progenitores nunca recibieron el apellido paterno o muchas mujeres negras y no negras de este país, les es difícil tener oportunidades.
Una activista medioambiental y defensora de los derechos humanos, un medico que se hizo especialista en cirugía general y subespecialista en cirugía de tórax; una mujer que tiene el carácter para ser opositora a la minería indiscriminada, un hombre que tuvo el carácter para iniciar un proceso judicial con miras a llevar el apellido de su padre, que lograría finalmente por la contundencia de una prueba de ADN genealógico.
Lara, fue alcalde de Neiva y ha sido docente universitario. Márquez, se graduó de técnico agropecuaria en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), además obtuvo un título en Derecho de la Universidad Santiago de Cali.

A ambos se les nota en la cara que de clase alta no tienen nada, y habla bien de ellos que no reniegan de sus orígenes y mucho menos los esconden. Ellos se ve que entienden que no están en el 1,7% de la clase alta colombiana; de hecho en ese 1,7% clasifican pocos, de hecho esos pocos también saben que a vicepresidente puede llegar cualquiera que con argumentos se destaque (Clase media o clase baja)
Cada quien vera por quien vota, de hecho, esa no es la materia, esta columna no pretende acercarse a esas discusiones o debates. El país cambia, claro que cambia, ojalá cambie más en las regiones, en varias de ellas todo parece más lento y hasta arcaico. Lo irónico es que los Rodrigos y las Francias o las Francias y los Rodrigos, vienen de provincia y son como la mayoría de gente de provincia, sean de clase media o de clase baja.